Chorrera de Rovellanos desde Canencia
near Canencia, Madrid (España)
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Trail photos
Itinerary description
La ruta de hoy, partiendo desde el parking junto al helipuerto de los Eriales de Canencia, ofrece una bonita circular por toda la llanura del cordal del Mondalindo.
ATENCIÓN: El tramo desde la Chorrera de Rovellanos hasta el cruce del arroyo del Ortigal está lleno de maleza y zarzales que, si no magullan tus piernas y/o brazos, te dejarán importantes marcas en la ropa. Si te atreves a ejecutar este tramo, mejor en pantalones y camisa de manga larga.
El arroyo de Matallana, con nacimiento a orillas del Collado Abierto, conforma una serie de saltos de agua generando la desconocida y poco transitada chorrera de Rovellanos, digna de visitar y deleitarse con recientes lluvias y deshielo. Esta chorrera se ubica en la umbría de la Cabeza de la Braña y también es conocida como cascada de Matallana. La caída de aproximadamente 10 metros de altura, se forma del arroyo del Ortigal cayendo a la presa del Batán que, a su paso con el arroyo de Matallana, se unirá al río Canencia. Esta chorrera es de las más desconocidas de la Sierra Norte de Madrid, seguramente por su difícil acceso.
Desde el aparcamiento cogemos el antiguo camino de Lozoya a Canencia. Transcurridos 1,3 km cogemos el desvío a derecha en descenso para buscar el paso del muro de la Presa del Batán. Después de un zig-zag encontramos el paso, que nos deja en la otra orilla.
Ahora la senda, muy estrecha, nos va guiando dirección sur hasta avistar, al fondo, el salto que da nombre a la Chorrera de Rovellanos.
Continuamos por la ladera, a veces subiendo y a veces bajando a orillas del arroyo Matallana. El agua apenas se deja ver pero, cuando se oye, descubrimos un triple salto espectacular para nuestros sentidos. Superado el segundo salto, todavía nos quedan unos metros hasta llegar a la poza que deja la gran caída de agua, la chorrera de Rovellanos, ubicada entre espesa vegetación sin permitir alejarnos lo suficiente para poder sacar una buena foto de la caída entera.
Abandonamos la bella chorrera campo a través, en ascenso, una vez superado un un pequeño caudal que fluye de la cascada. Este tramo, hasta el arroyo del Ortigal, es muy poco recomendable por la inmensa maleza y zarzales a atravesar. Una variante que evite este trazado sería retroceder desde la Chorrera hasta la Presa del Batán por el mismo sendero ya realizado, deshacer el zigzag hasta regresar al camino de Lozoya a Canencia, que ahora tomaremos dirección derecha hasta el mencionado arroyo.
Seguimos a orillas del arroyo del Ortigal hasta alcanzar y bordear las fincas de Cerrazuela y la Navilla y llegar al Manantial del Gollete. Seguimos por los prados verdes hacia los Heléchares y descender hasta el cruce con el Arroyo de Sardalinde. Continuamos a izquierda por la ancha pista hasta la Presa de los Lindes. Unos metros más adelante tenemos el desvío hacia la Ermita de Nuestra Señora de los Prados, zona habilitada de bancos donde parar para nuestro merecido descanso.
Como curiosidad, esta ermita de nueva construcción tiene un origen histórico y es de gran valor para los vecinos. Se pudo levantar gracias a las aportaciones de los fieles y donaciones, inaugurándose en 1998. La gran devoción hacia esta Virgen se remonta a los supuestos milagros que acontecieron en Garganta en los años en los que la peste bubónica se cebó con sus vecinos: según la leyenda, la terrible epidemia abandonó el pueblo dos meses antes que en el resto de la comarca.
La actual Ermita se encuentra en el lugar donde se asentaba la anterior en honor a la Virgen de los Prados, del siglo XVII, desaparecida a principios del XIX. Su construcción ha recuperado tradiciones como la Romería de la Virgen de los Prados.
Retomamos el camino, dirección a Garganta de los Montes y, en el primer cruce, giramos a izquierda, bordeando de este modo toda la Dehesa de Garganta y así disfrutar de uno de los magníficos robledales de la zona, hasta cruzarnos con el camino de Canencia a Garganta de los Montes que, una vez en él, lo cogemos a izquierda, hasta devolvernos al punto de origen de la ruta.
