Cicera-Cabañes (etapa 4), 2017-07-10

Ver etapa anterior: Etapa 3: Cades - Cicera

Gran etapa del Camino Lebaniego entre Cicera y Cabañes, que atraviesa el Desfiladero de la Hermida. Es sin duda la ruta estrella, por su belleza y por su dureza. El tramo comprendido entre Cicera y Lebeña se puede considerar el más bello de este Camino. Pero también esta etapa es la más dura por el desnivel acumulado en dos largas subidas, la de Arcedón y la de La Prada.

Salimos de Cicera en dirección suroeste, subiendo por las laderas de la Sierra de Cuerres. Primero, encontramos bosques de castaños y robles. Conforme ascendemos, nos adentramos en un espectacular hayedo con magníficas vistas en los claros a Cicera y sus prados, el Pico de las Puertas y el Obán. Continuamos la subida por el hayedo hasta enlazar con el sendero PR-S3, Camino de Arcedón. Superamos un collado a 890 m de altitud entre bosques y helechos con vistas ya al espectacular Desfiladero de la Hermida y las cumbres de Cueto Agero y los Picos de Europa

Desde este collado de ladera en Arcedón, realizamos un largo descenso por los Invernales de Lebeña (construcciones para el ganado en los prados de montaña, típicas de Cantabria). Tras un breve descanso junto a una fuente, en Lebeña, nos acercamos a visitar una joya del arte prerrománico y mozárabe del siglo X, Santa María de Lebeña.

Atravesamos el Río Deva y la carretera del Desfiladero de la Hermida ( N-621) y empezamos a subir hacia la localidad de Allende. Poco antes, nos desviamos a la izquierda a visitar la iglesia de Santa Eulalia. Desde Allende, continuamos subiendo por fuertes rampas entre bosques de robles hasta la segunda cota del día, el collado de la ladera de La Prada (645 m). Las torretas eléctricas nos marcan la dirección. Superado el collado, descendemos suavemente y con espléndidas vistas en dirección a Cabañes. Atravesamos el arroyo Riega de las Cosechas y finalizamos esta inolvidable etapa en el Albergue de Cabañes.

Nota.- En esta etapa, hay que prever el avituallamiento, porque podemos tener problemas con la comida. En el camino, llamamos al Albergue y el encargado, muy amablemente, nos preparó unas lentejas que nos supieron a gloria.

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