Centro Budista- Atalaya de Soportújar- Acequia Almiar- Puente Palo- Valle del Río Chico- Casa Forestal de Soportújar.
near Soportújar, Andalucía (España)
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Itinerary description
Antes que nada, informar que esta ruta la comenzamos en el Centro budista O Sel Ling y no donde reconoció el GPS, que ese día iba un poco mal; el desnivel ascendido y descendido también está mal; señala 996 m. y tan solo fueron unos 500 m.
Para llegar al Centro Budista iremos desde Granada, en dirección Lanjarón/Órgiva/Las Alpujarras, seguir por A-346 hasta destino, dejando atrás a nuestra derecha Caratáunas y a nuestra izquierda Cañar y Soportújar. A unos 800 metros de este último, nos encontramos a nuestra derecha con las Ermita del Padre Eterno. Frente a la Ermita hay una pista forestal que asciende hasta la Casa Forestal de Soportújar (hay varios paneles indicativos de área recreativa y templo budista).Continuamos por esta carretera. A 2,5km aparece a la derecha un carril de tierra con un poste indicativo del Centro Budista. Tomamos este camino de unos 5 km que nos conduce directamente al aparcamiento del Centro Budista.
En pleno corazón de la Alpujarra de Granada, escondido tras la falda de una de las montañas del valle de Poqueira, se encuentra el templo tibetano de Oseling o “Lugar de Luz Clara”, un pequeño rincón de la cultura y de la herencia del Tíbet en nuestro país que está rodeado de energía, paz y misticismo. Dicen los locales del valle de Poqueira que el pico Mulhacén, junto con el pico Veleta y la Sierra de Órgiva, forma uno de los triángulos energéticos más fuertes del planeta. Hoy os lo descubrimos.
O Sel Ling es un Centro de Retiros budista de meditación situado en las montañas de la Alpujarra granadina, a 1600 m. de altitud en la cara sur de Sierra Nevada, lejos de los pueblos con unas vistas magníficas y un aire maravilloso.
El propósito de este lugar es favorecer la práctica intensiva de la meditación y difundir las enseñanzas de Buda de la Tradición Mahayana del Budismo Tibetano. Ofrecer un lugar y espacio donde poder mirar hacia dentro y descubrir el funcionamiento de nuestra mente y su naturaleza.
Desde la entrada del centro, iremos ascendiendo por un sendero muy empinado, zigzagueante y señalizado por los lamas, que nos irá llevando a cada uno de los puntos importantes: La rueda de Oración (donde damos unas vueltas en la dirección indicada), Encinas con pañuelos con oraciones, una tumba de un miembro del centro, La Estupa de O Sel Ling, El Buda de la Medicina y la Tara Verde.
Tras dejar a la derecha las ruinas del Cortijo Matahambre, seguiremos ascendiendo para llegar a la Garita Contra incendios, donde disfrutamos de unas excelentes vistas del Barranco del Poqueira con la postal de sus tres poblaciones Pampaneira, Bubión y Capileira, la Contraviesa, el Mediterráneo, la Sierra de los Guajares y el Embalse de Rules; todo un espectáculo.
Aquí charlamos un buen rato con el Guarda Forestal sobre la zona y mientras lo hacíamos un hermoso águila ascendía en el cielo sin mover ni una sola pluma; aprovechando una térmica y su aerodinámica; impresionante… que libertad.
Algo más arriba se encuentra el Vértice Geodésico Atalaya de Soportújar.
Continuando con el ascenso, pasaremos por una era antes de llegar a la Loma de la Matanza, con numerosos panales de abejas, donde nos desviaremos a la izquierda hasta alcanzar la Acequia de Almiar con su impresionante Robledo con ejemplares centenarios. Ya solo queda seguir el senderillo que discurre paralelo a la acequia y disfrutar del camino bajo la arboleda del majestuoso robledal y de las vistas que vamos descubriendo ante nosotros tras cada revuelta de la acequia, todas diferentes y a cual más bonita, pues el porte de los robles cambia según las zonas, al igual que la anchura y profundidad de la acequia y su caminillo aledaño sobre el cual nos movemos.
