Cir.-Albuñuelas-HornoMiera-RioSaleres

Ruta acuática por el Río Saleres con salida y llegada en Las Albuñuelas (Valle de Lecrín).
Esta rutilla, aunque cortita, es ideal para hacerla en verano. Se puede hacer en una mañana y como la última parte se hace por el río, se acaba tan fresquito.
Salimos de Saleres por el SO. siguiendo la GR-7. Cruzamos el Río Saleres por un puentecillo a la altura del Molino de los Úbeda e inmediatamente acometemos una subida en zig-zag que nos conduciría a la cara N. del Cerro de las Llanadas cruzando previamente el final de la Rambla del Cortijo del Moral.
Cruzada la Rambla, la vereda se convierte en Camino y lo seguimos hasta el cauce seco del Río Saleres en PK 3.7 de nuestra ruta. Aquí dejamos la GR-7 que cruza el cauce y sube para los Prados de Lopera y nosotros seguimos cauce arriba hasta los Hornos de Miera un Km más arriba. Llegamos a los Hornos e inspeccionamos el lugar haciéndonos unas fatillos en las ruinas. Están ubicadas en una ladera repleta de plantas aromáticas como mejorana, tomillo e hinojo.
En estos hornos se destilaba la miera del enebro de miera. El enebro de miera es una planta que ha tenido un amplio y tradicional uso etnobotánico, muy popular y tradicional es el llamado aceite de miera, que se obtiene por la destilación en seco de los troncos de esta planta y que ya se utilizaba en los S. XVI – XVII, gozando de gran fama y reputación de tener propiedades antisépticas y vulnerarías, habiéndose empleado para cicatrizar las úlceras y heridas, así como para tratar infecciones de la piel como eczemas y psoriasis, y para combatir a los gusanos, piojos, liendres, chinches y toda clase de parásitos, aunque también ha sido empleado en veterinaria para tratar las infecciones de la piel del ganado y particularmente para combatir a los piojos y garrapatas y usarse en ungüento en las ovejas tras esquilar el animal, para evitarles infecciones.
Dejamos los Hornos y volvimos por nuestros pasos hasta donde llegamos al cauce del río. Continuamos río abajo y poco a poco se nos van incorporando arroyillos que van dando forma al Río Saleres. En un recodo del Río, a la sombra, paramos a desayunar. Mientras descansamos, el compañero "Nono el del 15" nos enseñó unos vídeos culturales sobre anatomía genital femenina. La proyección tuvo mucho éxito y el Nono nos prometió una segunda parte aún más interesante.
Ahora empieza la parte más bonita de la ruta. Los márgenes se van estrechando y el nivel de las aguas va subiendo poco a poco. Se van formando pocillas que ya te llegan hasta la rodilla en algunos sitios y la vegetación también se espesa. El lugar va tomando aspecto de selva tropical. Altos paredones van encajándonos y haciendo el camino espectacular. Las cámaras de fotos no paraban de disparar ante tanta y singular belleza. Una gozada de Ruta.
Llegamos a un balconcillo de unos 5 m. que nos obligó a usar una cuerda atada a su borde y rapeleando fácilmente lo salvamos. Justo antes del balcón toma las aguas del río una acequia y nos privó de ver caer todo su caudal por la catarata que se forma en el desnivel. De todas formas, una vez abajo, el entorno seguía siendo de cine. Más fotos y a continuar río abajo disfrutado de sus recodos y paredones. Hubo un tramo pequeño en el que tuvimos que dejar el cauce por estar obstruido por un desprendimiento. Lo rodeamos y seguimos pisando agua hasta llegar al Molino de los Úbedas por donde habíamos pasado por la mañana.
Ya solo nos quedaba subir la cuestecilla que nos lleva a las primeras casas de Las Albuñuelas. recorrimos sus estrechas calles y nos paramos en el lavadero público recién remodelado y en pleno funcionamiento con agua continua de entrada y salida tomada aguas arriba del río saleres.
Llegamos a los coches. Nos cambiamos de ropa y calzado y nos fuimos al Cortijo de Luis Herrera donde Manolillo Giménez y su hijo Rubio, nos obsequió con unos sabrosísimos zorzales cazados por ellos mismos. La comida se prolongó hasta bien entrada la tarde y no paramos de reír y pasárnoslo bien. Reuniones de estas hay que repetirlas de vez en cuando.
Felicitaciones a Gaspar por su elección de la Ruta y a Manolillo por sus ricos zorzales.
Integrantes: José Giménez, Pepe Asid, Luis Herrera, Gaspar Quevedo, Antonio Gómez, Paco Martín, Manuel Moya, Paco Guzmán, Manuel Jiménez, mi perrita Julie y su hijo Chico y servidor.
Distancia recorrida: 10.13 Km. Ascenso acumulado: 558 m. Pendientes máximas: +21% y -32%.
Albuñuelas, 27 Junio de 2.018.
Ramón Ortiz.