Cerrada de Castril

FICHA DE RUTA
Distancia aprox. 12 km
Desnivel aprox. de subida y otros tantos de bajada: 450 m
Inicio/final: Parking del Centro de Visitantes de Castril
Punto más bajo: Vega del río Castril poco después de dejar atrás "La Cerrada"
Punto más elevado: Monumento natural "Peña de Castril" (955 msnm)
Nivel dificultad física: Bajo
Nivel dificultad técnica: Bajo
Tipo suelo: Zonas urbanas y periurbanas por la localidad de Castril y alrededores, entorno de la presa, caminos de herradura, un puente metálico, pasarelas de madera por la cerrada del río Castril y algo más de tres kilómetros de carretera (poco concurrida) para nuestra aproximación al embalse del Portillo y regresar al parking del Centro de Visitantes.
Tipo de recorrido: Doble circular en forma de “Ocho”.

Ruta circular desde Castril pasando por:
- Iglesia Nuestra Señora de los Ángeles (0.9 km)
- Parque fluvial de la "Arboleda Perdida" (2.0 km)
- Puente Sobre Río Castril (2.7 km)
- Embalse del Portillo (10.6 km)

BREVE DESCRIPCIÓN:

Peña y Cerrada del río Castril + embalse del Portillo.

Preciosa ruta urbana y periurbana por Castril, situado al nordeste de la provincia de Granada, donde sus casas blancas se agrupan buscando la protección de un peñón rocoso que ha sido protagonista de la historia. En torno a ellas, la naturaleza ha forjado un paisaje mágico que sirvió de inspiración hasta al mismísimo José Saramago. Las empinadas e intrincadas callejuelas de Castril se nos presentan frescas, coloridas, limpias y tranquilas. Con una población de apenas dos mil habitantes, los viernes de mercadillo, fines de semana y períodos vacacionales parecen ser los únicos momentos en los que la vida vuelve a correr con fuerza por las retorcidas arterias de este peculiar pueblo, situado al sur de la espectacular sierra, a la que también da nombre.

Castril ha sido testigo de batallas legendarias y del paso de grandes imperios, además de haber acogido a hábiles e imaginativos artesanos que consiguieron que no fuera la Madre Naturaleza la única que concibiese hermosas obras en Castril. Cuenta el historiador romano, Tito Livio, que la sangre del general cartaginés Amílcar Barca – padre de uno de los mejores estrategas de todos los tiempos, el legendario Aníbal Barca – bañó los campos que rodean a la villa de Castril en la batalla de Helike, donde pereció el cartaginés. Poco después las legiones romanas comandadas por Escipión "el Africano", levantaron un importante campamento militar. De hecho, se cree que el nombre del pueblo puede derivar de la palabra latina para este tipo de
asentamientos: castrum. Y es que la localización de Castril, desde el punto de vista estratégico, es inmejorable.
Es sencillo darse cuenta de ello al ascender por las rampas y escaleras que llevan a los restos de la fortaleza árabe que corona la Peña del Sagrado Corazón, que también forma parte de nuestro itinerario Esas piedras de la "antigua Qastalla árabe", aguantaron los asaltos cristianos durante más de un siglo, para caer definitivamente en manos de las tropas de los Reyes Católicos en 1489.

Es sencillo darse cuenta de ello al ascender por las rampas y escaleras que llevan a los restos de la fortaleza árabe que corona la Peña del Sagrado Corazón, que también forma parte de nuestro itinerario Esas piedras de la "antigua Qastalla árabe", aguantaron los asaltos cristianos durante más de un siglo, para caer definitivamente en manos de las tropas de los Reyes Católicos en 1489.

La mejor manera de conocer la historia y secretos del castillo es reservando una visita guiada en la Oficina de Turismo, situada al inicio de la ascensión a la peña, frente a la iglesia de Ntra. Sra. de Los Ángeles. ¡Eso si!, esta ruta tiene dos taquillas debiendo pasar "por caja", creo recordar 3€ "La Visita a la Peña" y 2,50€ el acceso a las pasarelas. Pero en ambos sitios te puedes sacar el bono de la "doble visita" es decir: La Peña y La Cerrada por 4,50€. Siendo recomendable visitar primero "La Peña" por tener un horario más reducido.

