Cerro Coroniallas y Abetos de la Fanfría.
near Lardiés, Aragón (España)
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Itinerary description
-Inicio, en la pista de San Salvador a 850m de altitud.
-Duración, unas 6 horas en total, sin contar paradas.
-Desnivel, 950 metros de subidas y bajadas.
-Cerro Coroniallas a 1697m.
Si vamos de Sabiñánigo a Fiscal, una vez atravesados los túneles de Petralba, sale un desvío señalizado hacia Lardiés y Fiscal. Una pista asfaltada conduce hasta este último, aunque antes hemos de desviarnos por un carril de tierra a mano derecha. Se puede llegar a la altura de una señal que prohíbe la entrada de vehículos sin autorización, permiso que se obtiene tras abonar 3 euros según reza el aviso.
La pista cruza un arroyo y avanza recta, dejando atrás una cancela ganadera y un antiguo refugio en malas condiciones. Así se alcanza el desvío señalizado a la Collada de Fenés, junto al puente que salva las aguas del barranco de San Salvador y que cruzaremos a la vuelta.
Ahora la senda asciende por bosque de pinar hacia la carretera, en un trazado evidente y marcado con pinturas de PR.
Fuerte rampa en ascenso para situarnos bajo el viaducto de la carretera. Es un tramo raruno pues se marcha entre los cimientos de la infraestructura, oyendo el trantrán de los vehículos por encima de nuestras cabezas. Luego las pinturas van por el costado de la vía para enseguida cruzar por debajo del siguiente y altivo puente.
Hitos y marcas animan a tomar una senda que abandona la carretera y el centro de control de túneles a fin de ascender hacia el Collado de Fenés. Es una ladera de bastante sombra, concedida por pinos y quejigos. Los mojones de piedras y alguna baliza deslindan un cruce donde tomar la senda de la derecha.
Un poste indicador anuncia la llegada a la pista que desemboca en el prado de la Collada de Fenés. Nos podemos asomar a su linde sureña, donde se alza un pluviómetro, con idea de disfrutar de las vistas ganadas al macizo de Cotiella, Peña Montañesa...
Del carril que desciende por la otra vertiente sale pronto el desvío del PR que nos interesa, hacia Fanlillo. El camino se halla marcado por unas pinturas de color anaranjado, y otras amarillas y blancas del PR, útiles para acertar con un trazado que a veces se despista.
Al final el camino desemboca en una pista, la que viene de la Collada Fenés, y que seguiremos recto hasta alcanzar la siguiente intersección. Allí se abandona la traza del PR que marcha a la Pardina de Fenés para tomar una pista a mano izquierda. La misma parecía recién abierta en aquella jornada ante la cantidad de madera apilada en sus laterales y la presencia de una excavadora ociosa. Cerca queda un gran campo con un par de bordas en uso y cuidadas.
El avance por el carril fue penoso debido al barro acumulado en el piso, un lodazal que adhiriose a las mías botas pegando un kilo a cada una. Por suerte el tramo pistero finaliza al llegar a una curva cerrada a derechas, donde se toma un camino poco aparente que cruza el regato del barranco.
El trayecto que sigue hasta alcanzar el Collado de Petralba discurre por un bosque sorprendente y con mucho encanto, formado por especies variadas entre las que sobresalen grandes ejemplares de hayas y abetos. El camino es ancho y sube guiado por hitos de piedras. A veces salen trochas secundarias que pueden engañar pero en general la traza avanza pegada al barranco, cuyo lecho cruzaremos mas adelante.
Así saldremos a una trocha horizontal de la que se desprende un ramal a la derecha por donde continuar. Justo en ese cruce, yendo unos metros por la trocha horizontal, se descubre el primero de los enormes abetos que crecen en este bosque del Fabar de la Fanfría, un gigante capaz de medirse a lo ancho con otros congéneres y salir victorioso. El tronco no lo rodean tres personas abrazadas. Se dice que el mas grande de Aragón, aunque semejante aseveración requeriría de una ardua catalogación.
El ramal en subida pronto linda con otro abeto de dimensiones parecidas al anterior, con la base del tronco cubierta de musgo. A la altura de un haya tumbada se localiza el tercero de los abetos monumentales de la Fanfría, al menos de los que se hallan cerca de la trocha de subida. Quién sabe si habrá otro u otros escondidos en lo profundo del bosque.
El haya caída obstaculiza la marcha con su robusto tronco que se debe superar no sin esfuerzo. Después esperan dos hayas, esta vez erguidas, de un porte magnífico que rivaliza con el tamaño los abetos anteriores.
En adelante el sendero pierde definición entre los arbustos de bojes, y su traza aparece señalizada con cintas de plástico, práctica y horrenda manera de indicar un camino.
