Circular a Las Hoyas 08052021

Recorrido en grupo organizado por Senderismo Lanzarote (Nacho Romero) y comandado por Blas Fernández que nos llevo a recorrer Las Hoyas por un sendero que yo desconocía.
La ruta tiene dos portes, la primera que sale de Orzola desde la Las Tabaibitas (Las Pardelas) y que tiene como objetivo, deduzco yo, aclimatarse al caminar y conocer un poco la fisonomía que nos dejó en la zona el cabreo erupcional del volcán de La quemada y el de La Corona (y los Helechos, y …) y la última, y mas interesante, el patear por Las Hoyas y contemplar el inmenso esfuerzo de nuestros ancestros para sobrevivir en esta parte de la isla tan castigada por las lavas.
Salimos desde Las Pardelas Park y nos dirigimos por la carretera al camino que conecta con el barranco de La Fuente Salada y a nuestra primera parada, la Peña Hendida. La ruta continuó por el camino paralelo al barranco hasta Las Peñas Negras y de ellas y, tras pasar por la Finca de Aloe, a la Breña para pasar al sendero de la GR-131 que nos lleva por Lomo Blanco hasta la carretera LZ-204. Siguiendo el trazado de la GR-131 nos fuimos a la zona de Los Lajares y un poco antes de alcanzar La Torrecilla de Domingo nos adentramos en el Cercado de Los Burros (la zona comprendida entre el volcán de La Quemada y Los Molinos) por un antiguo camino de acceso a las fincas de la zona. Alcanzamos de nuevo la carretera LZ-204 y nos dirigimos hacia la entrada del sendero ubicado en las proximidades de El Cortijo (Ecofinca), en la misma curva existente en esa parte de la carretera y próximos a la peña que sobresale del terreno.
Entramos en la segunda parte del recorrido, en las Peñas de Tao; una especie de meseta rocosa con algunas peñas inmensas desde la que se observan los diferentes barranquillos que parten de ellas y que conforman Las Hoyas. La zona está escondida no se ve desde la carretera pero la visión es espectacular, simplemente precioso.
Desde la carretera nos adentramos por un sendero algo escondido (poco transitado) y entre corralitos de frutales avanzamos hasta el primer hito, una especie de aljibe construido el los alto y desde la que observamos el primero de los valles/barranquillos de la zona. Desde aquí nos fuimos sorteando muritos de piedras hasta el segundo hito, la vivienda de Los Socas. Una antigua vivienda en la que se observa un lagar en su parte trasera y desde la que que visualiza la zona de Los Molinos y Los Jameos de Arriba. De nuevo infinidad de corralitos para arboles frutales y de nuevo queda uno admirado de la capacidad de nuestros antepasados para buscarse la vida para sobrevivir.
Un rato de descanso y reanudamos el camino hasta la Peña del Quintal, una inmensa roca que tiene la singularidad de poseer escalera propia para acceder a su parte mas alta y servir de observatorio.
Después de las contemplaciones empezamos el descenso hacia Las Hoyas, retrocedimos un poco para alcanzar el camino que nos marcaba Blas y tras él nos fuimos por un sendero algo rebuscado.
Muy difícil seguirlo sin la guía, pero aunque no sea por el mismo sitio seguro que se encuentra manera de llegar al mismo sitio.
Siguiendo la ruta que nos marcaba el de delante fuimos descendiendo, y admirando a ratos, hacia Las Hoyas.
Una vez alcanzada la parte baja y el camino, diseminado de Ye, que la atraviesa hacia las inmediaciones de La Peña de Las Siete Lenguas, continuamos la ruta. La sorpresa surge cuando alcanzamos una especie de cerro y en vez de badearlo por los lados lo enfilamos por encima; el sendero continuaba por el lomo del cerro dejando a los lados las construcciones elaboradas para proteger los frutales que debían de estar plantados en su tiempo.
Subimos a lo alto del cerro y desde allí volvimos a otear toda Las Hoyas y de nuevo surge el calificativo, precioso!
Después de repasar las diferentes peñas que ornamentaban el lugar descendimos y ya por un sendero amigable continuamos hasta salir de la zona, alcanzar la carretera y Las Pardelas Park. Una ruta que me encantó, gracias Blas.