Si no quieres realizar la traza completa, te puedes limitar a una ruta lineal ida y vuelta de unos 4,6 km en total hasta la hermosa chorrera. No te defraudará.
Índice IBP de la ruta
ATENCIÓN: El tramo desde la Chorrera de Rovellanos hasta el cruce del arroyo del Ortigal está lleno de maleza y zarzales que, si no magullan tus piernas y/o brazos, te dejarán importantes marcas en la ropa. Si te atreves a ejecutar este tramo, mejor en pantalones y camisa de manga larga.
El arroyo de Matallana, con nacimiento a orillas del Collado Abierto, conforma una serie de saltos de agua generando la desconocida y poco transitada chorrera de Rovellanos, digna de visitar y deleitarse con recientes lluvias y deshielo. Esta chorrera se ubica en la umbría de la Cabeza de la Braña y también es conocida como cascada de Matallana. La caída de aproximadamente 10 metros de altura, se forma del arroyo del Ortigal cayendo a la presa del Batán que, a su paso con el arroyo de Matallana, se unirá al río Canencia. Esta chorrera es de las más desconocidas de la Sierra Norte de Madrid, seguramente por su difícil acceso.
Desde el aparcamiento cogemos el antiguo camino de Lozoya a Canencia. Transcurridos 1,3 km cogemos el desvío a derecha en descenso para buscar el paso del muro de la Presa del Batán. Después de un zig-zag encontramos el paso, que nos deja en la otra orilla.
Ahora la senda, muy estrecha, nos va guiando dirección sur hasta avistar, al fondo, el salto que da nombre a la Chorrera de Rovellanos.
Continuamos por la ladera, a veces subiendo y a veces bajando a orillas del arroyo Matallana. El agua apenas se deja ver pero, cuando se oye, descubrimos un triple salto espectacular para nuestros sentidos. Superado el segundo salto, todavía nos quedan unos metros hasta llegar a la poza que deja la gran caída de agua, la chorrera de Rovellanos, ubicada entre espesa vegetación sin permitir alejarnos lo suficiente para poder sacar una buena foto de la caída entera.
Abandonamos la bella chorrera campo a través, en ascenso, una vez superado un un pequeño caudal que fluye de la cascada. Este tramo, hasta el arroyo del Ortigal, es muy poco recomendable por la inmensa maleza y zarzales a atravesar. Una variante que evite este trazado sería retroceder desde la Chorrera hasta la Presa del Batán por el mismo sendero ya realizado, deshacer el zigzag hasta regresar al camino de Lozoya a Canencia, que ahora tomaremos dirección derecha hasta el mencionado arroyo.
Seguimos a orillas del arroyo del Ortigal hasta alcanzar y bordear las fincas de Cerrazuela y la Navilla y llegar al Manantial del Gollete. Seguimos por los prados verdes hacia los Heléchares y descender hasta el cruce con el Arroyo de Sardalinde. Continuamos a izquierda por la ancha pista hasta la Presa de los Lindes. Unos metros más adelante tenemos el desvío hacia la Ermita de Nuestra Señora de los Prados, zona habilitada de bancos donde parar para nuestro merecido descanso.
Como curiosidad, esta ermita de nueva construcción tiene un origen histórico y es de gran valor para los vecinos. Se pudo levantar gracias a las aportaciones de los fieles y donaciones, inaugurándose en 1998. La gran devoción hacia esta Virgen se remonta a los supuestos milagros que acontecieron en Garganta en los años en los que la peste bubónica se cebó con sus vecinos: según la leyenda, la terrible epidemia abandonó el pueblo dos meses antes que en el resto de la comarca.
La actual Ermita se encuentra en el lugar donde se asentaba la anterior en honor a la Virgen de los Prados, del siglo XVII, desaparecida a principios del XIX. Su construcción ha recuperado tradiciones como la Romería de la Virgen de los Prados.
Retomamos el camino, dirección a Garganta de los Montes y, en el primer cruce, giramos a izquierda, bordeando de este modo toda la Dehesa de Garganta y así disfrutar de uno de los magníficos robledales de la zona, hasta cruzarnos con el camino de Canencia a Garganta de los Montes que, una vez en él, lo cogemos a izquierda, hasta devolvernos al punto de origen de la ruta.
Si no quieres realizar la traza completa, te puedes limitar a una ruta lineal ida y vuelta de unos 4,6 km en total hasta la hermosa chorrera. No te defraudará.
Índice IBP de la ruta
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