CHICLANA DE LA FRONTERA-Coto de la Isleta-La Coquina-Parque El Campito-Parque de la Soledad

Rodeamos la Coquina

Para hacer una bonita circular, una vez cruzadas las marismas, nos vamos hacia la izquierda para rodear la Coquina en el sentido de las agujas del reloj. Vamos por el Camino de la Soledad, que a veces se trasforma en un estrecho sendero. A nuestra derecha las casas del Pago de la Coquina, y a la izquierda, primero las marismas y luego los campos de labor, ahora recién labrados y plantados.

Camino de la Isleta

Camino de la Vid

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Para pasarla tendremos que pedir permiso

Casa en el Coto de la Isleta

Ruinas de la antigua casa de los dueños del Coto de la Isleta

Coto de La Isleta

Su condición de isla, así como la masa forestal que atesora -­el Pinar del Coto de la Isleta, algo más elevado-­, conforma una estampa que remite a tiempos remotos, con la bahía gaditana como paisaje natural dominante. El Coto de la Isleta es un paraje natural de los que cada vez son menos frecuentes en Chiclana. Un tesoro de vegetación autóctona que se mantiene intacta, protegida por una frontera de mar. Geográficamente este lugar reúne todos los requisitos para tener un carácter insular, que al entrar dentro de las fronteras de Parque Natural ha conseguido mantenerlo alejado del ladrillo. Pero dicho enclave esconde algo que es un secreto a voces. En la zona hay visibles numerosos restos cerámicos de época romana, al igual que en otras zonas de la localidad, que siguen desprotegidos al paso del tiempo y a la tentación del expolio. Personas que visitan el lugar con cierta frecuencia aseguran que cada vez son menos los restos que se acumulan en dicho espacio. También es visible la labor de una industria lítica, dentro del período Paleolítico Superior, que queda plasmada en la abundante cantidad de cantos rodados y lascas de sílex que existen en la zona. Otro de los riesgos que corre este importante yacimiento es la continua erosión que el mar ejerce sobre los sedimentos y piezas acumuladas. Sobre una futura actuación en el yacimiento, el delegado de Patrimonio, Nicolás Aragón, afirma que "es una de las zonas que tenemos dentro del mapa arqueológico de la localidad, pero al ser de propiedad privada el tratamiento es distinto". El edil asegura que "aunque no es una de las actuaciones que tengamos prevista de forma más inmediata, pues actualmente manejamos otras posibilidades que nos son más accesibles, sí es una de las que tenemos presentes para el futuro". De momento, las referencias al lugar y lo que se sabe de él son escasas. Uno de los pocos documentos escritos que existen al respecto se trata de una carta con fecha de 2 de octubre de 1868 dirigida a la Real Academia de Historia, que habla de un poblado de pescadores de la época romana. Aunque no existen demasiados estudios en la zona, el lugar podría deparar sorpresas para el patrimonio local. El yacimiento presenta una inmejorable ubicación estratégica, al estar cercano con la supuesta ubicación que la mayoría de historiadores han planteado para el templo denominado como Melkart, en la época fenicia, y Heracleion, durante el período romano. Por otra parte, la abundancia de material hace que se barajen edificios de distinto tipo, que van desde fábricas de salazones hasta enterramientos. La gran ventaja que podría presentar realizar catas en este lugar es el hecho de haber permanecido virgen desde la despoblación del yacimiento, por lo que las estructuras de posibles edificaciones podrían presentar mejores condiciones que las encontradas en otros yacimientos que han aparecido en lugares en los que los cimientos de nuevos edificios levantados con posterioridad han provocado daños irreversibles.

