Castro Urdiales-La Ermita (203 m)-Cerredo (644 m)-Hoz (599 m)-Peñas de San Antón (241 m)-Gurugú (53 m)-Castro Urdiales

Sencilla circular al monte Cerredo, cima muy popular en la parte más oriental de Cantabria.

Es una montaña de 644 metros y que se sitúa a solo 2 km en línea recta del mar lo que la hace única en toda la costa del Cantábrico. Altura elevada, por lo tanto, dada su gran cercanía al mar.
Además,sus 337 metros de prominencia hablan claramente de su aislamiento respecto a cotas mayores.

La ruta sube a otras 4 cimas de escasa relevancia orométrica. La última de ellas, el monte Gurugú, una pequeñísima elevación rodeada de urbanizaciones.

Las Peñas San Antón albergan unas ruinas que según erróneas leyendas populares son restos de un castillo templario. Posee muy buenas vistas hacia Castro.

La Ermita es una frecuentada cima próxima a la autovía también con buenas vistas sobre la costa.
Está coronada por un monumento a la Virgen erigido por el religioso claretiano, nacido en Lekunberri, Teodoro San Martín, conocido como Padre Pitillo.

Hoz es una cota que alberga una antena cerca de su punto más alto por lo que es comúnmente llamada Antena de Cerredo dada su cercanía a éste.

Cerredo no tiene nada que ver con cualquiera de esas cotas anteriores por su naturaleza kárstica salvo con La Ermita, también rocosa
Ello unido a las estupendas vistas hacia el Cantábrico hacen que sea una montaña digna de conocer.
Aunque lo cierto es que hoy el tiempo no acompañaba. Niebla con algo de viento y ligera llovizna a ratos. Una pena porque lo adecuado es subir con buen tiempo para recorrer otras de las numerosas cotas catalogadas que componen su pequeño macizo kárstico. Otra ocasión será.

La subida final a Cerredo no es en absoluto difícil pero hemos de usar las manos en alguna ocasión para progresar adecuadamente. Con la roca húmeda hemos de tener más cuidado evidentemente.

Como nota negativa de la ascensión el predominio absoluto del eucaliptal durante buena parte de la subida y de la bajada. Salvo las encinas que cubren algunas laderas de La Ermita nos ha costado ver árboles que no fuesen los nombrados eucaliptos.
Haberlos haylos,que se suele decir, pero salvo algún pino por Hoz son muy anécticos el resto. Robles y acebos pero muy escasos.
Habituados como estamos por nuestras rutas por el norte de Euskadi a la presencia de plantaciones de pinares hemos de reconocer que al menos en éstos en los bordes de los caminos suele haber cierta variedad arbórea. Por desgracia, ni eso podemos decir del monocultivo del eucalipto.

En resumen, una ruta para disfrutar mejor con buen tiempo y poder recorrer otras partes del karst de Cerredo. Tened en cuenta, eso sí, que las sombras son escasas y no hemos visto fuentes salvo un caño que nutre a un abrevadero que no sabemos si será conveniente beber de él.

Salud y montaña.