Circ. Beas - Robledo - Natao - Cortijillos - Poyo Burgos - Morea - Ceña

En esta ocasión mi paseo improvisado y en solitario, discurre íntegramente por el término municipal de Beas de Segura (Sierra de Segura) después de un mes y medio sin actividad por motivos de seguridad sanitaria nacional.

Saliendo desde Beas por la zona de Valparaiso en dirección al paraje conocido como el Robledo, llegó a la Morra de Los Pinos, límite comarcal entre las Sierras de las Villas y de Segura, y lugar por donde pasa el camino trashumante que me lleva hasta los rasos de Natao, que abandono temporalmente por un camino poco definido para hacer cumbre a 1274 mt en el vértice geodésico de Natao, lugar ideal para almorzar con una amplia panorámica del término de Beas.
Volviendo a mi camino y andando bastante bien de tiempo, decido ir a Los Cortijillos de Fuentepinilla, donde me abastezco de agua en su fuente y hablo un rato con Juan Ramón y Magdalena, que me indican el camino para llegar al cortijo de La Armilla, lugar desconocido para mi y que en muchas ocasiones había oído hablar de este lugar situado en un entorno idílico y que no me ha decepcionado.
En este punto de mi andanza decido retornar, pero se me ocurre que en vez de volver sobre mi paso, cambio de idea y escojo una senda que me lleva al pozo de la nieve y Poyo Serrano, lugares conocidos por mí, de haber sendeado en otras ocasiones.
Después de comer y descansar un ratillo en los merenderos de Poyo de Los Burgos (Los Forestales) me acerco a la fuente del Tobón a orillas del arroyo Buenamar, lugar que no visitaba desde hacía años, relleno mis botellas y continúo mi caminata por caminos agrícolas forestales que discurren por el margen izquierdo de Río Beas en sentido descendente y faldeando el cerro Burdel desde la Casa Herrera hasta el arroyo de Fuentepinilla en la zona de la Morea, pasando antes frente las aldeas del Cortijo de las Piedras y Cuevas de Ambrosío. Continuo el ultimo tramo por la carretera de Fuentepinilla a la Ceña por caminos que se hacen muy amenos y cómodos entre olivares y huertos, que sin perdida me lleva al punto de partida, Beas de Segura.

La mayor parte del recorrido se anda por sendas, caminos agrícolas y pistas forestales fáciles de andar, la única dificultad que presenta este variado trazado es la distancia recorrida al llegar a los cuarenta kilómetros recorridos a pie.