En este tramo del sendero, la belleza y el sosiego del paisaje, modelado por las actuaciones de las sucesivas culturas que han pasado por este medio natural, nos acompañarán mientras caminemos junto a la herencia y al saber social que trasladaron los agricultores musulmanes hasta nuestras tierras, la acequia.
Siguiendo la acequia pasaremos por una primera alberca, el Barranco de la Mojonera y ya cerca del Cortijo de Haza Llana encontramos una grandiosa encina centenaria con el tronco de mayor tamaño que hemos visto nunca.
La siguiente sorpresa nos la llevamos al alcanzar la Alberca del Almiar, por su tamaño, verdor y por el gran número de ranas y sapos que saltaban a nuestro paso. Además de recoger el agua procedente de la ladera por filtración, es un elemento indispensable en la regulación de los caudales de riego mediante la acumulación de otros más pequeños, o bien reservando parte del agua que ha correspondido en la “Toma de riego”.
Tras pasar el Barranco del Cestero, nos da pena desviarnos de esta maravillosa acequia para llegar a un carril con varios postes de señalización y que nos conducirá a Puente Palo y posteriormente a su Área Recreativa donde hacemos una parada para comer y descansar un rato en su magnífico pinar de repoblación de Pinus sylvestris.
Siguiendo nuestro recorrido volveremos sobre nuestros pasos para desviarnos de la pista por un sedero que surge a la derecha. Se trata del PR-A 22 que nosotros realizaremos en sentido inverso; bajando.
Este recorrido pedregoso, con un descenso vertiginoso y zigzagueante, nos adentra por uno de los barrancos menos conocidos de la Alpujarra, con una frondosa vegetación debida en parte a los trabajos de repoblación forestal que se llevaron a cabo en los años 20 para frenar la torrencialidad del río Chico. Disfrutamos de la compañía de arces, olmos, abedules, fresnos, castaños…
A mitad del Valle de Río Chico hallamos un panel informativo con unas panorámicas preciosas. En frente el Robledal de Cañar con rascaviejas, mostajos y en los enclaves más frescos y umbríos, arces y fresnos.
El sendero transcurre por los antiguos viveros utilizados en los citados trabajos de repoblación. Primero vemos el Antiguo vivero Montechico con un arboreto que contiene todas las variedades andaluzas del castaños; especie tan importante en el paisaje alpujarreño. Desgraciadamente se encuentra cerrado. En su entrada hay unos enormes quejigos. Ubicado a 1450 m., este vivero es uno de los más antiguos de Sierra Nevada y, hasta su cierre en los años 90, sus terrazas y bancales albergaron las principales plantas autóctonas (encinas, robles, etc...) e introducidas (pino silvestre, pino larício, pino resinero, etc...) para las repoblaciones.
Y es que los primeros trabajos de restauración hidrológica forestal de Sierra Nevada se hicieron precisamente aquí, en la cuenca del Río Chico, entre 1925 y 1935, para frenar tanto los fuertes corrimientos de tierras que amenazaban las poblaciones de Cáñar, Bayacas, Soportújar y Carataunas, como los arrastres que destrozaban y empobrecían los huertos y vegas de Ógiva y Motril. Uno de estos corrimientos hizo desaparecer el pequeño pueblo de Barjas, que estaba situado en la cabecera del Barranco del mismo nombre. De este pueblo sólo queda un trozo de muro de su cementerio.
Después llegaremos al vivero de Prado Grande, muy cerca de la Casa Forestal de Soportújar; donde está instalado un retén de incendios.
Al llegar a una intersección, con una gran secuoya en la rotonda, tomaremos el carril de la izquierda que discurre en severo ascenso.
Al llegar al Paraje de Cuatro Vientos, abandonaremos el carril para tomar un sendero con indicaciones del Sulayr; que nos hará cruzar el Barranco de la Cueva para tomar otro carril que en descenso nos llevará nuevamente al Centro Budista; punto final de esta ruta.
