CERRO DE LA SALAMANCA (1.785 m) Y PINARES DE PEGUERINOS
near Las Damas, Castilla y León (España)
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Itinerary description
CERRO DE SALAMANCA (1.785 m):
Ruta circular por suelo abulense, con salida y llegada en el albergue forestal Casa de la Cueva (1.488 m), situado junto a la carretera que une el puerto de Malagón con el pueblo de Peguerinos. Se cataloga como 'moderada' por la distancia (17 km), aunque para las personas con buena condición física el nivel es 'fácil'.
Se trata de un itinerario muy entretenido: combina parajes de media montaña (cota máxima de 1.785 m) con llaneo por pinares y praderas por los que serpentean arroyos. Y con unas estupendas vistas en la primera mitad del recorrido, mientras se sube y baja por el cordal que une los refugios ruinosos de La Naranjera (1.600 m) y del cerro de la Salamanca (1.785 m y tres horas hasta él, incluidas paradas), separados por unos 5,5 kilómetros que se patean por el camino montañero pedregoso que hace de GR-10 (gran recorrido).
A lo largo de dicha cuerda, divisoria entre las provincias de Ávila y Madrid, se superan el cerro de la Carrasqueta (1.652 m y con parapetos de la guerra civil) y el Risco del Palanco (1.687 m): ambos se orillan sin necesidad de alcanzar sus cumbres, que quedan 40 metros más arriba del GR-10. Pero su tránsito, al que se añade la subida final al cerro de la Salamanca (1.785 m), convierte dicho tramo en una sucesión de ascensos y descensos que requieren cierta paciencia, por el efecto acumulado para las piernas (3 horas desde la salida; la vuelta serán 2.00-2.15 horas de absoluta comodidad).
El camino por las cumbres que anteceden al cerro de Salamanca es bien hermoso. Especialmente cuando se supera la cancela situada al inicio de la base del Risco del Palanco (2.15 horas), que nos pasa de Ávila a Madrid, y el sendero, interrumpido al principio por árboles arqueados de ramas retorcidas, se enrosca por un 'bosque' de rocas macizas de gran porte. Un curioso paseo por el que, además, se sigue disfrutando de las potentes vistas que ahora surgen a nuestra derecha.
Antes de encarar la última loma que lleva al cerro de la Salamanca, se atraviesa una segunda cancela, que nos devuelve a la provincia de Ávila. El repecho final es a montículo despejado. Arriba nos espera el refugio.
Desce el cerro de la Salamanca (sin geodésico, pero con el vértice de piedra piramidal que hace de divisoria provincial), se disfruta una estupenda panorámica. Al sur, todo el cordal por donde venimos (al fondo, la cara norte del monte Abantos). Al oeste, Cueva Valiente (1.903 m). Al norte, Cabeza Líjar, el cordal de La Mujer Muerta, la Cuerda Larga y, en la más remota lontananza, La Pedriza. Al este, el embalse de la Jarosa y los pueblos madrileños de presierra (Guadarrama, Collado Mediano, Alpedrete...).
Unos metros más abajo de la cima se encuentra el mencionado refugio abandonado, del mismo patrón arquitectónico que el de La Naranjera. Una vez superada la construcción, toca abandonar el GR-10 (continúa por el cordal hasta Cabeza Líjar ) y girar 90º a izquierda para seguir el GR-88 (que nace en este punto y se prolonga hasta la ciudad de Segovia).
Desde su cota más álgida, el GR-88 se precipita ladera abajo hasta el collado del Hornillo (1.637 m): se pierden 250 metros de desnivel en apenas 500 metros de distancia.
Una vez en el collado, lo que queda de ruta es ligera bajada, primero, y cómodo llaneo, después. Los tramos más exigentes han quedado atrás.
