Cerro San Antón desde La Mosca: ascenso por los Tajos de la cara noroeste, bajada por el gasoducto y el arroyo Jaboneros.

Aunque teníamos planificada una ruta para el jueves, la semana no fue nada propicia por la entrada de varias borrascas que trajeron poca agua, pero un fuerte viento que no hacia aconsejable salir a la montaña. Así pues tenía mono de cerros y como el domingo me desperté temprano, decidí salir a dar un paseo cerca de casa, me dirigí a La Mosca y comencé a subir hacia los Tajos de la cara noroeste del San Antón.

Esta subida es bastante pronunciada, sobre un terreno descompuesto de tierra y piedra que muestra infinidad de trazadas, lo que hace que sea algo confuso (hay que señalar que muchas de esas trazadas nos acercan a los enclaves de la pared en los que se practica escalada); no obstante no hay pérdida posible ya que, más cerca o más alejados de la pared, las sendas conducen hacia la teta oeste del cerro San Antón. Durante el ascenso conviene darse la vuelta de vez en cuando para contemplar unas espléndidas vistas a la bahía de Málaga que se van ampliando con cada metro que ganamos en altura.

Las vistas desde los dos morrones son impresionantes, abarcando muchos kilómetros de costa y una panorámica completa de los Montes de Málaga y los barrancos que forman los arroyos de su cara sur. En el descenso me dirijo al mirador este de San Antón, cuyo principal atractivo es una panorámica hacia los dos cerros desde un ángulo diferente al habitual, pues hacia la costa las vistas están parcialmente tapadas por algunos pinos jóvenes. Sigo bajando hacia el inicio del sendero hasta conectar con el camino de la Robleda que se dirige hacia pinares de San Antón. Tomo la dirección contraria y me desvío al llegar al sendero del gasoducto, por el que bajo hacia el carril que discurre paralelo al arroyo Jaboneros, que me sirve para volver a La Mosca y cerrar la ruta circular.