Para llegar al Centro Budista iremos desde Granada, en dirección Lanjarón/Órgiva/Las Alpujarras, seguir por A-346 hasta destino, dejando atrás a nuestra derecha Caratáunas y a nuestra izquierda Cañar y Soportújar. A unos 800 metros de este último, nos encontramos a nuestra derecha con las Ermita del Padre Eterno. Frente a la Ermita hay una pista forestal que asciende hasta la Casa Forestal de Soportújar (hay varios paneles indicativos de área recreativa y templo budista).Continuamos por esta carretera. A 2,5km aparece a la derecha un carril de tierra con un poste indicativo del Centro Budista. Tomamos este camino de unos 5 km que nos conduce directamente al aparcamiento del Centro Budista.
En pleno corazón de la Alpujarra de Granada, escondido tras la falda de una de las montañas del valle de Poqueira, se encuentra el templo tibetano de Oseling o “Lugar de Luz Clara”, un pequeño rincón de la cultura y de la herencia del Tíbet en nuestro país que está rodeado de energía, paz y misticismo. Dicen los locales del valle de Poqueira que el pico Mulhacén, junto con el pico Veleta y la Sierra de Órgiva, forma uno de los triángulos energéticos más fuertes del planeta. Hoy os lo descubrimos.
O Sel Ling es un Centro de Retiros budista de meditación situado en las montañas de la Alpujarra granadina, a 1600 m. de altitud en la cara sur de Sierra Nevada, lejos de los pueblos con unas vistas magníficas y un aire maravilloso.
El propósito de este lugar es favorecer la práctica intensiva de la meditación y difundir las enseñanzas de Buda de la Tradición Mahayana del Budismo Tibetano. Ofrecer un lugar y espacio donde poder mirar hacia dentro y descubrir el funcionamiento de nuestra mente y su naturaleza.
Desde la entrada del centro, iremos ascendiendo por un sendero muy empinado, zigzagueante y señalizado por los lamas, que nos irá llevando a cada uno de los puntos importantes: La rueda de Oración (donde damos unas vueltas en la dirección indicada), Encinas con pañuelos con oraciones, una tumba de un miembro del centro, La Estupa de O Sel Ling, El Buda de la Medicina y la Tara Verde.
Tras dejar a la derecha las ruinas del Cortijo Matahambre, seguiremos ascendiendo para llegar a la Garita Contra incendios, donde disfrutamos de unas excelentes vistas del Barranco del Poqueira con la postal de sus tres poblaciones Pampaneira, Bubión y Capileira, la Contraviesa, el Mediterráneo, la Sierra de los Guajares y el Embalse de Rules; todo un espectáculo.
Aquí charlamos un buen rato con el Guarda Forestal sobre la zona y mientras lo hacíamos un hermoso águila ascendía en el cielo sin mover ni una sola pluma; aprovechando una térmica y su aerodinámica; impresionante… que libertad.
Algo más arriba se encuentra el Vértice Geodésico Atalaya de Soportújar.
Continuando con el ascenso, pasaremos por una era antes de llegar a la Loma de la Matanza, con numerosos panales de abejas, donde nos desviaremos a la izquierda hasta alcanzar la Acequia de Almiar con su impresionante Robledo con ejemplares centenarios. Ya solo queda seguir el senderillo que discurre paralelo a la acequia y disfrutar del camino bajo la arboleda del majestuoso robledal y de las vistas que vamos descubriendo ante nosotros tras cada revuelta de la acequia, todas diferentes y a cual más bonita, pues el porte de los robles cambia según las zonas, al igual que la anchura y profundidad de la acequia y su caminillo aledaño sobre el cual nos movemos.
En este tramo del sendero, la belleza y el sosiego del paisaje, modelado por las actuaciones de las sucesivas culturas que han pasado por este medio natural, nos acompañarán mientras caminemos junto a la herencia y al saber social que trasladaron los agricultores musulmanes hasta nuestras tierras, la acequia.