Así saldremos a una primera campa situada al oeste del Collado de Petralba o de Espín, del que sale un carril que enseguida desemboca en otro prado alargado con vistas al pasivo de la Punta Gradatiello. De este prado sale una trocha que permite un recorrido alternativo de vuelta hacia la Collada de Fenés. En este día continuose por un camino alfombrado de erizones que sube al Collado de Petralba.
Con paisaje abierto al sur, hacia la carretera del Puerto y al horizonte de la Sierra de Guara, se ha de reconocer una vaguada que permite el acceso al Cerro Coroniallas. Tras remontar una ladera de erizones se atraviesa el vallejo para salir a las campas del Cerro.
Queda una sencilla cuesta herbosa que antecede a la balconada inesperada del Coroniallas. Es un otero que sorprende por su amplio panorama a las montañas del Sobrarbe, a parte de divisar otros macizos y sierras como los del Turbón y la Partacua. La guinda a la amena subida por el Fabar de la Fanfría.
Surge la opción de retornar por la trocha mencionada que finaliza en la Collada de Fenés, o la alternativa escogida en esta jornada de volver por la pista de San Salvador. A este propósito se ha de recorrer a lo largo el Collado de Petralba, con rumbo este, y antes de salir a un nuevo prado, identificar el arranque de una trocha que baja por la vertiente norteña.
Este camino traza un par de revueltas y enlaza con la ruta de subida a la Peña Canciás, indicador con forma de tablilla. El bosque sigue aportando frescura y cobijo a la marcha en descenso, con un aumento en la anchura del carril a medida que perdemos cota.
Atender a un desvío sin indicar que lleva en cinco minutos a la ermita de San Salvador, edificio sin techumbre aunque son su altar restaurado. Hay bancos y mesas a modo de merendero para descansar y comer.
Queda todavía un trecho largo para retornar al punto de inicio de la excursión, siempre por el trazado de la pista que se hace anodina y monótona en los kilómetros finales. Se pasará junto al refugio de San Salvador y a un salto de agua inmediato, para seguir entre el arbolado que flanquea la pista.
Desde el puente sobre el barranco de San Salvador el trayecto es idéntico al llevado a la ida.
Nota final: ignoro si se puede aparcar junto al control de túneles del Puerto de Petralba o en la boca sur del túnel largo, porque en caso afirmativo se acortaría bastante el recorrido hasta el Cerro Coroniallas y los abetos.
-Duración, unas 6 horas en total, sin contar paradas.
-Desnivel, 950 metros de subidas y bajadas.
-Cerro Coroniallas a 1697m.
Si vamos de Sabiñánigo a Fiscal, una vez atravesados los túneles de Petralba, sale un desvío señalizado hacia Lardiés y Fiscal. Una pista asfaltada conduce hasta este último, aunque antes hemos de desviarnos por un carril de tierra a mano derecha. Se puede llegar a la altura de una señal que prohíbe la entrada de vehículos sin autorización, permiso que se obtiene tras abonar 3 euros según reza el aviso.
La pista cruza un arroyo y avanza recta, dejando atrás una cancela ganadera y un antiguo refugio en malas condiciones. Así se alcanza el desvío señalizado a la Collada de Fenés, junto al puente que salva las aguas del barranco de San Salvador y que cruzaremos a la vuelta.
Ahora la senda asciende por bosque de pinar hacia la carretera, en un trazado evidente y marcado con pinturas de PR.
Fuerte rampa en ascenso para situarnos bajo el viaducto de la carretera. Es un tramo raruno pues se marcha entre los cimientos de la infraestructura, oyendo el trantrán de los vehículos por encima de nuestras cabezas. Luego las pinturas van por el costado de la vía para enseguida cruzar por debajo del siguiente y altivo puente.
Hitos y marcas animan a tomar una senda que abandona la carretera y el centro de control de túneles a fin de ascender hacia el Collado de Fenés. Es una ladera de bastante sombra, concedida por pinos y quejigos. Los mojones de piedras y alguna baliza deslindan un cruce donde tomar la senda de la derecha.
Un poste indicador anuncia la llegada a la pista que desemboca en el prado de la Collada de Fenés. Nos podemos asomar a su linde sureña, donde se alza un pluviómetro, con idea de disfrutar de las vistas ganadas al macizo de Cotiella, Peña Montañesa...
Del carril que desciende por la otra vertiente sale pronto el desvío del PR que nos interesa, hacia Fanlillo. El camino se halla marcado por unas pinturas de color anaranjado, y otras amarillas y blancas del PR, útiles para acertar con un trazado que a veces se despista.
