Cerros de la Falaguera y de Valdemadera desde el Raso de la Cruz de Cosuenda

NOTA SOBRE LA DIFICULTAD DEL ITINERARIO:
Se incluye una valoración subjetiva según los criterios de evaluación de Wikiloc (fácil, moderado, difícil, muy difícil y solo expertos) y una valoración lo más objetiva posible según los criterios de evaluación del método MIDE (Método de Información de Excursiones) —Manual MIDE—.


DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Ruta circular que se puede completar en media jornada a buen paso y que nos permite conocer las dos máximas elevaciones de la Sierra de Algairén: los cerros de la Falaguera y de Valdemadera.
Dado que la práctica totalidad del recorrido discurre por laderas orientadas al noreste, tenemos asegurada una buena cantidad de sombra, algo que se agradece especialmente en las estaciones cálidas.
A la ida tomaremos la senda de las Mulicas, que no es más que el camino tradicional que unió Alpartir con Cosuenda por el collado del Tío Francisco o de Luquetes. Una vez en este collado, nos desviaremos por la senda de la Peña del Albardón, uno de los tramos paisajísticamente más interesantes de esta sierra. Si a un lado tenemos la cuerda más elevada de Algairén, con sus densos bosques de Quercus, al otro tenemos su valle fluvial de mayor importancia, el del río Tiernas (en su cabecera) o Alpartir.
Una vez llegados al Cerro de la Falaguera, merece la pena observar las panorámicas que desde aquí se tienen. De hecho, se ha instalado un puesto fijo de vigilancia forestal en esta eminencia, precisamente por sus vistas limpias a los cuatro puntos cardinales.
Primero por senda y luego por pista, llegaremos sin sobresaltos al otro cerro del día, el de Valdemadera, colonizado por una instalación de antenas y repetidores. Si bien su vertiente paisajística no es su fuerte, sí lo es desde el punto de vista montañero, ya que se trata de la cumbre más elevada de Algairén.
Volveremos sobre nuestros pasos para tomar de regreso el antiguo camino que unió Tobed con Cosuenda, y que pasa por uno de los bosques de roble albar mejor conservados de esta serranía, el Rebollar de la Peña la Tía, realmente bello y disfrutable, que nos traslada a latitudes más húmedas y norteñas.
No tardaremos mucho en llegar al Raso de la Cruz, donde podremos descansar bajo la sombra de sus encinas, comer en alguno de sus bancos de madera o beber las aguas de su preciada fuente.