Cerro Llabres o Cabeza Brañueta (Llanes)
near Lledías, Asturias (España)
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Itinerary description
Recorrido circular por la Sierra de Llabres, alargado peñasco calizo situado al sur de Posada de Llanes. Partiendo del barrio de Lledías, alcanzamos su parte oriental por el collado de La Prida y siguiendo el sendero de la Casa del Cura, ascendemos a la Cabeza Brañueta con su vértice geodésico, para descender por la parte occidental hasta la localidad de Riosecu. Luego por los pastizales del Toral, bordeamos los últimos derrumbes calizos de la sierra, para enlazar con un camino que nos devuelve a Lledías.
Lledías (48 metros) - Collado de La Prida (326 metros) - Cabeza Brañueta (689 metros) - Colláu Dornayu (564 metros) - Riosecu (192 metros) - Lledías (48 metros).
Desde la autovía A-8 dirección Cantabria, salir en Posada de Llanes para entrar en el centro de la población por la AS-115. Nada mas cruzar las vías del tren, seguir a la izquierda por las calles que nos llevarán al barrio de Lledías, nuestro punto de partida. Junto a la ermita de San Francisco existen algunas zonas de aparcamiento.
Hacia el sur tenemos en toda su extensión el bloque calizo de la Peña Llabres, orientado de este a oeste como barrera meridional de Posada de Llanes. Caminamos hacia ella abandonando la zona urbana de Lledías, entre fincas protegidas con buenos muros de piedra.
Por los pastos del Cazorru, enlazamos con un ancho camino que llanea hacia el este bordeando los derrumbes de la peña. Cuando llevamos casi 2 kms recorridos, un sendero sale a la derecha para tomar rumbo al collado de La Prida.
Ganamos altura con celeridad, mientras el sendero asciende en diagonal por las laderas de la peña. De buen trazado con algunos tramos empedrados, salva con varias revueltas la pendiente para elevarnos al collado de La Prida. Hay que volver la vista hacia atrás para admirar la rasa costera, con sus pequeños pueblos, adivinando ensenadas entre bellísimos acantilados.
Desde el collado damos entrada al espléndido valle de Llabres. Al abrigo de las Sierras de Peña Villa y Llabres, esconde recónditos y alargados pastizales a modo de poljé. Por èl serpentea el pequeño arroyo Riana, mientras desaparece silenciosamente buscando una salida en el fondo del valle.
Desde el collado y sin descender tomamos a la derecha la senda de La Casa del Cura, relacionada sin duda con la casa en la que habitó un sacerdote que sufrió destierro. La cabaña tenía forma rectangular y se encuentra en una pequeña vega del fondo del valle, aunque ahora en estado de ruinas.
El sendero discurre sin apenas desnivel, hasta que alcanzamos la parte alta de los pastos del Lloredal, donde podemos encontrar la fuente Riana. Una vez que dejamos por debajo la cabaña y sus pastos, subimos por terreno abierto para enlazar con el sendero, que discurre de manera lineal por la falda de la peña.
El sendero penetra entre pequeños piornales y monte bajo, está muy definido y se asciende sin obstáculos mientras vamos alcanzando sucesivas camperas, que nos llevan a la vega de La Cueva, a los pies de la Cabeza Brañueta.
Seguimos hacia la izquierda de la cumbre, al amplio colláu Llabres, paso previo para alcanzar de manera sencilla la cima con el vértice geodésico que lo identifica. Aunque denominado Cerro Llabres por el IGN, está mas extendido el nombre de Cabeza Brañueta, definiendo como Llabres al conjunto de la sierra y al valle, el cual tiene su salida natural hacia Vibaño. Aunque la Cabeza Brañueta sea la cima mas representativa con sus 689 metros, no es la mas elevada, este privilegio le pertenece a la cercana Cabeza La Roble con 694 metros, a la que el IGN también la denomina con el nombre de La Becerrera, en fin....., problemas habituales de toponimia.