Al final el camino desemboca en una pista, la que viene de la Collada Fenés, y que seguiremos recto hasta alcanzar la siguiente intersección. Allí se abandona la traza del PR que marcha a la Pardina de Fenés para tomar una pista a mano izquierda. La misma parecía recién abierta en aquella jornada ante la cantidad de madera apilada en sus laterales y la presencia de una excavadora ociosa. Cerca queda un gran campo con un par de bordas en uso y cuidadas.
El avance por el carril fue penoso debido al barro acumulado en el piso, un lodazal que adhiriose a las mías botas pegando un kilo a cada una. Por suerte el tramo pistero finaliza al llegar a una curva cerrada a derechas, donde se toma un camino poco aparente que cruza el regato del barranco.
El trayecto que sigue hasta alcanzar el Collado de Petralba discurre por un bosque sorprendente y con mucho encanto, formado por especies variadas entre las que sobresalen grandes ejemplares de hayas y abetos. El camino es ancho y sube guiado por hitos de piedras. A veces salen trochas secundarias que pueden engañar pero en general la traza avanza pegada al barranco, cuyo lecho cruzaremos mas adelante.
Así saldremos a una trocha horizontal de la que se desprende un ramal a la derecha por donde continuar. Justo en ese cruce, yendo unos metros por la trocha horizontal, se descubre el primero de los enormes abetos que crecen en este bosque del Fabar de la Fanfría, un gigante capaz de medirse a lo ancho con otros congéneres y salir victorioso. El tronco no lo rodean tres personas abrazadas. Se dice que el mas grande de Aragón, aunque semejante aseveración requeriría de una ardua catalogación.
El ramal en subida pronto linda con otro abeto de dimensiones parecidas al anterior, con la base del tronco cubierta de musgo. A la altura de un haya tumbada se localiza el tercero de los abetos monumentales de la Fanfría, al menos de los que se hallan cerca de la trocha de subida. Quién sabe si habrá otro u otros escondidos en lo profundo del bosque.
El haya caída obstaculiza la marcha con su robusto tronco que se debe superar no sin esfuerzo. Después esperan dos hayas, esta vez erguidas, de un porte magnífico que rivaliza con el tamaño los abetos anteriores.
En adelante el sendero pierde definición entre los arbustos de bojes, y su traza aparece señalizada con cintas de plástico, práctica y horrenda manera de indicar un camino.
Así saldremos a una primera campa situada al oeste del Collado de Petralba o de Espín, del que sale un carril que enseguida desemboca en otro prado alargado con vistas al pasivo de la Punta Gradatiello. De este prado sale una trocha que permite un recorrido alternativo de vuelta hacia la Collada de Fenés. En este día continuose por un camino alfombrado de erizones que sube al Collado de Petralba.
Con paisaje abierto al sur, hacia la carretera del Puerto y al horizonte de la Sierra de Guara, se ha de reconocer una vaguada que permite el acceso al Cerro Coroniallas. Tras remontar una ladera de erizones se atraviesa el vallejo para salir a las campas del Cerro.
Queda una sencilla cuesta herbosa que antecede a la balconada inesperada del Coroniallas. Es un otero que sorprende por su amplio panorama a las montañas del Sobrarbe, a parte de divisar otros macizos y sierras como los del Turbón y la Partacua. La guinda a la amena subida por el Fabar de la Fanfría.
Surge la opción de retornar por la trocha mencionada que finaliza en la Collada de Fenés, o la alternativa escogida en esta jornada de volver por la pista de San Salvador. A este propósito se ha de recorrer a lo largo el Collado de Petralba, con rumbo este, y antes de salir a un nuevo prado, identificar el arranque de una trocha que baja por la vertiente norteña.
Este camino traza un par de revueltas y enlaza con la ruta de subida a la Peña Canciás, indicador con forma de tablilla. El bosque sigue aportando frescura y cobijo a la marcha en descenso, con un aumento en la anchura del carril a medida que perdemos cota.
Atender a un desvío sin indicar que lleva en cinco minutos a la ermita de San Salvador, edificio sin techumbre aunque son su altar restaurado. Hay bancos y mesas a modo de merendero para descansar y comer.
Queda todavía un trecho largo para retornar al punto de inicio de la excursión, siempre por el trazado de la pista que se hace anodina y monótona en los kilómetros finales. Se pasará junto al refugio de San Salvador y a un salto de agua inmediato, para seguir entre el arbolado que flanquea la pista.
Desde el puente sobre el barranco de San Salvador el trayecto es idéntico al llevado a la ida.
Nota final: ignoro si se puede aparcar junto al control de túneles del Puerto de Petralba o en la boca sur del túnel largo, porque en caso afirmativo se acortaría bastante el recorrido hasta el Cerro Coroniallas y los abetos.
Waypoints
Waypoint
3,407 ft
Intersección de pistas.
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