Entrada al Parque de la Soledad

Capilla de la Soledad

Se levanta en el lugar en el que, en tiempos atrás, existió la antigua ermita que data del año 1525 bajo la advocación de la Virgen de la Soledad. Su construcción se llevó a cabo a instancias del mayorazgo de la finca para dar culto a una imagen de la Soledad emplazada en el pago de igual nombre. Aunque los orígenes de la capilla se creen de principios del siglo XVI, no es hasta la centuria siguiente cuando se tiene datos sobre la creación de la capilla y de la Cofradía del mismo nombre. La capilla se organiza en un espacio de planta y forma rectangular. Su interior se compone de una sola nave, muy ancha y sin apoyos interiores, a la cual se accede a través de un pequeño atrio situado a los pies, con tres entradas: una de grandes dimensiones en el centro y dos más pequeñas a los lados, quedando toda la nave cubierta a través de un techo inclinado a dos aguas. La cabecera es plana, y en ella se crean dos pequeñas dependencias auxiliares, una a cada lado y en composición simétrica, que dejan en el centro un espacio principal donde se ubica el presbiterio, elevado respecto al resto de la iglesia a través de unos pocos de escalones. Muy sencilla en su composición, la capilla se encuentra presidida por una gran hornacina en el fondo del presbiterio, a modo de retablo mayor, y cuenta con dos capillas laterales junto a la cabecera, una a cada lado, realizadas en un sobrio estilo neogótico. Retablo cerámico de los titulares de la Hermandad que tiene su sede en su interior. Exteriormente la capilla es igualmente muy sencilla. Presenta su fachada principal centrada por una gran puerta de acceso acabada en arco de medio punto, que aparece flanqueada entre dos altas pilastras que soportan una cornisa de la que arranca un frontón triangular recto. Una segunda cornisa superior de menor inclinación remata la fachada, que se muestra coronada por una pequeña campana con cruz de hierro superior. A uno de los lados de esta fachada se levanta una espadaña donde se aloja una campana, en un hueco que que aparece realzado por un entablamento simple que queda coronado por un frontón curvo. Bajo el cuerpo de la espadaña, un gran retablo cerámico representa a las imágenes titulares de la Hermandad que tiene tiene aquí su sede canónica: Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Cristo Yacente, y que se veneran y reciben culto en su interior.

