Chorreras de Ventillas y subida al Cerro Bohonal

Para llegar a Ventillas hay que recorrer unos 6,5 kilómetros desde la carretera N-420 por pista forestal ancha pero que está muy, muy, bacheada. Puede hacerse con vehículo turismo lentamente esquivando los baches, ya que no hay grandes cuestas ni trialeras. Se tardan unos 25 minutos en recorrer estos 6,5 kilómetros.

Dejamos el coche en una explanada a las afueras de Ventillas y cruzamos la aldea, la cual tiene muy poco que ver, hasta que tomamos una vereda, que nos saca a una de las numerosas pistas forestales que hay en la zona.

Recorremos unos kilómetros esa pista hasta que llegamos a una puerta en la cual está indicado que por hay es el ascenso hasta las chorreras, entramos abriendo y cerrando nuevamente la puerta y empezamos a ascender por un sendero que está perfectamente señalizado, balizado y bien marcado en el terreno, sin posibilidad de pérdida alguna mientras así se mantenga.

Durante el ascenso iremos disfrutando de un entorno espectacular con saltos de aguas cristalinas, pues no soló no hay una chorrera, sino varias, aunque la más espectacular sin duda es la que se encuentra al final por caer desde mayor altura.

Una vez llegados a la última y mejor chorrera nos damos la vuelta y volvemos por donde hemos venido, ya que aventurarse a seguir avanzando hacia arriba en la montaña implica tener que trepar por la roca.

Una vez llegados a la puerta de inicio del sendero continuamos hacia la derecha por la falda del Cerro Bohonal, tomamos un par de intersecciones hasta que en una atacamos la cima subiendo por un cortafuegos algo empinado pero no muy largo.

Una vez coronado el Bohonal, para lo cual solo hay que apartarse brevemente de la pista y trepar unos riscos no muy altos, emprendemos la vuelta, siempre por pistas en muy buen estado, hasta que volvemos a salir a la pista principal que va de Ventillas a Solana del Pino.

Tras andar algún kilómetro, nos salimos por un arroyo, nos dirigimos a visitar la ermita y el cementerio y ya en el pueblo concluimos nuestro periplo.

Es una ruta fácil y prácticamente todo el recorrido trascurre por pista forestal ancha o sendero bien marcado. No tiene peligro alguno, salvo que en la zona de las chorreras se hagan tonterías asomándose a roquedos.

Es muy importante recalcar que estas chorreras recogen agua de una vertiente muy alta y pequeña, con lo cual, solo pueden contemplarse con caudal durante un corto periodo de tiempo después de lluvias abundantes. Hacer esta ruta con las chorreras secas, carece de sentido.