Castro Urdiales - Laredo
near El Chorrillo, Cantabria (España)
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Itinerary description
Comenzamos la etapa en las inmediaciones del Parque de la Barrera, pasando por la plaza del Ayuntamiento para encaminarnos al pedregal de Santiago donde vimos unas estatuas de niños zambulléndose en el mar.
Más adelante llegamos a la ensenada de Urdiales y la playa de Ostende que la dejamos para adentrarnos en las calles para cruzar por un túnel la A-8.
Pasamos por el barrio del Campijo y por el camping de Castro.
Ascendimos al alto del Cuco y llegamos a Allendelagua donde se encuentra la Iglesia de San Marcos y las ruinas de un castillo templario en el Monte San Antón.
El camino sigue al lado de la autovía hasta llegar a Cerdigo donde se encuentra nada más entrar en la población la iglesia de San Juan que tiene un precioso ábside románico.
El Camino atraviesa un precioso encinar cantábrico. Es muy raro encontrar encinas tan al norte. Pero en este bosque de encinas disfrutamos dada su magnitud y la buena conservación de los árboles.
Al salir del encinar divisamos el Cantábrico ya que la senda transcurre paralela a la costa, por lo que se divisa en todo el recorrido de las vistas al mar.
Pasamos por varios portillos y nos quiso atacar un perro que venía acompañando a un rebaño de cabras, pero lo evitamos gracias a la pericia de una valiente del grupo que se le enfrentó con los bastones.
Llegamos a Islares y pasamos al lado de la iglesia de San Martín de Tours. Al final de la población se encuentra el camping de Arenillas, donde descansamos un rato para tomar un refrigerio y reponer fuerzas.
Continuamos y nos encontramos de nuevo en la carretera N-634, debiendo ir por el arcén que nos parece bastante peligroso, dado el tráfico que soporta.
Vemos la ensenada de Oriñón y cruzamos la carretera para ir tras el quitamiedos del arcén derecho, muy estrecho pero menos peligroso.
Descendemos por este camino viendo la playa de las Arenillas en el margen derecho y la playa de Oriñón en el izquierdo en la desembocadura del río Agüera.
Más adelante hay una señalización que bifurca el Camino. Una por la costa siguiendo la N-634 y otra por el interior, más larga.
Aquí hay que elegir: La variante del interior es más larga. La de la costa sigue la carretera, todo asfalto y es muy pesada. Nosotros seguimos esta última y se nos hizo muy cansina y monótona.
La del interior la desconocemos. Es más larga, pero evita el tedioso asfalto y caminar por la peligrosidad de la carretera.
Nuestra opinión es que por la ruta de la costa se nos hizo muy tediosa. Ahora bien, la del interior tiene más distancia y la desconocemos.
A los que sigan este recorrido, que lo valoren y obren en consecuencia según las versiones de los caminantes.
Continuamos hasta llegar a Las Rozadas y el Pontarrón y cruzamos por el puente el río Agüera.
Ascendimos por el arcén de la N-634 dejamos a la derecha los picos de Candina y Salpico.
Después de caminar por mucho asfalto llegamos al mirador del Pico Del Mazo.
Seguimos descendiendo hasta llegar a Mollaneda.
Preferimos adentrarnos por unas pistas hacia Isequilla pues estaban sombreadas, divisamos las señales del Camino y las seguimos, ya por pistas de tierra, lo que agradecimos después de tantos kilómetros por carretera.
Por una senda sombreada llegamos a la ermita de San Julián.
Desde aquí seguimos el camino de Erio dejando a la derecha la bajada da la playa de San Julián. Seguimos el ascenso, dejando las crestas impresionantes de La Peña a la derecha para ver desde lo alto la ensenada Erillo y el Aguamala.
El camino transcurre entre plantas con espinos que nos hacen ir más despacio para esquivarlas. Dejamos el monte Erio a la derecha con su escarpada cumbre y desde este punto se inicia un descenso hacia Laredo.
En esta zona hay unas preciosas vistas de la bahía y de la población de Santoña. El denominado Canto de Laredo nos impide ver la playa de Laredo.
Continuamos hasta llegar a Laredo, dejando a la izquierda la iglesia de Santa Catalina, entrando en la población por la puerta de San Martín, o Arco de la Blanca.
Caminando nos aparece un poco más adelante la monumental Iglesia de Santa María de la Asunción.