En el collado, hay que girar a izquierda. Y se presentan dos alternativas: se puede seguir por la carretera que lo atraviesa (transitada esporádicamente por vehículos y que une Peguerinos con el Alto del León, en la A-6) o buscar el sendero de la Cañada Real Leonesa. Éste desciende a izquierda desde el collado en paralelo al asfalto (la carretera queda a nuestra derecha), para luego desviarse ligeramente de nuevo a la izquierda, apartándose brevemente de la carretera que debe zigzaguear para salvar el desnivel. Pero rápidamente el sendero se topa otra vez con la carretera, justo a la altura de una fuente, reconocible por el ancho y alto muro de piedra que la guarece.
Una vez en la fuente, lo mismo de antes: o se sigue por la carretera o se coge el sendero que hay al otro lado del arroyo del Collado del Hornillo (el cauce está a la izquierda del asfalto según bajamos). Es mucho mejor esta segunda opción, pues permite disfrutar de la cercanía de la corriente de agua, que, en esta época del año (4 de marzo), fluye con generoso caudal. El sendero vadea en un par de ocasiones el riachuelo.
Tras completar 1,3 kilómetros desde la fuente, la senda desemboca en una pista muy ancha, protegida de la carretera por una barrera: es el camino de Canto Herradero, penúltima vía de nuestro itinerario. Antes de cogerlo a izquierda, podemos asomarnos a la carretera de nuevo (unos 50 metros a la derecha) para contemplar el muro vertical de Peña Blanca, antecedido por una bonita campa.
El camino de Canto Herradero (5,5 km) nos encauza, por pinares llanos, hasta el campamento de Peñas Blancas, ubicado en una amplia pradera: refugios de piedra, comederos techados sin paredes, bancadas, fuentes, campos de fútbol y canchas de baloncesto se esparcen por el fantasmagórico y cautivador lugar.
El camino continúa luego hasta dar con la carretera donde aparcamos el vehículo (la que comunica Peguerinos con el puerto de Malagón). Alcanzada ésta, la seguimos sentido puerto de Malagón (nuestra izquierda). 800 metros después, y en pequeña pendiente cuesta arriba, nos reencontramos con el albergue forestal Casa de la Cueva, donde iniciamos la ruta cinco horas y media antes.
Ruta circular por suelo abulense, con salida y llegada en el albergue forestal Casa de la Cueva (1.488 m), situado junto a la carretera que une el puerto de Malagón con el pueblo de Peguerinos. Se cataloga como 'moderada' por la distancia (17 km), aunque para las personas con buena condición física el nivel es 'fácil'.
Se trata de un itinerario muy entretenido: combina parajes de media montaña (cota máxima de 1.785 m) con llaneo por pinares y praderas por los que serpentean arroyos. Y con unas estupendas vistas en la primera mitad del recorrido, mientras se sube y baja por el cordal que une los refugios ruinosos de La Naranjera (1.600 m) y del cerro de la Salamanca (1.785 m y tres horas hasta él, incluidas paradas), separados por unos 5,5 kilómetros que se patean por el camino montañero pedregoso que hace de GR-10 (gran recorrido).
A lo largo de dicha cuerda, divisoria entre las provincias de Ávila y Madrid, se superan el cerro de la Carrasqueta (1.652 m y con parapetos de la guerra civil) y el Risco del Palanco (1.687 m): ambos se orillan sin necesidad de alcanzar sus cumbres, que quedan 40 metros más arriba del GR-10. Pero su tránsito, al que se añade la subida final al cerro de la Salamanca (1.785 m), convierte dicho tramo en una sucesión de ascensos y descensos que requieren cierta paciencia, por el efecto acumulado para las piernas (3 horas desde la salida; la vuelta serán 2.00-2.15 horas de absoluta comodidad).
El camino por las cumbres que anteceden al cerro de Salamanca es bien hermoso. Especialmente cuando se supera la cancela situada al inicio de la base del Risco del Palanco (2.15 horas), que nos pasa de Ávila a Madrid, y el sendero, interrumpido al principio por árboles arqueados de ramas retorcidas, se enrosca por un 'bosque' de rocas macizas de gran porte. Un curioso paseo por el que, además, se sigue disfrutando de las potentes vistas que ahora surgen a nuestra derecha.
