Chimida, Las Caleras, Morros de Jérez, Las Vueltas, Vega de S. José

Hoy hemos deambulado por terrenos aledaños a la antigua capital insular, la Villa de Teguise, junto con un nutrido grupo de docentes de IES Teguise. Dejamos los vehículos en los aledaños del instituto e iniciamos camino por C/ Gadifer de la Salle en dirección SO hasta entroncar con C/ Jaime Balmés, tornando al O hasta C/ Dulcínea y C/ Chimenea por las que transitamos hasta enlazar con C/ Rocinante en cuyo lado derecho hay una impresionante pared antigua de piedra. Tomamos la vía hacia el N y entroncamos con C/ Rocinante por la que seguimos hasta salir de la villa y detenernos en el lugar Chimida para admirar unas antiguas caleras (hornos de extracción de cal) seguimos por el camino, ya de tierra, bordeando esa parte fósil del acantilado del Risco de Famara, contemplando la magnificiencia de la región central de la isla conocida como Jable. A nuestra izquierda dejamos el nacimiento del Bco de la Horca y seguimos por la crestería de los Morros de Jérez iniciando una suave bajada hasta llegar a la vaguada de la zona de Morro Alto. Allí parte del grupo se queda disfrutando del paisaje y otros nos adentramos en una senda que baja bordeando el Risco hasta enlazar con la ctra de Teguise a Famara (es de tierra, Lz 403), seguimos el sendero hasta las proximidades del Bco de Maramajo, donde, tras un breve alto, volvemos a subir hasta el punto de bajada donde esperaban los demás y siguiendo el camino bajamos al interior del valle endorréico de Vega de S. José (la cabecera está cortada por el Bco de Maramajo y truncada su salida al mar por el E por el edificio volcánico de Guanapay y meseta de La Torre). En medio del valle, con un sol de justicia paramos para contemplar el entorno del fondo del valle alterado por la extracción de arcilla roja. El último alto lo realizamos junto a las ruinas de la ermita de S. José que cada vez está más deteriorada, no sólo por la implacable acción del tiempo sino también por el vandalismo. Admiramos también el ingenio de los antiguos para aprovechar los escasos recursos hídricos (sistema de recogida de aguas), tras lo cual reanudamos la marcha hasta volver al punto de partida, más o menos a la una del mediodía. Una mañana entretenida y muy provechosa.