En la noche del 31 de Mayo de 1.944, el bombardero alemán Junkers JU 290 se estrelló en la cimera de la peña cuando procedente del mar con un motor en llamas, intentaba un aterrizaje de emergencia, probablemente en Cué, donde existía un pequeño aeródromo desde la guerra civil. Con las luces del alba los lugareños de Riosecu y Vibaño, acudieron a la mañana siguiente encontrándose con el dantesco espectáculo de cuerpos mutilados y quemados, esparcidos entre los restos del avión. Era para las gentes de Llanes, años de posguerra, de mucha hambre, de miedo y silencios, por ello lo que allí pasó después quedó diluido en contradicciones sobre lo que se recuperó del accidente, todo era válido para combatir las miserias de la época: armas, comida, asientos, relojes, paracaídas, dinero,... Los informes oficiales hablan de 10 tripulantes muertos y sin embargo se entierran en el cementerio de Posada "once varones naturales de Austria" (sic). La confusión fue evidente ya que la Guardia Civil carecía de control sobre la comarca, debido a la presencia de numerosos guerrilleros (los fugaos) que se escondían en la dura orografía llanisca. Como anécdota de lo que allí pasó, quedaron testimonios de gente que comió galletas, chocolate y dulces que eran especiales para los aviadores, ya que contenían estimulantes con aditivos, para combatir el sueño de sus largas jornadas sobrevolando el Atlántico, fruto de ello les produjo un tremendo insomnio que les dejó días enteros sin dormir. "Onde cayó l’aviòn" quedó en la memoria colectiva de las gentes de Riosecu y Vibaño.
No tuvimos fortuna con el tiempo, la niebla nos impidió disfrutar de las buenas panorámicas sobre las cumbres del Cornión, tampoco la marina cantábrica estaba a nuestro alcance visual. Dejando atrás la cumbre y su vértice geodésico, descendemos hacia el colláu Llabres para seguir a la derecha por un bellísimo escenario de camperas y pastos que recorren hacia poniente, las vaguadas de La Batalla hasta el colláu Dornayu.
El descenso hasta ahora plácido, nos conduce a las ruinas de las cabañas de La Raiz. Sin techumbre, solo quedan en ellas los poderosos muros de piedra de lo que fue un gran edificio, que llegó a tener canalizado un servicio interior de agua, todo un lujo para aquellos años.
Dejando atrás el singular paraje de La Raiz, el sendero se esconde un poco entre maleza y un par de cierres de fincas, que hemos de salvar después de cruzar junto a sus cabañas. Poco después vemos unas antenas que nos sirven de referencia, para enlazar con un camino que nos conduce a Riosecu, después de cruzar por la buena fuente de la Cueva L'Agua.
Atravesando en descenso el pueblo de Riosecu, nos desviamos de la carretera a la derecha en el barrio del Toral y cruzamos luego unos pastizales donde tenemos que solventar algunas barreras eléctricas (llendadores). Salimos de ello por una portilla de troncos que da acceso a un sendero, por el que ascendemos hacia unos torres de alta tensión, donde enlazamos con una pista de piedra, que cruza por los últimos derrumbes calizos de la sierra.
De vuelta a la ladera norte de la peña, seguimos un amplio camino que tras un par de desvíos, nos lleva a nuestro punto de partida en Lledias. Por detrás queda una excelente jornada de montaña, por territorios poco transitados que merece la pena conocer.
Lledías (48 metros) - Collado de La Prida (326 metros) - Cabeza Brañueta (689 metros) - Colláu Dornayu (564 metros) - Riosecu (192 metros) - Lledías (48 metros).
Desde la autovía A-8 dirección Cantabria, salir en Posada de Llanes para entrar en el centro de la población por la AS-115. Nada mas cruzar las vías del tren, seguir a la izquierda por las calles que nos llevarán al barrio de Lledías, nuestro punto de partida. Junto a la ermita de San Francisco existen algunas zonas de aparcamiento.
Hacia el sur tenemos en toda su extensión el bloque calizo de la Peña Llabres, orientado de este a oeste como barrera meridional de Posada de Llanes. Caminamos hacia ella abandonando la zona urbana de Lledías, entre fincas protegidas con buenos muros de piedra.
