Cerro de la Yedra y Tajo Pompeyo

Preciosa ruta realizada con el club Comando Preston por una zona muy poco visitada del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, coronando ocho cerros con nombre propio: Cerro de las Carboneras (1389), Cerro de la Sardina (1354), Cerro del Pendejo (1409), Cerro de la Yedra (1432), Cerro de Cueva Bermeja 1356), Cerro del Colmenarejo (1256), Tajo Pompeyo (1222) y Cerro de Rajete (1271).

Antes de nada hay que advertir que la ruta discurre por terrenos de propiedad privada, y aunque no se prohíbe el paso –hay cancelas o portillas que pueden abrirse soltando una cuerda–, es necesario respetar al máximo a los animales, plantas e infraestructuras de cualquier tipo que podamos encontrarnos, y dejar las portillas perfectamente cerradas para evitar que pueda escapar el ganado.

Para llegar al punto de inicio hay que entrar al parque por el acceso de la carretera Ronda-San Pedro y seguir el carril unos dos kilómetros hasta el Arroyo de las Carboneras, donde nos desviaremos a la izquierda en dirección al Cortijo de Rajete. Al inicio de este carril hay una explanada donde se puede aparcar perfectamente, pero nosotros preferimos seguir unos cientos de metros hasta un ensanche donde dejamos los coches. Desde allí comenzamos a caminar por el carril. Pronto encontramos una cancela, cerrada con una cuerda, con un cartel que nos advierte que entramos en propiedad privada, y que está prohibido recoger setas. La cruzamos, dejándola perfectamente cerrada como la encontramos –por supuesto– y seguimos por el carril que nos conduce a las ruínas del Cortijo Rajete, que a juzgar por lo que queda de él debió de ser un edificio magnífico.


Cortijo Rajete

Desde allí comenzamos a subir siguiendo veredillas de ganado que nos conducen entre el matorral hasta la Sima de las Carboneras.


Sima de las Carboneras

Luego seguimos subiendo hasta un collado situado en la cordal del Cerro Rajete al Cerro de las Carboneras. El viento, que apenas se notaba en la subida, sopla con fuerza en cuanto alcanzamos la divisoria, y nos castigará bastante durante toda la ruta en las zonas altas. Desde allí continuamos por la cuerda hasta el Puerto de la Sardina, que se encuentra muy cerca.


Puerto de la Sardina

Cuando llegamos al puerto abandonamos la cordal para ir en busca de la Fuente de la Sardina situada a unos quinientos metros al norte, aproximadamente a la misma altitud.


Fuente de la Sardina

La fuente, que antaño debió de gozar de mucha importancia, se encuentra en un estado lamentable, de su caño de hierro no mana agua –seguramente porque la canalización estará obstruida o rota, porque hemos cruzado varios regueros que sí llevaban agua– y las pilas a las que vertía su caudal se encuentran derruídas y semienterradas.


Fuente de la Sardina

Desde la fuente se divisan las ruínas del Cortijo de la Sardina Alto, unos metros más abajo. Luego volvemos a la cordal para emprender la subida al Cerro de las Carboneras.


Subiendo al Cerro de las Carboneras

Hay un poco de confusión con la toponimia de estos cerros, yo adopto la del mapa de la Colección Topográfica CEDER, que me parece más fiable que la del IGN. Desde el Cerro de las Carboneras nos dirigimos hacia el norte para encumbra el vecino Cerro de la Sardina, un poco más bajo. Luego volvemos a la cordal principal para subir al Cerro del Pendejo por su arista sur. Desde la cumbre tenemos espléndidas vistas del Peñón de Ronda, los Tajos del Canalizo y toda la cara noroeste de la Sierra de las Nieves –cubierta de nubes– con el Cortijo de los Quejigales a sus pies.


Peñón de Ronda, Tajos del Canalizo y Cara norte de la Sierra de las Nieves

Ahora bajamos al Puerto de Cueva Bermeja, cruzando la valla por una portilla. Desde aquí la cueva queda muy cerca, pero nosotros queremos subir antes al Cerro de la Yedra. La primera parte de la subida es muy dócil, por una loma bastante tendida.


Subiendo al Pico de la Yedra

En la parte final, tras cruzar un pequeño pinar, sí hay que hacer una corta trepada para acceder al pico –cota más alta de la ruta de hoy–, pero sin ninguna dificultad.