Paraje Natural Marismas de Sancti Petri

Las Marismas de Sancti Petri fueron declaradas Paraje Natural el 28 de julio de 1989. Es un humedal que se extiende por 170 hectáreas (un 0,82% de la superficie del término municipal de Chiclana); en este caso, ubicado dentro de un territorio más grande, el Parque Natural Bahía de Cádiz. El valor paisajístico y ecológico de las marismas es altísimo: a diferencia de otras unidades medioambientales similares, no ha sido explotada como salina. Ecológicamente, la importancia de estas aguas es indudable, sobre todo para la avifauna y el alevinaje de diversas especies de peces: algunas de ellas raras y escasas. Localizado en la llamada zona de reserva del parque, al sur de la Bahía de Cádiz y al oeste de Chiclana­, junto al Paraje Natural Isla del Trocadero, el Paraje Natural de las Marismas de Sancti Petri es de accesibilidad más bien limitada. Entre las aves reproductoras de la bahía que por allí se divisan están la gaviota patiamarilla, el chorlitejo patinegro, la avoceta común, la cigüeña común o el charrancito común (la totovía, la cigüeña blanca y el buitrón son otras aves típicas de la zona). Parada migratoria La marisma de Sancti Petri es vital para las aves acuáticas (tanto en sus rutas migratorias como en sus estancias invernales). Estratégicamente situada entre el estrecho de Gibraltar y el Parque Nacional de Doñana, es indispensable en la llamada cadena trófica (es decir, en la alimentación de éstas); las aves paran en las aguas libres para conseguir alimento y descansar. También realizan la puesta y la cría: ocurre con las aves limícolas (costeras o ribereñas como el chorlito, la avefría o la chocha), las gaviotas y otras especies marinas como las estérnidas. Es por este motivo que resulta un enclave magnífico para el avistamiento de aves, tanto nidificantes como de paso; tanto es así que el área ha sido declarada en la Directiva 79/409 como Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA). Paseando por la Punta del Boquerón ­Monumento Natural­ se obtiene una panorámica muy completa de la extensión húmeda. Resulta especialmente destacable la interacción que se produce entre ecosistemas diferentes, en estos serenos y a su vez dinámicos caños de agua marítimos: el diálogo que entablan el ecosistema marino (basado en marismas mareales, esteras y aguas libres) y el terrestre, compuesto por un cordón de dunas litorales con pinos piñoneros (de ahí la abundancia de especies de peces, aves e invertebrados existentes). La influencia de los mares, la suavidad del clima mediterráneo y la circulación fácil de las aguas son determinantes. Poblaciones de crustáceos y moluscos, por ejemplo, se sienten cómodas aquí como para acometer la cría y alevinaje. La biodiversidad, pues, está servida: fauna, población aviar y vegetación halófila (típica de terrenos donde abundan las sales). La comunidad vegetal La compleja red de caños y canales por la que penetra el agua salina (durante la creciente de las mareas) son las que forman marismas naturales como la del Paraje Natural de las Marismas de Sancti Petri. Éstas presentan diversos ambientes sedimentarios: se trata de llanuras mareales que se encuentran a diferentes niveles sobre el mar. Fundamentalmente, la flora del Paraje Natural que rodea el caño está compuesta por plantas capaces de resistir altos niveles de salinidad, adaptadas a las condiciones cambiantes del lugar (propias de las oscilaciones mareales, claro está). Ejemplos de ellas son los almajos (Suaeda maritima) o las verdolagas (Portulaca oleracea). Detalladamente, hay que destacar que en el ‘slikke’ (o llanura inundable) la vegetación acuática está formada por algas (clorofitas, rodofitas y feofitas), fanerógamas marinas (Cymodocea nodosa, Zostera noltii, Z. marina), y plantas halófilas (Spartina maritima). Por su parte, en la la zona sumergida o submareal hay clorofitas como la Caulerpa prolifera y la Ulva lactuca; aparecen, además, un gran número de algas rojas y -­en menor medida-­, algas pardas como la Fucus spiralis. En el ‘slikke’ bajo, por otro lado, son características las praderas de brozas (Zostera noltii), amén de variados grupos de epífitas (o plantas dependientes, como los musgos) que la utilizan como soporte. Estas marismas son ricas en algas como las Enteromorpha linza o Codium tomentosum. Cuando el terreno se eleva ­-suavemente, en cualquier caso-­, existen parajes donde no se aprecian plantas enraizadas (no así una multitud de algas microscópicas y unicelulares que pertenecen básicamente al grupo de las diatomeas pennadas). En cuanto al área que se aleja más del flujo de marea, habría que destacar la presencia de la gramínea Spartina marítima. Los límites de esta unidad solapan con los del ‘schorre’, por lo que presentan muchas especies comunes. Tipos de marea El nivel medio que alcanza la marea en los llanos intermareales determina la zonación y los límites entre el ‘slikke’ ­-definida desde el punto de vista hidrográfico y sedimentológico como la zona inundable en cada marea­, y el ‘schorre’, que constituye la llanura mareal superior (la que solamente puede inundarse con mareas de aguas vivas). La inundación de cada zona depende de la marea (en el caso de las llanuras mareales superiores, solamente podrán ser cubiertas por tempestades); la frecuencia de esas inundaciones, así como las condiciones de salinidad y la estructura del suelo, son las que permiten el crecimiento de una vegetación específica.

Pago de la Coquina

Parque de la Soledad

Ubicado en el barrio del mismo nombre y junto a la Capilla de la Soledad, es una amplio espacio con zonas de juegos, zonas de jardines. Alcornoques y pinos piñoneros son los pobladores del parque La Soledad, que huele a lavanda y romero.

Parque Público el Campito

El Parque Público El Campito " fue originariamente una finca que lindaba con la carretera de la Barrosa y la actual avenida de la Diputación. Era propiedad de la familia Grosso y se conformó como finca de recreo ya en el siglo XX mediante la agregación de diferentes parcelas. El parque lo componen el jardín y las edificaciones originales y en el primitivo edificio principal se encuentra instalada en la actualidad la escuela de idiomas. El Campito es el mejor lugar para caminar, a la sombra de los árboles frutales, percibiendo el olor de las higueras.

Camino sobre las marismas