Por los pastos del Cazorru, enlazamos con un ancho camino que llanea hacia el este bordeando los derrumbes de la peña. Cuando llevamos casi 2 kms recorridos, un sendero sale a la derecha para tomar rumbo al collado de La Prida.
Ganamos altura con celeridad, mientras el sendero asciende en diagonal por las laderas de la peña. De buen trazado con algunos tramos empedrados, salva con varias revueltas la pendiente para elevarnos al collado de La Prida. Hay que volver la vista hacia atrás para admirar la rasa costera, con sus pequeños pueblos, adivinando ensenadas entre bellísimos acantilados.
Desde el collado damos entrada al espléndido valle de Llabres. Al abrigo de las Sierras de Peña Villa y Llabres, esconde recónditos y alargados pastizales a modo de poljé. Por èl serpentea el pequeño arroyo Riana, mientras desaparece silenciosamente buscando una salida en el fondo del valle.
Desde el collado y sin descender tomamos a la derecha la senda de La Casa del Cura, relacionada sin duda con la casa en la que habitó un sacerdote que sufrió destierro. La cabaña tenía forma rectangular y se encuentra en una pequeña vega del fondo del valle, aunque ahora en estado de ruinas.
El sendero discurre sin apenas desnivel, hasta que alcanzamos la parte alta de los pastos del Lloredal, donde podemos encontrar la fuente Riana. Una vez que dejamos por debajo la cabaña y sus pastos, subimos por terreno abierto para enlazar con el sendero, que discurre de manera lineal por la falda de la peña.
El sendero penetra entre pequeños piornales y monte bajo, está muy definido y se asciende sin obstáculos mientras vamos alcanzando sucesivas camperas, que nos llevan a la vega de La Cueva, a los pies de la Cabeza Brañueta.
Seguimos hacia la izquierda de la cumbre, al amplio colláu Llabres, paso previo para alcanzar de manera sencilla la cima con el vértice geodésico que lo identifica. Aunque denominado Cerro Llabres por el IGN, está mas extendido el nombre de Cabeza Brañueta, definiendo como Llabres al conjunto de la sierra y al valle, el cual tiene su salida natural hacia Vibaño. Aunque la Cabeza Brañueta sea la cima mas representativa con sus 689 metros, no es la mas elevada, este privilegio le pertenece a la cercana Cabeza La Roble con 694 metros, a la que el IGN también la denomina con el nombre de La Becerrera, en fin....., problemas habituales de toponimia.
En la noche del 31 de Mayo de 1.944, el bombardero alemán Junkers JU 290 se estrelló en la cimera de la peña cuando procedente del mar con un motor en llamas, intentaba un aterrizaje de emergencia, probablemente en Cué, donde existía un pequeño aeródromo desde la guerra civil. Con las luces del alba los lugareños de Riosecu y Vibaño, acudieron a la mañana siguiente encontrándose con el dantesco espectáculo de cuerpos mutilados y quemados, esparcidos entre los restos del avión. Era para las gentes de Llanes, años de posguerra, de mucha hambre, de miedo y silencios, por ello lo que allí pasó después quedó diluido en contradicciones sobre lo que se recuperó del accidente, todo era válido para combatir las miserias de la época: armas, comida, asientos, relojes, paracaídas, dinero,... Los informes oficiales hablan de 10 tripulantes muertos y sin embargo se entierran en el cementerio de Posada "once varones naturales de Austria" (sic). La confusión fue evidente ya que la Guardia Civil carecía de control sobre la comarca, debido a la presencia de numerosos guerrilleros (los fugaos) que se escondían en la dura orografía llanisca. Como anécdota de lo que allí pasó, quedaron testimonios de gente que comió galletas, chocolate y dulces que eran especiales para los aviadores, ya que contenían estimulantes con aditivos, para combatir el sueño de sus largas jornadas sobrevolando el Atlántico, fruto de ello les produjo un tremendo insomnio que les dejó días enteros sin dormir. "Onde cayó l’aviòn" quedó en la memoria colectiva de las gentes de Riosecu y Vibaño.
