Ceresa, vuelta a la Peña Solano por el sendero del Foricón

Larga y exigente ruta por uno de los recorridos más extraordinarios del valle del Cinca.

Se comienza en la misma localidad de Ceresa. Mucha atención a la senda que decidí tomar desde la calle principal. Al principio discurre entre las casas y las huertas de los vecinos. Pero desde el WP 02 al WP 03 ya va sin sendero, imposible encontrar el PR que con el tiempo no sólo se ha ido cubriendo de vegetación, sino que los propios dueños de las fincas lo han bloqueado con todo tipo de vallas y parapetos.

POR LO EXPUESTO, CONSIDERO IMPRESCINDIBLE COMENZAR LA RUTA EN EL WP 28 QUE HE MARCADO EXPRESAMENTE. Seguiremos el camino principal "Ruta 10 La Collada por pista" y enlazar si se quiere con el WP 03 tomando un camino a la izquierda, a una altitud aproximada de 1050 m. Entonces ya podremos seguir la senda, bastante bien pintada como PR, que siempre dentro del bosque pero ya por terreno limpio nos conducirá a la Collada de Ceresa, un punto que hace divisoria de vertientes y cuyas vistas son impresionantes.

Existe una fuente poco más adelante de la Collada. Reponemos agua si es necesario y tomamos la senda bien señalizada a la izquierda del camino que baja a "La Valle", senda de la que no tardaremos en descubrir sus virtudes: solitaria, frondosa y salvaje, alejada de todo, casi casi tenebrosa, pero siempre de buen andar gracias a la buena capa de hojarasca que la cubre. Es territorio del oso que campa por Seira, y aunque oigo ganado pastando por ahí, pues que no me fío del todo.

Después de un largo descenso con un paso complicado debido a un gran desprendimiento, se alcanza una pradera donde la senda casi se pierde. Un cartel señaliza muy bien las opciones, y aunque yo llevaba el track de La Valle, pues decidí tomar la senda directa a Ceresa por el sendero bien indicado del Foricón.

La senda primero se ve y discurre por buena traza. Unas confusas señales rojas en forma de puntos y flechas grandes pintadas en el arbolado justo antes de un barranco, deberemos obviarlas ya que no conducen adonde vamos, parecen ser sendas de cazadores.

Pasamos el barranquito, y una valla de ganado. En unos minutos alcanzamos una casa de nueva construcción y detrás de ella tomamos la senda señalizada como PR pero de la que no hallé ninguna numeración.

Entramos en un sendero bestial, es un constante sube y baja a media ladera sin dificultades a destacar, pero cuya traza poco pisada, la densidad del bosque de hayas y otras especies arbóreas así como la duda de si conducirá a ninguna parte, pues lo hace muy emocionante. Tendré en adelante que ir descubriendo un camino nuevo, un bosque nuevo que no conocía, unos barrancos y manantiales, sin olvidar el oso por supuesto. Qué más se puede pedir.

Una hora y otra pasan y el bosque nunca termina. Creo que es uno de los hayedos más impresionantes que he conocido, dentro de diez días habrá que volver para constatar si el colorido sólo iguala a la selva de Irati o, en cambio, si lo supera. Porque me da que este lugar en colorido otoño tiene que ser formidable y que no tiene mucho que envidiar a Ordesa o a cualquier bosque de España.

Deseaba que esta senda acabase en un "camino salvador" pero eso sólo ocurrirá después de atravesar el hayedo, el robledal siguiente y el gran pinar de la cara noroeste.

La Vuelta a la Peña Solano concluye en un desmerecedor camino casi desnudo de vegetación justo 1 km. antes de llegar a Ceresa. Circunstancia que no debe hacer olvidar a nadie la aventura que, durante cinco horas, llenó nuestra vista de grandes árboles, una selva impresionante, peñas, barrancos, en fin.

Un baño de Bosque como los que tanto pregonan en revistas para los amantes de la naturaleza, la libertad, la espiritualidad, el disfrute del tiempo perdido, y todas las sensaciones que uno quiera. Ahí lo dejo.

NOTA: PARA ESTA RUTA ES MUY RECOMENDABLE Y ACONSEJABLE LA AYUDA DEL GPS.