Castro de San Miguel de Cornezuelo y su iglesia románica; Puente de la Muerte; la Corva. Desde Cidad de Ebro. GR-85.

Ruta circular con salida desde Cidad de Ebro siguiendo el bonito tramo del GR-85 hasta San Miguel de Cornezuelo para llegar al Castro de San Miguel y perimetrarlo descubriendo una joya pétrea como es el Puente de la Muerte frente a Cueva de Manzanedo.

Salimos desde la coqueta localidad de Cidad de Manzanedo, junto al bar para cruzar el puente sobre el río Ebro y tomar el GR-85 hacia San Miguel de Cornezuelo en un ascenso cómodo y muy agradable, bajo los Cintos que circundan la localidad de los canteros.

Llegamos a la iglesia románica de San Miguel.
Se trata de una de las joyas del románico de Merindades, y por tanto, de España.

La portada, los canecillos del ábside, la espadaña con rostro mirando y un escudo de armas de los pudientes de la zona son motivos suficientes para acercarse a ella.

Además, tiene la peculiaridad de circular agua bajo ella, pues un caño mana sin descanso a mitad de la planta.

Descendemos por el camino ancho hacia Cidad y en una curva cerrada encontramos un gran pilón de agua y una caseta para su captación.
Ahí nos desviamos a la izquierda y comenzamos a subir hacia el Castro de San Miguel.

Primero por un camino lastroso y luego, a la derecha, por un sendero que perímetro la cara sur.

A medida que vamos avanzando y ganando altura las vistas panorámicas hacia la Sierra de Tudanca y Albuera son cada vez más increíbles.

Así hasta llegar a la proa de este gran castro.

Tras recrearnos al descubrir la grandiosidad de este entorno decidimos circunvalar la totalidad de esta meseta.

Tenemos el handicap de lo sucio que se encuentra debido a la proliferación de la masa vegetal, con bosque bajo y encinas salpicadas con algún roble de buen porte.
Creemos que vale la pena el esfuerzo.

Tanto vale que frente a Cueva de Manzanedo encontramos las Peñas que componen uno de los perfiles más espectaculares de Merindades.
Se trata del Puente de la Muerte.
Así lo denominan los vecinos que miran a orilla del Trifón.

Se trata de un saliente calcáreo en forma de plataforma balconada hacia el vacío.

Pero no acaba ahí la cosa.
Esa peña, ese puente se sustenta por un pie inclinado con abertura en forma de arco con todas las partes fracturadas.

Todo un espectáculo.

Salimos da ahí por la Pelada y la Corva para cerrar el perímetro del castro.

El sendero sobre el desfiladero del río Trifón está cerrándose cada temporada, pero nosotros avanzamos sin tenerlo mucho en cuenta.

Las vistas hacia Peñalba de Manzanedo bien valen la pena ese esfuerzo y así llegamos más adelante hasta la carretera de San Miguel.
Justo frente al cruce de acceso a Consortes.

Ya resta volver a San Miguel y de ahí a Cidad por el camino del GR-85.