CERROS CASTILLÓN, CASTILLEJO Y COLORADO

Tiempo en movimiento: 3h 57'.

Aparcaremos nuestro vehículo e iniciaremos nuestro itinerario en la Cañada de Granada y Córdoba. Yo llegué al inicio desviándome por ella desde la carretera que une Ronda y Cuevas del Becerro, creo recordar, tras el PK 26, pero el camino estaba algo impracticable por el fango y el hielo, así que recomiendo, en tiempos invernales, preguntar en el pueblo por la cañada y llegaréis pronto porque queda cerca y el camino es algo mejor. Marqué el waypoint "PILAR", que es un sitio donde podéis cargar agua, para situaros.

Yo ataqué en primer lugar los cerros Castillón y Castillejo, el primero gracias a un carrilín entre un olivar que me llevó casi hasta arriba y, el segundo, tras rodear una alambrada en la base del cerro. No llegué al punto más alto, que me quedó a unos diez metros por la cresta, por estar la roca húmeda y era peligroso continuar, pero estando seca es fácil.

Descendí hacia la cañada y la crucé en el punto "CANCELA". Ésta estaba candada, pero era muy fácil saltarla. Al principio el camino posee unas recias rampas, pero más allá se suaviza.

En la primera bifurcación tomamos a la derecha y, en la segunda, a la izquierda. En la primera dejé marcado "OPCIÓN CORTA" porque, si tomáseis a la izquierda, llegaríais al otro punto "OPCIÓN CORTA". Esto es para el que quiera ahorrarse kilometraje y sólo dedicarse a encumbrar los tres cerros.

Yo encumbré el Colorado y, en el segundo waypoint "OPCIÓN CORTA", tomé a la derecha para visitar más parajes de esa sierra, que llegó a encandilarme en diversos puntos. Si queréis acortar girad a la izquierda.

Pasamos cerca de un pozo y nos desviamos a la izquierda en una nueva bifurcación. Cuando el nuevo caminillo muere nos dirigimos a presenciar varios cortados de la sierra y un pequeño torcalillo.

Pasaremos entre una alambrada y acabaremos nuestro descenso entre un olivar alcanzando otra cañada. Sobre asfalto discurriremos un kilómetro aproximado para llegar a la "nuestra". Ahora recuperamos el carril terroso y en ascenso acabaremos la jornada siempre con la vista a nuestra izquierda, donde la sierra nos ofrece bellas formas, sobre todo la de cinco riscos de pareja altura que semejan cinco dedos.

Me divertí mucho en esta ruta. Os deseo lo mismo.