CHAMORGA (TF-123)-ABOVE DE CHAMORGA-MIRADOR-FARO DE ANAGA-ROQUE BERMEJO-BARRANCO DEL ROQUE BERMEJO

Marcha realizada el lunes 2 de agosto de 2021

AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
El Parque Rural de Anaga, que con sus catorce mil hectáreas fue declarado Reserva de la Biosfera, se encuentra enclavado en el extremo nordeste de la Isla de Tenerife. No muy lejos de la capital si se accede en coche, primero por la TF-134 para coger poco después la TF-123, y así acabar llegando hasta una abrupta e impresionante cordillera de cumbres recortadas, cuyos profundos valles y barrancos descienden hasta el mar. Aunque ya sólo la impresionante robustez de sus montañas elevadas sobre la cercana costa es una imagen tan atractiva como singular, si de verdad se quiere conocer como se merece y pretendemos nosotros hay que bajar del coche, para así recorrer alguno de sus numerosos senderos y acabar llegando como es nuestra intención hasta el Faro con el nombre del parque, así como a alguna de sus playas, acantilados y roques, como el Bermejo al que también llegaremos, comprobando in situ esas formaciones geológicas, que en realidad corresponden con antiguas chimeneas volcánicas. En las partes más altas se encuentra una inmejorable representación de laurisilva, que en realidad correspondería con un auténtico fósil viviente, que a modo de reliquia ha sobrevivido desde hace unos cuarenta millones de años. Dentro del Parque existen varias zonas de especial protección cuyo acceso está regulado, y requiere de permisos especiales que hay que solicitar con bastante antelación, aunque no sería el caso de la ruta que hemos planificado nosotros, y que partiendo de Chamorga, último pueblo donde finaliza la ya citada TF-123, nos permitirá hacer un recorrido poco exigente, pero de gran belleza. A destacar que la altitud y espesa vegetación junto a los vientos alisios, que además de estar cargados de humedad también soplan del nordeste, es muy frecuente que se produzca una densa niebla que empapa unas carreteras que hay que tomarse con cierta calma y precaución, tanto por el tráfico y afluencia turística, como por lo estrechas que son y sin dibujo en su mediana. Menos mal que además de estar bien asfaltadas, también están provistas de unos rústicos quitamiedos a base de troncos de madera. Nuestra intención es partir del caserío de Chamorga para pasando por Las Cumbrillas, Lomo de las Bodegas y Las Casillas llegar hasta la parte conocida como Punta de Anaga. Destacar que hasta aquí no suelen llegar las masas de turistas pues el acceso no es del todo cómodo; hay muchas curvas que sufrir pero la recompensa es enorme. Laurisilva, monteverde, algunos dragos y una población local de lo más amable son motivos más que suficientes como para merecer una visita. Pero como ya se comentaba, si la visita queremos que sea completa lo ideal es incluir el senderismo en el plan del día, y para ello en la ruta circular que hemos planificado cogeremos en primer lugar la senda PR TF-6.1 que va desde Chamorga hasta el Faro de Anaga y el Roque Bermejo (pasando por la curiosa población de Tafada), y para la vuelta la senda (también PR o Pequeño Recorrido) TF-6, que subiendo todo el impresionante Barranco de Roque Bermejo nos devolverá hasta Chamorga.

Nosotros hemos dejado el coche nada más ver el cartel del pueblo, sin saber que un cuarto de kilómetro más adelante hasta el fin de la carretera se llega a la pequeña plazoleta del pueblo donde hay algo más de espacio para aparcar. Es a la altura de dicho aparcamiento que se marca con un waypoint donde se bifurca el camino y realmente empieza la circular que queremos hacer hoy. Para lo cual cogeremos el camino de la izquierda, en continua subida y en el sentido de las agujas del reloj, que casi al principio tiene un poste informativo que señala la dirección y los kilómetros hasta el Faro de Anaga. Al medio kilómetro de subida, con una pared rocosa a nuestra izquierda y un profundo barranco a nuestra derecha, acabamos llegando hasta un resalte en el que se encuentra el Above de Anaga. Al parecer el término “above” se refiere a la forma abovedada que tienen estas caprichosas formas geológicas, producto de las erupciones volcánicas.

Aunque a partir de este punto la pendiente se suaviza bastante, aún mantenemos a nuestra izquierda la pared rocosa y siempre a nuestra derecha el profundo barranco. Ochocientos metros más adelante llegamos hasta unas ruinas que no sabemos lo que puedan ser, y cien metros después al cruce, que por la izquierda y de bajada nos conducirá hasta el Faro de Anaga. Pero antes de cogerlo queremos recorrer los trescientos ochenta metros que por una fácil cresta nos llevará hasta un magnífico mirador con vistas tanto a buena parte de la costa, como al barranco por el que haremos la subida de regreso.

Una vez disfrutado de las vistas y hechas las fotos de rigor retrocedemos esos pocos metros de cresta para tomar el camino de bajada por el cruce ya citado. El tramo de bajada de kilómetro y medio que resta hasta el faro, aunque ahora transcurre por la vertiente con vistas al mar y no tiene mayor dificultad, sí que conlleva sobre todo en su parte final alguna pendiente con cierta inclinación para la que se recomienda llevar un calzado con buen agarre. Ni que decir tiene que durante todo el recorrido las vistas no pueden ser más bonitas, ya que a la continua visión del faro y del roque, hay que añadir las cuatro casas de minúscula aldea de Tafada, a la que sólo se puede acceder caminando desde Chamorga o en barco.

Un kilómetro después, siempre de bajada y tras dibujar un montón de zetas llegamos hasta el cruce por el que nos dirigiremos hacia el barranco del Roque Bermejo para poder regresar. Pero antes seguiremos de frente, dejando dicho cruce a nuestra derecha, para en el primer cuarto de kilómetro recorrer las primeras casas de la aldea y llegar hasta la pequeña ermita de la Purísima Concepción que se encuentra en un resalte con vistas al mar y al Roque Bermejo por la izquierda. Aún restan algo menos de cuatrocientos metros, siempre de bajada y pasando un puente que salva el barranco del Roque Bermejo, si es que se quiere llegar hasta el roque de dicho nombre, que se encuentra rodeado del Atlántico casi por todos los lados.

Una vez reponemos las fuerzas en el poyete que hay frente a la ermita, retomamos la marcha, para subir hasta el cruce ya citado, que supondrá un primer tramo de poco menos de medio kilómetro en el que se salvarán ciento veinte metros de desnivel de subida, para acabar llegando hasta unas ruinas con el nombre de Casas Blancas. A partir de dicho punto el ascenso por el encajonado barranco ya no dará tregua, con un siguiente tramo de tres cuartos de kilómetro hasta llegar al primer cruce del barranco, en el que destaca un letrero en diferentes idiomas que desaconseja el tránsito por el mismo, en caso de lluvias y el consiguiente riesgo de crecida súbita del agua.

Cincuenta metros más adelante un segundo y último cruce del seco cauce del barranco, para ya no dejar más el margen derecho por el que transcurre todo el tiempo el recorrido de vuelta. Un kilómetro y tres cuartos después y tras haber salvado unos doscientos treinta metros de ascenso salimos al citado aparcamiento que supone el inicio y final de una ruta circular que merece mucho la pena hacer; y que nos ha dado una buena idea de la singular belleza que genera la actividad volcánica en su recorrido hacia el mar.