CIRC. AJANEDO-LINTO-LA TOBA

Cómoda ruta de unas 2 horas, partiendo desde el barrio alto de Ajanedo, junto al depósito del agua en dirección nordeste. Pasamos junto a unas casas y nos internamos en un precioso bosque de hayas. El sendero se estrecha y nos desviamos en la primera bifurcación a mano izquierda. Descendemos ligeramente hasta encontrar una fuente y unas cabañas, desde las cuales parte un camino que nos lleva hasta el pueblo de Linto. Atravesamos la carretera autonómica y tomamos un camino en dirección al río que sale a la derecha del bar del pueblo. Atravesamos el río por un bonito puente de piedra de mediados del siglo XVII, junto a un viejo molino que formaba parte de la red de infraestructuras de las Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y la Cavada. Hay algunas pozas donde los valientes podrán darse un chapuzón. Ascendemos por un camino parcialmente empedrado, aunque debido a que en el último tramo se encuentra inundado por un reguero de agua, puede resultar más cómodo avanzar por el prado a la margen izquierda. Alcanzamos la pista de hormigón que comunica La Cárcoba con el barrio de la Toba, y giramos a la izquierda, en dirección suroeste. Dejamos el cementerio de Miera a la derecha, y admiramos al otro lado del valle el imponente macizo del Alto del Tejuelo (981m.), cuyo relieve se irá dibujando a medida que ganamos altura, y a sus espaldas, el característico pico Porracolina (1414m). En la última curva antes de la primera cabaña de La Toba, tomamos un sendero apenas visible a mano izquierda. El sendero desciende entre maleza y atraviesa un pequeño bosque. Alcanzamos una cabaña ya cerca del río y continuamos a su derecha, siempre perdiendo altura. Ya en el río, atravesamos el puente de hormigón y ascendemos por un antiguo camino empedrado, del que desgraciadamente cada vez son más los escalones tallados por la erosión. Salimos del bosque justo donde brota el manantial que abastece de agua el pueblo de Ajanedo, atravesamos unas casas y alcanzamos de nuevo la carretera autonómica. Continuamos a mano izquierda hasta unas toscas escaleras de piedra, por donde subimos hasta enlazar con el camino de hormigón que nos lleva de regreso al depósito del agua.