Al asomarnos al mirador de El Cantón (situado en la misma peña), las vistas son magníficas. A los pies de la roca se desparrama el conjunto urbano de fisionomía morisca, que forman las bellas casas bajas de Castril. Alrededor de ellas, aparecen campos repletos de olivos, entre los que se cuelan algunos cultivos de verduras, hortalizas, almendros, cereales y vides, todo ello delimitado por las sinuosas siluetas de las montañas de la Sierra de Castril.

El primer tramo de esta preciosa ruta discurre por una pasarela de madera, sostenida sobre antiguas traviesas de ferrocarril empotradas sobre la pared rocosa, que nos permiten caminar unos cuantos metros sobre el cauce del río Castril, de manera que sus aguas quedan a nuestra derecha, saltando, alegres y cantarinas, sobre rocas, entre una tupida vegetación rupícora y de ribera. El caudal del río Castril recorre de norte a sur estas tierras, entre sierras, cañones, simas y cascadas, horadando sugerentes y misteriosas cuevas en las paredes de roca caliza. Poco después, se cruza al otro lado del cañón pasando por un puente colgante. En la otra orilla espera un túnel, de unos 70 metrosde longitud, por el que se puede acceder a un bonito balcón natural desde el que se admira una pequeña cascada. Al salir del túnel, pasamos junto a un antiguo molino, que aún conserva la maquinaria, reconvertido en restaurante.
Si vamos justos de tiempo o simplemente, no nos apetece caminar más, recomiendo regresar sobre nuestros pasos para volver a recrearnos con la Cerrada del río Castril, que de hecho la mayoría de visitantes hace de ida y vuelta, y que junto con la Peña y algunos rincones mágicos del pueblo de Castril, es lo más bonito con diferencia.

Pero si no queremos que la ruta se nos quede "tan corta" como era mi caso, debemos mantenernos en el sendero de acequia, llevando el río siempre a nuestra izquierda, pronto el sendero se transforma en rudimentaria pista terriza en un monótono paisaje de olivares, almendro, retamas y tipica vegetación de suelos muy aridos, que nos acompañaran, hasta que por fin, unos 2 km más allá del punto de retorno llegamos a un alto, desde donde volvemos a tener vistas de parte del pueblo, descendiendo nosotros hacia el Camping de Castril, próximo a unas Instalaciones Deportivas, Área Recreativa y Playa Fluvial, con un puente que nos permite retornar a Castril, o bien caminar en subida, a lo largo de unos 2 km por la solitaria carretera que nos lleva hasta la presa y el embalse del Portillo, donde en los días soleados, sus aguas turquesas recompensarán nuestro último tramo de ascensión, con el telón de fondo de las montañas de la Sierra de Castril de fondo.

En definitiva, un bello paisaje natural integrado en la estructura urbana de la población de Castril, cual "gigantesco portal de Belén", a gran escala. La ruta desciende al río desde el centro del pueblo hasta la antigua central eléctrica, excavada en la roca de una de las laderas del cauce. A partir de aquí, el paraje es de excepcional belleza y la sensación de contacto con el río resulta muy estimulante.

El río Castril no solo provocó que la naturaleza pudiera extender un elegante y llamativo vestido alrededor de la población, sino que además sirvió de motor para distintas industrias artesanales. Las aguas del río movían las ruedas de los molinos harineros, pero también se creaban, en Castril, cucharones y cucharas de palo, esparteñas, calderas de cobre, tejas árabes y material de recubrimiento cerámico, y, sobre todo, vidrio. Todos estos y muchos más datos están muy bien explicados en el Centro de Visitantes (Inicio y final de esta ruta circular.

Esta pequeña ruta es la más popular entre los viajeros que visitan Castril, pero hay otra similar y más salvaje, como es la Cerrada de la Magdalena, que se interna en un barranco con paredes de unos 150 metros de altura, además de un gran número de rutas senderistas y montañeras por la agreste y bellísima Sierra de Castril, o por ejemplo, el camino que recorre la presa y el aliviadero del Embalse del Portillo, que coincide con el último tramo de ruta.