Cazorla.Por el Barranco de Zacarías y CF El Quejigal.21-FEB-20

Esta ruta se desarrolla por zonas no muy transitadas pero de gran belleza, en bastantes tramos con buenos caminos y sendas pero en otros tramos sendas perdidas y enmatojadas, aunque nada insalvable si vamos con precaución.
Iniciamos la ruta en la C.F. de los Bonales y caminaremos un rato por la pista hasta que nos desviemos para vadear el Aguamula. Hubo en un tiempo en este lugar un tronco que permitia cruzar el río, pero ya hace tiempo que desapareció por lo que no queda mas remedio que descalzarse y cruzarlo a pie ya que el río lleva bastante agua. Aunque el agua está bastante fría en esta época se cruza rápidamente. La senda que tomamos a continuación es la que lleva a la cueva del Torno y al estar muy poco transitada en algunos momentos la vegetación dificulta un poco el paso. Esto nos ocurrirá en otras ocasiones a lo largo de la ruta. LLegamos al cruce de sendas, una lleva a la cueva del Torno y la otra, la que tomaremos a nuestra derecha, hacía el barranco de Zacarías. La senda al principio se distingue claramente, pero conforme vamos avanzando se va perdiendo y así durante un buen tramo de nuestra ruta vamos avanzando por donde se puede intuir que iva la senda y siempre a nuestro lado el arroyo. De esta forma, lentamente seguimos subiendo por el barranco de un lado al otro del arroyo, atravesando la vegetación hasta que llegamos a lo que parece ser un aprisco. Solo quedan ruinas pero desde aquí ya podemos ver a través de los árboles alguno del los riscos de las imponentes Banderillas. Siempre impresiona observar su relieve y más cuando estamos bastante cerca; sin duda una de las montañas mas bellas de la Sierra de Segura. Nuestro avance se va separando del barranco, el terreno es mas empinado y la vegetación empieza a clarear y creemos divisar el allá arriba el collado de Linarejos. Este último tramo lo subimos monte a través y aunque la pendiente es pronunciada la cima está cerca. Tenemos el sol en lo alto y salimos de la umbría del barranco y aparecemos es un paraje impresionante, justo encima de nosotros la peña Palomera de las Banderillas y enfrente el Calarejo de los Villares. Toca descansar un poco y deleitar la vista. Desde aquí mismo sale la senda, antaño seguramente fue camino, que tenemos que seguir. Desde ahora iremos justo debajo de las Banderillas, pero el arbolado no nos permite ver prácticamente nada a no ser que salgamos a algún claro. Aunque se avanza sin mucho problema tenemos que prestar atención en algunos tramos porque los deslizamientos han dejado poco espacio para el paso. Ya estamosen el barranco de las Charcas y aquí probablemente es el punto mas delicado de la ruta. El viejo camino que salvaba el arroyo está definitivamente perdido y ante nosotros tenemos una fuerte pendiente muy dificil de subir. Aquí tenemos un punto de aprovisionamiento de agua por si fuera necesario porque el arroyo tiene que nacer poco mas arriba. En nuestro caso descendimos por el arroyo un pequeño tramo y seguimos avanzando por la derecha hasta que por donde parecía mas factible el ascenso llegamos al camino que pasa por allí. Insisto en que se debe ir con precaución hasta alcanzar el camino. Este camino está en buen estado y quisimos ver en que punto se perdío retrocediendo. Recuerdo que la primera vez que pasé por aquí el camino llegaba hasta el barranco, que era donde desaparecia, pero ahora los deslizamientos impiden llegar mucho mas allá de donde lo retomamos. Ya desde aquí el camino se encuentra en buen estado y llegaremos sin problemas hasta el río Aguamula.
El lugar donde nos encontramos es realmente bello, como casi todos por donde discurre este bravo río. Parece intuirse que este punto tuvo que haber un puente por las bases de piedra que parece lo soportaban. Enfrente tenemos unas terrazas agrícolas, probablemente pertenecían al cortijo de la Fresnedilla que está muy cerca de aquí, casi a un tiro de piedra. Ahora debemos cruzar al otro lado del río para continuar nuestro camino y después de idas y venidas buscando por donde poder vadearlo sin descalzarse vimos que no era posible y por tanto tocaba otra vez mojarse los pies. Ya en el otro lado del río seguimos una senda que aunque medio perdida y enmatojada se recorre sin demasiada complicación. Enseguida sale un camino de ascenso a la derecha que tomaremos. Si continuaramos en lugar de desviarnos podríamos llegar a la cueva del Torno. Este camino ascendente se encuentra en buen estado en líneas generales y finalmente llegamos a la pista que lleva a la Fresnedilla. Ahora debemos tomar un camino un poco mas adelante que lleva a la C.F. El Quejigal. También se encuentra en buen estado y sin problemas se llega a las ruinas del Quejigal. Aunque todavía queda bastante hasta la finalización de la ruta, el camino por el que transcurrimos es muy llevadero, sin mucho desnivel y el único pequeño inconveniente es cruzar el arroyo del Hombre. En sus tiempos hubo un puente que lo saltaba pero desapareció y tenemos que bajar al arroyo y cruzarlo por unas piedras. Subiendo un pequeño terraplén estamos otra vez en el camino. En nuestro recorrido ya no encontraremos dificultades de importancia, precaución en el descenso desde Las Lastrillas por la pendiente a veces pronunciada y terreno suelto y a disfrutar de esta ruta.