Antes de encarar la última loma que lleva al cerro de la Salamanca, se atraviesa una segunda cancela, que nos devuelve a la provincia de Ávila. El repecho final es a montículo despejado. Arriba nos espera el refugio.
Desce el cerro de la Salamanca (sin geodésico, pero con el vértice de piedra piramidal que hace de divisoria provincial), se disfruta una estupenda panorámica. Al sur, todo el cordal por donde venimos (al fondo, la cara norte del monte Abantos). Al oeste, Cueva Valiente (1.903 m). Al norte, Cabeza Líjar, el cordal de La Mujer Muerta, la Cuerda Larga y, en la más remota lontananza, La Pedriza. Al este, el embalse de la Jarosa y los pueblos madrileños de presierra (Guadarrama, Collado Mediano, Alpedrete...).
Unos metros más abajo de la cima se encuentra el mencionado refugio abandonado, del mismo patrón arquitectónico que el de La Naranjera. Una vez superada la construcción, toca abandonar el GR-10 (continúa por el cordal hasta Cabeza Líjar ) y girar 90º a izquierda para seguir el GR-88 (que nace en este punto y se prolonga hasta la ciudad de Segovia).
Desde su cota más álgida, el GR-88 se precipita ladera abajo hasta el collado del Hornillo (1.637 m): se pierden 250 metros de desnivel en apenas 500 metros de distancia.
Una vez en el collado, lo que queda de ruta es ligera bajada, primero, y cómodo llaneo, después. Los tramos más exigentes han quedado atrás.
En el collado, hay que girar a izquierda. Y se presentan dos alternativas: se puede seguir por la carretera que lo atraviesa (transitada esporádicamente por vehículos y que une Peguerinos con el Alto del León, en la A-6) o buscar el sendero de la Cañada Real Leonesa. Éste desciende a izquierda desde el collado en paralelo al asfalto (la carretera queda a nuestra derecha), para luego desviarse ligeramente de nuevo a la izquierda, apartándose brevemente de la carretera que debe zigzaguear para salvar el desnivel. Pero rápidamente el sendero se topa otra vez con la carretera, justo a la altura de una fuente, reconocible por el ancho y alto muro de piedra que la guarece.
Una vez en la fuente, lo mismo de antes: o se sigue por la carretera o se coge el sendero que hay al otro lado del arroyo del Collado del Hornillo (el cauce está a la izquierda del asfalto según bajamos). Es mucho mejor esta segunda opción, pues permite disfrutar de la cercanía de la corriente de agua, que, en esta época del año (4 de marzo), fluye con generoso caudal. El sendero vadea en un par de ocasiones el riachuelo.
Tras completar 1,3 kilómetros desde la fuente, la senda desemboca en una pista muy ancha, protegida de la carretera por una barrera: es el camino de Canto Herradero, penúltima vía de nuestro itinerario. Antes de cogerlo a izquierda, podemos asomarnos a la carretera de nuevo (unos 50 metros a la derecha) para contemplar el muro vertical de Peña Blanca, antecedido por una bonita campa.
El camino de Canto Herradero (5,5 km) nos encauza, por pinares llanos, hasta el campamento de Peñas Blancas, ubicado en una amplia pradera: refugios de piedra, comederos techados sin paredes, bancadas, fuentes, campos de fútbol y canchas de baloncesto se esparcen por el fantasmagórico y cautivador lugar.
El camino continúa luego hasta dar con la carretera donde aparcamos el vehículo (la que comunica Peguerinos con el puerto de Malagón). Alcanzada ésta, la seguimos sentido puerto de Malagón (nuestra izquierda). 800 metros después, y en pequeña pendiente cuesta arriba, nos reencontramos con el albergue forestal Casa de la Cueva, donde iniciamos la ruta cinco horas y media antes.
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