Chorrera de la ventera

El inicio de la ruta lo encontramos tras rebasar Madrigal de la Vera, en la provincia de Cáceres. Desde Talavera de la Reina, por la A-5, avanzamos hasta el desvío de Oropesa-Las Ventas de San Julián. La CM-5012 nos acerca hasta Las Ventas de San Julián. Seguimos avanzando y entramos en la C.A. de Extremadura, provincia de Cáceres, por la EX384. Entramos en Madrigal de la Vera. Cogemos ahora la EX203.

En Madrigal es buen sitio para tomar un café pero creo que por allí mora “Billy, the kid” (viaja camuflado en un coche oficial y en menos que te tomas un café, ya te ha colocado una receta en el parabrisas de tu coche… bueno, no… es todo más “virtual”. Te caza y no te escapas… sin receta ni nada… ¡pero te caza!). Si no quieres tomar café, puedes avanzar por la EX203 unos 3 o 4 km hasta que te encuentres con el cruce del Embalse de Minchones, en la Garganta del mismo nombre. Un restaurante abandonado, con merendero en la puerta, sirve de referencia, y parquin, para el inicio de la ruta.

La ruta puede resultar un poco sinuosa. Son muchas las pistas que confluyen en la zona. De ahí que haya decidido colocar muchos “puntos de interés”. La misma transcurre, en su gran mayoría, por pista forestal o pista cementada. Pero son incontables los cruces con pistas o caminos, públicos o privados, hasta llegar al destino. Es cierto que un cartel te avisa de que está prohibido adentrarse por terrenos privados para llevar al Chorro, pero también es cierto que ese camino es más sencillo y rápido. Así pues, te lías la manta a la cabeza, rebasas la valla y continúas hacia el destino. En tres kilómetros de finca privada, eso sí, abandonamos la pista para atrochar un poquito y llegar a un lugar privilegiado donde divisar la chorrera en todo su esplendor. Después, subimos un poquito más para coger la pista “privada” en su nacimiento, o fin (según se mire). Continuamos por ella hasta llegar de nuevo a la puerta “maldita” y continuar por pistas normales. Solo hay que deshacer el camino.

Y, por supuesto, el destino ¡¡¡merece la pena!!! Una chorrera que alcanzas a ver en toda su magnitud. Con nidos de buitres cerca. Con unos parajes… ¡increíbles!