Gallanda, Arakaldo y Jandiolamendi desde la carretera Goiuria–Garai

Se trata de un grupo de montes de mediana elevación cercanos al monte Oiz, que se encuentran medio ocultos por la gran cantidad de bosques de pinos que pueblan la zona. En esta excursión mañanera me acompaña Eduardo, y gracias a Dios que voy con él, porque en algunos tramos complicados verse acompañado por un amigo para descargar y compartir adrenalina es oro molido. Nunca habíamos venido por esta zona y para mas seguridad hemos seguido una ruta en wikiloc, aunque en mala hora, al menos en algunos tramos. Claro, la persona que grabó la ruta lo hizo hace once años, y en este tiempo los caminos han sido modificados por sucesivas matarrasas y replantaciones, y como consecuencia de ello algunos senderos han desaparecido. En nuestro caso en dos o tres tramos nos las hemos visto y deseado para progresar por inexistentes senderos que nos indicaba la ruta, muy sucios y llenos de zarzas, o por laderas enormemente inclinadas con replantaciones de frondosas. En esos casos lo único que pensábamos era salir del lío para llegar cuanto antes a la ruta. Intentaré señalar, más o menos, esas zonas liosas para que la gente que desee seguir esta ruta pueda tener cercana alguna alternativa más fácil que meterse por los vericuetos por donde nos metimos nosotros.

Partimos de un ensanchamiento de la carretera situado a unos dos km de Goiuria en dirección a Garay junto a una ataka para evitar el paso del ganado. Es una zona que seguramente utilizan los forestalistas para apilar apeas que después serán transportadas por los camiones madereros.

Nada mas cruzar el paso canadiense encontramos una bifurcación señalizada por varios carteles. Uno de ellos indica la dirección de nuestro primer objetivo, el Gallanda. Vamos por tanto por el camino que indica, por la derecha. El camino, levemente ascendente, amplio, es una pista forestal que sube un rato y traza enseguida una primera curva a la derecha, para llegar en un rato a otra curva cerrada a la izquierda.

A un par de centenares de metros encontramos otra bifurcación, eligiendo seguir por el camino de la derecha, el que sube. Por el camino que viene por nuestra izquierda vendremos de vuelta, por lo que todo el camino andado hasta aquí lo hacemos de ida y lo haremos de vuelta.

Seguimos, como hemos dicho, por el camino de la derecha pero enseguida encontramos el primer punto crítico: la ruta nos mete derechos en un pinar por una zona inverosímil a nuestra derecha subiendo un pequeño talud por un sitio donde no existe camino ni senda alguna. Razonamos que por donde nos manda la ruta no puede ser y andamos unos metros arriba y abajo por la pista para encontrar un camino más fácil o marcado que no encontramos, así que decidimos meternos por donde nos manda la ruta. A derecho por el talud y el pinar.

Todo esta muy sucio y lleno de zarzas y ramas rotas y tenemos que darnos la vuelta para encontrar alguna otra subida directa cercana, pero menos liosa. El Gallanda, en teoría, está cercano, según la ruta que seguimos. Tras subir mas mal que bien un tramo no muy largo entre zarzas, llegamos a lo que pudo ser una antigua pista que corta perpendicularmente el camino que llevamos y que esta bastante cerrada. La cruzamos de frente y seguimos por lo que parece ser un antiguo sendero entre un bosque ralo de frondosas, hasta llegar enseguida a un pequeño claro donde esta situada a nuestra derecha la cima del Gallanda (524 m). El buzón es una especie de seta y al lado hay un mástil con una ikurriña. NOTA: para no subir este tramo por donde lo hemos hecho nosotros existe la posibilidad de seguir hacia delante en la última curva cerrada donde hemos girado a la izquierda, para pasados unos centenares de metros girar por el primer camino que salga claro hacia la izquierda y hacia arriba, y sin desviarnos llegaremos a la cumbre.

Nosotros, una vez en la cumbre sacamos el selfie de rigor y vamos hacia el Arakaldo. Para ello vamos hacia nuestra izquierda según la dirección de subida por una clara pista. Llegamos enseguida a una intersección y giramos hacia la derecha. Enseguida llegamos a otro cruce y seguimos de frente, dejando a la derecha el camino que sube un poco. Y enseguida otro cruce mas, todos ellos bajo los pinos, donde giramos a la izquierda, llegando al poco a un amplio cruce donde confluyen al menos cinco caminos y pistas cementadas. Es la zona llamada Areatzagana.

En este cruce seguimos de frente, eligiendo la segunda pista de nuestra izquierda, o tercera por la derecha. A unos cien metros la ruta que seguimos por wikiloc nos desvía hacia la derecha y por allí vamos. Tras andar unos centenares de metros llegamos al segundo punto crítico del día, un cruce, donde nos las arreglamos como pudimos para llegar al Arakaldo. Hicimos un bucle buscando el camino más adecuado, para volver al poco rato al punto donde nos desviamos. NOTA: Si subimos a derecho desde aquí los 90 metros de altitud que nos separan de la cumbre (la podemos localizar por Google Maps), seguro que hubiéramos llegado bastante antes. Pero no lo hicimos así por intentar seguir la ruta, y nos liamos.