Subida final al Cerro de la Yedra

Arriba paramos un momento para admirar las vistas y hacernos fotos, pero pronto el viento nos empuja a continuar.


Pico de la Yedra

Tras la correspondiente sesión fotográfica comenzamos el descenso, primero volviendo sobre nuestros pasos y luego con el punto de mira puesto en la Cueva Bermeja, que ya se vislumbra con sus impresionantes pliegues sinclinales y anticlinales. Hay que cruzar la cabecera del Arroyo de las Cobatillas y pasar la valla por una portilla.


Camino de Cueva Bermeja

La cueva, con su característico color rojizo que le da nombre, es absolutamente espectacular, muestra fehaciente de los tremendos cataclismos tectónicos que debieron de producirse en esta zona.


Cueva Bermeja

Para acceder a la cumbre hay varias vías con distintos grados de dificultad, yo accedo por una muy vertical justo a la izquierda de la cueva principal, que desde luego no es la más sencilla. Pero más a la izquierda hay otras dos o tres por las que se puede subir sin dificultad.


Subiendo a la cumbre de Cueva Bermeja

En la cumbre hay también espectaculares formaciones rocosas.


Cerro de Cueva Bermeja

Una vez coronado el Cerro de la Cueva empezamos a bajar por la cordal hacia el Puerto del Colmenarejo, con el Tajo Pompeyo a la vista.


Bajando de Cueva Bermeja

En vez de bajar desde el puerto directamente hacia Tajo Pompeyo, subimos al vecino Cerro del Colmenarejo y continuamos un poco más por la arista antes de descender hasta Puerto Pompeyo, atravesado por el Arroyo del Colmenarejo. A medida que nos vamos acercando, las vistas del Tajo son cada vez más impresionantes.


Tajo Pompeyo

Aunque desde abajo la subida por las paredes del Tajo puede impresionar, hay acceso fácil hasta la cumbre si se buscan los pasos más asequibles.


41_Subiendo al Tajo Pompeyo

En la cumbre hacemos la parada del almuerzo, resguardados a sotavento de unos riscos.


Tajo Pompeyo

Tras reponer fuerzas tenemos que bajar al Arroyo del Taramal para atacar la última cumbre de la jornada: el Cerro Rajete. En otras ocasiones hemos continuado un poco más por la cuerda hacia el oeste antes de descender, pero nos metimos en una zona de matorral espeso con muchos pinchos que esta vez pretendemos evitar. Así que bajamos directamente hacia el sur en cuanto los enormes tajos de esta vertiente nos lo permiten, zigzagueando por una zona muy empinada y con algunas piedras sueltas, pero despejada de maleza.


Bajando del Tajo Pompeyo

Conseguimos bajar hasta el Arroyo del Taramal por una zona bastante limpia, sin apenas matorral, lo cruzamos y comenzamos a subir por la arista norte del Cerro Rajete.


Arroyo del Taramal

En el comienzo de la subida hay que pegarse a la izquierda que es la zona más limpia, por la derecha hay una mancha bastante espesa de espinos majoletos y aulagas. Más arriba domina la piedra y no hay mayor problema.


Subiendo al Cerro Rajete

Desde la cumbre tenemos bonitas vistas al norte del Tajo Pompeyo y Sierra Hidalga.


Tajo Pompeyo y Sierra Hidalga desde Cerro Rajete

Y al este de la Sierra de las Nieves, que se ha despejado un poco, aunque el viento allá arriba debe de ser terrible. También observamos desde aquí todo el recorrido que hemos realizado.


Sierra de las Nieves desde Cerro Rajete

Bajamos por la cordal hasta el collado por el que subimos esta mañana, para cerrar el círculo.


Bajando de Cerro Rajete

La bajada desde el collado, en vez de realizarla por el Cortijo Rajete como la subida, la hacemos más a la izquierda, por el Hoyo de las Muchachas. Vamos sorteando el matorral ayudados por las veredillas de ganado.


Hoyo de las Muchachas

Llegamos al Hoyo de las Muchachas sin mucho problema, continuamos bajando hasta el Arroyo de las Carboneras y nos adentramos en un pinar donde enlazamos con un carril que nos llevará de vuelta hasta los coches.


Pinar en el Arroyo de las Carboneras

Una ruta extraordinaria en compañía de un grupo inmejorable.