Siguiendo la acequia pasaremos por una primera alberca, el Barranco de la Mojonera y ya cerca del Cortijo de Haza Llana encontramos una grandiosa encina centenaria con el tronco de mayor tamaño que hemos visto nunca.
La siguiente sorpresa nos la llevamos al alcanzar la Alberca del Almiar, por su tamaño, verdor y por el gran número de ranas y sapos que saltaban a nuestro paso. Además de recoger el agua procedente de la ladera por filtración, es un elemento indispensable en la regulación de los caudales de riego mediante la acumulación de otros más pequeños, o bien reservando parte del agua que ha correspondido en la “Toma de riego”.
Tras pasar el Barranco del Cestero, nos da pena desviarnos de esta maravillosa acequia para llegar a un carril con varios postes de señalización y que nos conducirá a Puente Palo y posteriormente a su Área Recreativa donde hacemos una parada para comer y descansar un rato en su magnífico pinar de repoblación de Pinus sylvestris.
Siguiendo nuestro recorrido volveremos sobre nuestros pasos para desviarnos de la pista por un sedero que surge a la derecha. Se trata del PR-A 22 que nosotros realizaremos en sentido inverso; bajando.
Este recorrido pedregoso, con un descenso vertiginoso y zigzagueante, nos adentra por uno de los barrancos menos conocidos de la Alpujarra, con una frondosa vegetación debida en parte a los trabajos de repoblación forestal que se llevaron a cabo en los años 20 para frenar la torrencialidad del río Chico. Disfrutamos de la compañía de arces, olmos, abedules, fresnos, castaños…
A mitad del Valle de Río Chico hallamos un panel informativo con unas panorámicas preciosas. En frente el Robledal de Cañar con rascaviejas, mostajos y en los enclaves más frescos y umbríos, arces y fresnos.
El sendero transcurre por los antiguos viveros utilizados en los citados trabajos de repoblación. Primero vemos el Antiguo vivero Montechico con un arboreto que contiene todas las variedades andaluzas del castaños; especie tan importante en el paisaje alpujarreño. Desgraciadamente se encuentra cerrado. En su entrada hay unos enormes quejigos. Ubicado a 1450 m., este vivero es uno de los más antiguos de Sierra Nevada y, hasta su cierre en los años 90, sus terrazas y bancales albergaron las principales plantas autóctonas (encinas, robles, etc...) e introducidas (pino silvestre, pino larício, pino resinero, etc...) para las repoblaciones.
Y es que los primeros trabajos de restauración hidrológica forestal de Sierra Nevada se hicieron precisamente aquí, en la cuenca del Río Chico, entre 1925 y 1935, para frenar tanto los fuertes corrimientos de tierras que amenazaban las poblaciones de Cáñar, Bayacas, Soportújar y Carataunas, como los arrastres que destrozaban y empobrecían los huertos y vegas de Ógiva y Motril. Uno de estos corrimientos hizo desaparecer el pequeño pueblo de Barjas, que estaba situado en la cabecera del Barranco del mismo nombre. De este pueblo sólo queda un trozo de muro de su cementerio.
Después llegaremos al vivero de Prado Grande, muy cerca de la Casa Forestal de Soportújar; donde está instalado un retén de incendios.
Al llegar a una intersección, con una gran secuoya en la rotonda, tomaremos el carril de la izquierda que discurre en severo ascenso.
Al llegar al Paraje de Cuatro Vientos, abandonaremos el carril para tomar un sendero con indicaciones del Sulayr; que nos hará cruzar el Barranco de la Cueva para tomar otro carril que en descenso nos llevará nuevamente al Centro Budista; punto final de esta ruta.
Waypoints
Waypoint
5,824 ft
Inicio Sulayr GR-240
Intersection
5,905 ft
Desvío derecha
Waypoint
0 ft
Dejar pista
Waypoint
0 ft
Retomar Pista
Waypoint
0 ft
Vivero Prado Grande -PR A 22.
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