Cerro Perro Muerto, por arroyo de la Calera, Trapiche (Málaga)

La pequeña ruta de hoy la haremos para ir al Cerro de Perro Muerto (178 m.), en El Trapiche, localidad de Vélez-Málaga (Málaga).

Se trata de un núcleo rural, eminentemente agrícola, que apareció a partir de 1724, alrededor de un trapiche (molino con el cual se obtiene el jugo de la caña), de ahí su nombre.

Comenzamos dejando el coche en Bo Tapiche-la Palma Sup., en el cruce con el Arroyo la Galera.

Y es por este arroyo (que es un carril), por donde iremos todo el tiempo. Todo este camino, y a ambos lados, son fincas de cultivos, y son privadas. Todas valladas y con puertas. Y para llegar al punto más alto de este Cerro, donde se encuentra el Vertice Geodésico, no tenemos más opción que pasar por una de estas fincas.

Así que fui a hablar con el dueño de la finca donde se encuentra el V.G., a preguntarle si le importaría que pasara para poder llegar a la parte alta del Cerro.

Un señor súper atento y amable que, no sólo me dijo que podía pasar, sino que además, tanto él como su perra Laya, tuvieron a bien acompañarme para que supiera por donde ir.

Me comentó que no le importa que pasen por su finca para llegar al Cerro Perro Muerto, aunque mi opinión es que, aunque sea así, nunca está de más ser un poco educados y pasar antes a preguntar, no cuesta nada.

Así que comencé la subida. Entre aguacates, mangos y demás árboles frutales. La subida es corta, aunque constante. Este es el único tramo, por decir, que se podría considerar más durillo.

Cuando llego arriba, el Vértice Geodésico está en un cerrillo de piedras y con una escalera para subir a él.

Y ya desde allí, las vistas a Torre de Mar y Vélez-Málaga, son todo una gozada. Y por la otra parte, toda la sierra. A pesar de ser un cerro más bien bajo, las vistas son muy bonitas, ha valido la pena subirlo.

La vuelta la hago por el mismo camino que hice la ida, no antes de pasar a despedirme del dueño de la finca y de su simpática perra Laya.

Una rutita corta, súper fácil y que sin la menor duda, ha merecido el pequeñísimo esfuerzo de hoy.