Chorros del río Mundo desde la Casa de la Noguera (trazado alternativo)

Alternativo porque el recorrido más típico en este caso suele consistir en acompañar al río por una margen y otra para ir y venir en circular, pues a ambos lados hay camino para llegar hasta las proximidades de los chorros, en lo que es una ruta de ribera en principio bastante sencilla. Pero que puede convertirse en una pequeña odisea en caso de día tempestuoso o si ha llovido o nevado mucho y está todo inundado y corren arroyos improvisados por todas partes, como sucedió en esta ocasión. Entonces esta es una buena ruta de reserva, una solución para un día complicado.
El camino clásico que recorre la margen orográfica derecha estaba impracticable, pues poco después de pasar el puente sobre el Mundo, al primer barranco que baja del calar el camino quedaba cortado por un caudaloso torrente imposible de superar.

En la Casa de la Noguera hay un pequeño aparcamiento a la entrada donde hay que dejar el vehículo. Cruzando recto por las casas se llega a un lavadero público y a un puente sobre el arroyo de Roblellano, y pocos metros después tenemos la bifurcación de las dos sendas que rodean la Cuerda del Tesoro.

Siguiendo la de la izquierda se toma dirección río Mundo. La senda es perfecta, y más adelante discurre junto al río a lo largo de unos centenares de metros. Al llegar a La Casica hay una panorámica inmejorable de toda la rinconada de los chorros.

Poco después, donde está señalado el wp "Posible atajo" podría acortarse la ruta cruzando por los prados, pero todo el terreno estaba muy empantanado y en esta ocasión era mejor buscar la altura. De modo que el track no abandona el camino, que sube y pasa junto a una explotación ganadera con perros ladrando y luego hay una cadena y un cartel de prohibido el paso, así en general.

En los chorros hay que tener suerte con el momento de la visita: si ha llovido mucho y la cascada lleva mucha agua, está más bonita pero el terreno y los caminos pueden estar difíciles, como fue este día; y si es época seca, no hay problema con el terreno, pero las cascadas quedan menos lucidas.
Además, conviene advertir al público en general que se trata de un lugar de naturaleza y no de un paseo por la ciudad, y por ello hay que llevar calzado apropiado y el cuerpo bien protegido: era un espectáculo lamentable ver a mucha gente, incluso a mayores, pasándolo mal por no saber adónde iban, chorreando agua y pasando frío, pero encabezonados en subir a los miradores ya que se habían desplazado hasta allí.

El mayor espectáculo está en el segundo mirador, el más alto, el que llega hasta la misma base donde rompe la primera cascada.

El camino de regreso es muy sencillo y está bien marcado. El sendero por el arroyo de Roblellano es muy bonito, con la única pega de la proximidad de la carretera nacional.