Paseamos por las calles de Laredo admirando numerosas casas señoriales, palacios, el Ayuntamiento y el Convento de las Trinitarias, finalizando la etapa en las inmediaciones de la playa de Laredo, también llamada de Salvé, donde merece la pena remojar los pies tras esta larga etapa.
Más adelante llegamos a la ensenada de Urdiales y la playa de Ostende que la dejamos para adentrarnos en las calles para cruzar por un túnel la A-8.
Pasamos por el barrio del Campijo y por el camping de Castro.
Ascendimos al alto del Cuco y llegamos a Allendelagua donde se encuentra la Iglesia de San Marcos y las ruinas de un castillo templario en el Monte San Antón.
El camino sigue al lado de la autovía hasta llegar a Cerdigo donde se encuentra nada más entrar en la población la iglesia de San Juan que tiene un precioso ábside románico.
El Camino atraviesa un precioso encinar cantábrico. Es muy raro encontrar encinas tan al norte. Pero en este bosque de encinas disfrutamos dada su magnitud y la buena conservación de los árboles.
Al salir del encinar divisamos el Cantábrico ya que la senda transcurre paralela a la costa, por lo que se divisa en todo el recorrido de las vistas al mar.
Pasamos por varios portillos y nos quiso atacar un perro que venía acompañando a un rebaño de cabras, pero lo evitamos gracias a la pericia de una valiente del grupo que se le enfrentó con los bastones.
Llegamos a Islares y pasamos al lado de la iglesia de San Martín de Tours. Al final de la población se encuentra el camping de Arenillas, donde descansamos un rato para tomar un refrigerio y reponer fuerzas.
Continuamos y nos encontramos de nuevo en la carretera N-634, debiendo ir por el arcén que nos parece bastante peligroso, dado el tráfico que soporta.
Vemos la ensenada de Oriñón y cruzamos la carretera para ir tras el quitamiedos del arcén derecho, muy estrecho pero menos peligroso.
Descendemos por este camino viendo la playa de las Arenillas en el margen derecho y la playa de Oriñón en el izquierdo en la desembocadura del río Agüera.
Más adelante hay una señalización que bifurca el Camino. Una por la costa siguiendo la N-634 y otra por el interior, más larga.
Aquí hay que elegir: La variante del interior es más larga. La de la costa sigue la carretera, todo asfalto y es muy pesada. Nosotros seguimos esta última y se nos hizo muy cansina y monótona.
La del interior la desconocemos. Es más larga, pero evita el tedioso asfalto y caminar por la peligrosidad de la carretera.
Nuestra opinión es que por la ruta de la costa se nos hizo muy tediosa. Ahora bien, la del interior tiene más distancia y la desconocemos.
A los que sigan este recorrido, que lo valoren y obren en consecuencia según las versiones de los caminantes.
Continuamos hasta llegar a Las Rozadas y el Pontarrón y cruzamos por el puente el río Agüera.
Ascendimos por el arcén de la N-634 dejamos a la derecha los picos de Candina y Salpico.
Después de caminar por mucho asfalto llegamos al mirador del Pico Del Mazo.
Seguimos descendiendo hasta llegar a Mollaneda.
Preferimos adentrarnos por unas pistas hacia Isequilla pues estaban sombreadas, divisamos las señales del Camino y las seguimos, ya por pistas de tierra, lo que agradecimos después de tantos kilómetros por carretera.
Por una senda sombreada llegamos a la ermita de San Julián.
Desde aquí seguimos el camino de Erio dejando a la derecha la bajada da la playa de San Julián. Seguimos el ascenso, dejando las crestas impresionantes de La Peña a la derecha para ver desde lo alto la ensenada Erillo y el Aguamala.
El camino transcurre entre plantas con espinos que nos hacen ir más despacio para esquivarlas. Dejamos el monte Erio a la derecha con su escarpada cumbre y desde este punto se inicia un descenso hacia Laredo.
En esta zona hay unas preciosas vistas de la bahía y de la población de Santoña. El denominado Canto de Laredo nos impide ver la playa de Laredo.
Continuamos hasta llegar a Laredo, dejando a la izquierda la iglesia de Santa Catalina, entrando en la población por la puerta de San Martín, o Arco de la Blanca.
Caminando nos aparece un poco más adelante la monumental Iglesia de Santa María de la Asunción.
Paseamos por las calles de Laredo admirando numerosas casas señoriales, palacios, el Ayuntamiento y el Convento de las Trinitarias, finalizando la etapa en las inmediaciones de la playa de Laredo, también llamada de Salvé, donde merece la pena remojar los pies tras esta larga etapa.
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