En efecto, en el punto de la duda nos dirigimos hacia la izquierda por un hipotético camino que va en esa dirección. Al poco llegamos a una bifurcación eligiendo seguir por el camino de la derecha. Tras otro tramo no muy largo salimos del pinar y entramos en una ladera despejada con hayas plantadas recientemente. Seguimos adelante y al poco, al ver que nos estamos alejando de la cumbre del Arakaldo optamos subir a derecho por una empinada ladera recientemente plantada de hayas. Tras trastabillar un poco por lo inclinado de la ladera y por estar mojada la yerba, agarrándonos como podemos a las jóvenes hayas, llegamos a una senda en la cresta que siguiéndolo hacia la derecha llegamos a la cumbre del Arakaldo (566 m). Hay un poste geodésico, un buzoncito rojo y verde en el suelo y otro mástil con una ikurriña. Tras la foto de rigor nos dirigimos hacia la última ascensión del día, el Jandiolamendi.

Para ello desandamos el camino hasta donde lo hemos alcanzado tras subir la ladera y allí mismo seguimos la senda, ahora bastante clara, hacia la derecha y hacia abajo. Llegamos a una intersección, pero nosotros seguimos de frente y un poco a la izquierda por el camino que baja, hasta llegar al poco a la zona de Lasiar, un área de esparcimiento con mesas y asadores y un refugio con una parte cerrada y otra abierta, perteneciente al municipio de Garay.

Nosotros seguimos fielmente la ruta que ya no nos dará más problemas, y pasamos por el lateral de la casa–refugio para llegar enseguida a un vallado de madera donde tras superarlo, giramos a la derecha hasta llegar en unos metros a una pista que sube por detrás del refugio, cegada por unas grandes piedras para evitar la circulación rodada.

Vamos hacia la izquierda por el citado camino que rodea la pequeña cima del Añao, al que no subimos. Al poco llegamos a un cruce en una zona despejada con siete caminos que en él confluyen. Cogemos el tercero contando desde nuestra izquierda siguiendo las agujas del reloj. A partir de ahora subimos al Jandiolamendi por el mismo camino que bajaremos, siempre bajo el pinar, excepto cerca de la cumbre, donde ahora mismo están haciendo una tala.

Seguimos hacia arriba por un camino forestal y llegamos a una bifurcación, pero seguimos por la izquierda hacia arriba. Enseguida llegamos a otra curva siguiendo también por la izquierda y hacia arriba. Salimos al poco a la zona ahora pelada por las talas y cogemos una senda o caminito poco visible que sube hacia la izquierda, difícil de ver bien por la arrasadora intervención de las máquinas forestales. La cima no se ve hasta que estamos casi encima. Hemos llegado al Jandiolamendi, de 698 m de altitud. Hay un buzón de acero cromado en forma piramidal del Club Bancobao de los años sesenta, y allí sigue, tan pichi. No podemos gozar de las vistas por las nieblas y nubes bajas que tapan casi todo, incluido el cercano Oiz.

Foto de rigor, algo de fruta y bebida abundante, que a pesar del fresco y el sirimiri a ratos hemos sudado de lo lindo.

La bajada la hacemos por el mismo sitio por donde hemos subido hasta el cruce despejado de los siete caminos, donde seguimos de frente por pista cementada, metiéndonos de inmediato en un pinar. La pista literalmente rodea el monte Añao, que quedaría a nuestra derecha, y llegamos de nuevo al cruce de Lasiar. Ahora seguimos desde el cruce por la pista cementada que queda entre los dos caminos por los que hemos venido en la subida.

Vamos por buena pista rodeando en todo momento el monte Arakaldo, que queda a nuestra izquierda. Tras un buen rato llegamos hasta donde nos hemos desviado esta mañana para ascender al Arakaldo, y en unos pocos metros mas llegamos al cruce despejado de cuatro caminos, donde seguimos a nuestra derecha por una pista que rodea el monte Gallanda, que quedaría a nuestra izquierda.

Andamos un rato por la pista y llegamos a una bifurcación donde cogemos a la izquierda, subiendo un poco hasta llegar a otra bifurcación, siguiendo también hacia la izquierda. Por fin llegamos al enlace con la ruta de subida, cerca de donde nos hemos liado la primera vez, y ya, tras un par de amplios zigzags, seguimos bajando por ella hasta llegar a nuestro punto de inicio, donde hemos dejado el coche.

Ruta que en otras condiciones climáticas sería mucho más interesante, porque aunque se trate de cimas humildes, realizar todo el cordal (excluyendo el Oiz) con mejor tiempo y mayor visibilidad se he convertido para nosotros de obligado cumplimiento.