CERROS ABREVIA, QUEJIGAREJO, CAMARENA, MELLADAS, ZUMACAL Y CHIVA

Tiempo en movimiento: 4 h 47'.

Realicé la ruta en sentido antihorario.

Desde una de las salidas de Doña Mencía, la que marca la existencia de un polígono industrial, podemos ver enfrentado un carril que corta la vía verde. Lo tomamos con nuestro vehículo y aparcamos teniendo a nuestra izquierda una cadena y, allende ésta, una cancela candada.

Ya a pie continuamos por el carril, que se hace senda, y atravesamos un portillo y una cancela abierta para, acto seguido, subir monte traviesa hacia un nuevo carril que, más allá, abandonamos por sendero.

Comenzamos a ver unos hitos antes de la primera cima, encumbrando ésta sin mayor problema.

Ya estamos bajo el dominio del lapìaz, verdadero protagonista de la jornada, una jornada que debemos acometer con paciencia debido a las características poco transitables del terreno.

Actores secundarios son las alambradas divisorias y los portillos. Ninguna de las primeras es alta, así que si encontramos algún portillo cerrado a conciencia lo podemos saltar sin dificultad. No os voy a marcar tales localizaciones; estimo que no merece la pena.

Desde la primera cima tomamos rumbo suroeste para encumbrar, primero, el Quejigarejo y, luego, el Camarena. Nos desviamos un poco de esta cima para gozar de unas vistas estupendas del entorno.

Tras el tramito lineal atravesamos un bosquecillo, donbde descansamos brevemente del lapiaz, y tomamos rumbo hacia una nueva cota: Las Melladas.

Tras Las Melladas hallé un antiguo camino carretero que seguí casi en su totalidad hasta el Cerro de Zumacal. Recomiendo que lo sigáis sin desviaros.

Desde el Zumacal hasta el Cerro de la Chiva perdí tontamente unos metros. Las vistas ahí son muy gratificantes.

Ahora toca visitar una era, un pequeño refugio de pastores, una nueva era y un abrevadero.

Ya queda poco para culminar la jornada. Aprovechamos pasos de animales y un postrer carril para llegar muy cerca de nuestro vehículo, que alcanzamos monte a través y saltando la última alambrada con facilidad.

El paseo, reincido, requiere unas buenas dosis de paciencia y habilidad en los lapiaces. Espero lo disfrutéis.