No tuvimos fortuna con el tiempo, la niebla nos impidió disfrutar de las buenas panorámicas sobre las cumbres del Cornión, tampoco la marina cantábrica estaba a nuestro alcance visual. Dejando atrás la cumbre y su vértice geodésico, descendemos hacia el colláu Llabres para seguir a la derecha por un bellísimo escenario de camperas y pastos que recorren hacia poniente, las vaguadas de La Batalla hasta el colláu Dornayu.
El descenso hasta ahora plácido, nos conduce a las ruinas de las cabañas de La Raiz. Sin techumbre, solo quedan en ellas los poderosos muros de piedra de lo que fue un gran edificio, que llegó a tener canalizado un servicio interior de agua, todo un lujo para aquellos años.
Dejando atrás el singular paraje de La Raiz, el sendero se esconde un poco entre maleza y un par de cierres de fincas, que hemos de salvar después de cruzar junto a sus cabañas. Poco después vemos unas antenas que nos sirven de referencia, para enlazar con un camino que nos conduce a Riosecu, después de cruzar por la buena fuente de la Cueva L'Agua.
Atravesando en descenso el pueblo de Riosecu, nos desviamos de la carretera a la derecha en el barrio del Toral y cruzamos luego unos pastizales donde tenemos que solventar algunas barreras eléctricas (llendadores). Salimos de ello por una portilla de troncos que da acceso a un sendero, por el que ascendemos hacia unos torres de alta tensión, donde enlazamos con una pista de piedra, que cruza por los últimos derrumbes calizos de la sierra.
De vuelta a la ladera norte de la peña, seguimos un amplio camino que tras un par de desvíos, nos lleva a nuestro punto de partida en Lledias. Por detrás queda una excelente jornada de montaña, por territorios poco transitados que merece la pena conocer.
Waypoints
Comments (9)
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He hecho la ruta. Muchas gracias por compartir y describir, pues son rutas, que solo si se sigue el track se pueden hacer, dado que no hay caminos definidos. En lo único que he tenido problemas ha sido en las sendas que se cogen pasado Riosecu, pues están muy cubiertas de maleza (espinos y zarzas), y ha habido un momento que por no mirar el track, seguí senda de ganado, llevandome al río, con lo que ojito que luego cuesta atravesar esa selva.
Recomendable, gracias por compartir la ruta...
Hola Justo:
Ayer seguí muy bien tu track, para esta ruta.
Tuvimos buen día, con lo cual teníamos unas vistas espectaculares.
Lo más engorroso de la ruta, fue el sendero entre cotoyas, después de los prados del Lloredal.
También fué un poco incómodo saltar los cierres de alambre de espino en los prados que hay bajando del pueblo de Rioseco.
Para hacer la ruta es aconsejable seguir un track.
Un saludo.
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Hola Justo:
Ayer seguí muy bien tu track, para esta ruta.
Tuvimos buen día, con lo cual teníamos unas vistas espectaculares.
Lo más engorroso de la ruta, fue el sendero entre cotoyas, después de los prados del Lloredal.
También fué un poco incómodo saltar los cierres de alambre de espino en los prados que hay bajando del pueblo de Rioseco.
Para hacer la ruta es aconsejable seguir un track.
Un saludo.
Gracias por comentar la ruta Juan, siempre se agradece tener opiniones y mas aún las tuyas. Estoy de acuerdo contigo que seguir el track es importante, sobre todo en esos dos puntos que señalas. Ir con pantalones largos también es conveniente.
Saludos muy cordiales.
Gracias a ti Valentín, me alegra que te haya gustado.
Saludos
Razón tienes Mariaje-Chus, la zona de pastos que hay después del barrio del Toral, tiene varias alambradas que hay que salvar, es terreno de hierbas altas (cuando está sin segar) y no hay senderos definidos. Lo ideal es fijarse en una portilla de troncos que hay cerca de la vaguada del rio, tras pasarla se accede a un sendero que ya nos conduce al camino de las torres eléctricas.
Importante es fijarse en el track. Gracias por vuestros comentarios.
Saludos.
Buenas. El camino está mejor de ida o de vuelta? Gracias
Las dificultades de las alambradas están en el de vuelta, la ida no tiene problemas, de todas maneras hacerla circular ye más guapa