Cerro de la Peluca o Platero y Necrópolis Árabe, desde la Junta de Caminos, en El Chaparral

La circular de hoy la haremos entre el Cerro de la Peluca o Cerro Plateto y las Necrópolis Árabes que se encuentran en este lugar.

El cerro de la Peluca es un yacimiento arqueológico, situado en el distrito Puerto de la Torre de Málaga.

Está emplazado en un territorio inmediatamente anterior a la bahía de Málaga, en las cercanías de la confluencia de dos de las principales arterias de comunicación natural de la provincia, correspondientes al río Campanillas y al río Guadalhorce, durante el segundo milenio antes de nuestra era.

La compleja y amplia distribución por el territorio de las diferentes áreas que componen el yacimiento, revelan la estructura organizativa de un poblado de la Edad del Bronce, que cuenta con una zona de uso doméstico donde se ubicaría el poblado propiamente dicho, en cotas de cierta altitud, y varias áreas de necrópolis, asociadas al poblado. Repartidas por las lomas situadas en cotas inferiores del cerro.

Además, se ha probado la existencia de minas de cobre, explotadas durante los años de florecimiento del poblado.

El yacimiento del Cerro de la Peluca viene a ser, junto con el yacimiento de el Llano de la Virgen, en el municipio malagueño de Coín, uno de los pocos testimonios arqueológicos excavados de forma sistemática de poblados de este tipo en toda la provincia.

Se trata, por ello, de un espacio singular y relevante, con gran potencialidad para el desarrollo de investigaciones arqueológicas, considerado de la misma importancia que los grandes yacimientos andaluces, conocidos de la misma fecha como: El Argar o Castellón Alto.

Una ruta que, aunque califico de moderada, tiene algunos puntos algo complicados.

Uno de ellos es la subida al Cerro, muy inclinada y con piedra suelta en toda la subida. Tenemos que ir zizagueando y buscando el terreno mas sólido para mayor seguridad.

En algunos tramos, tendremos que trepar un poquito. Todo esto con algo de precaución, se hace sin mayor problema.

La bajada también es algo durilla, por lo pendiente del terreno. Al igual que la subida, con cuidado y al ritmo que cada uno requiera, no hay problema.

La vuelta, después de las tumbas árabes, la hacemos a ratos por el río, a ratos por el carril y en la mayor parte del tiempo, campo a través, improvisando senderos que no son muy visibles. Hasta llegar al curso de arroyo y seguir por él, ya hasta el final.

Una ruta, en definitiva, muy bonita, con unas vistas impresionantes, practicamente desde el minuto cero, y mas aún al llegar a la cima, donde podemos divisar toda la bahía malagueña y sus elevaciones.

Tiene algunos punto algo mas complicadillos pero, que con algo de cuidado y precaución, no hay mayor dificultad.

Una rutita que, sin duda, merece ese pequeño esfuerzo.