Circular al Jucantu y Valdepino desde Puente Vidosa

Ruta muy bonita pero extremadamente complicada porque los senderos están tomados por la maleza, además del desnivel fuerte a salvar (aunque este hecho es casi despreciable comparado con lo anterior).
Nos encontramos con tramos de helechos de 3 metros, zarzas, etc... por donde tuvimos que ir abriendo camino, aunque según los tracks que llevábamos íbamos por la ruta correcta. El monte, ante la ausencia de ganado, está poniéndose impracticable.
Aquí sí que pudimos decir eso de "No hay camino, se hace camino al andar".

Por supuesto, es imprescindible llevar pantalón largo para esta ruta, cosa que nosotros no hicimos...

Salimos desde Puente Vidosa, subiendo por la zona habilitada para tirolinas, vías ferratas, puentes etc. Hay varios caminos, pero hay que alcanzar el sendero de la zona alta para ir luego hacia la derecha.
En la primera parte el sendero está muy limpio, incluso se ve que han echado herbicida en los bordes. Más adelante comienza a estar algo más cerrado para desaparecer más arriba.
Como decía antes, tuvimos que atravesar un tramo con la maleza mucho más alta que nosotros. En el track marco el punto donde nos quedamos sin sendero.

Una vez que salimos de la zona de tanta vegetación volvimos a encontrar trazas de sendero, ya con la roca asomando a ratos. Enseguida alcanzamos el Derrabáu, pequeña majada a modo de balcón hacia el desfiladero de los Beyos. Este paraje es realmente sorprendente y precioso.

Desde el Derrabáu atacamos directamente el Jucantu. Se pueden ir evitando los resaltes existentes, aunque nosotros trepamos algunos sin mucha dificultad.

En la cima del Jucantu tuvimos la mala suerte de que la niebla no acababa de levantarse, por lo que nos quedamos sin vistas. Aunque hacía amagos de irse, nos acompañó hasta comenzar el descenso desde el Valdepino.

El acercamiento del Jucantu al Valdepino lo hicimos por donde la intuición nos llevaba, intentando no perder altitud. Aunque no encontramos muchas dificultades, justo antes de llegar a la altura de la Collada de Pasa, hay un tramo donde hay que ir salvando algunas depresiones y zonas más abruptas.

La Porra de Valdepino es una montaña que desde esta vertiente parece inaccesible. Para subirla, en primer lugar hay que trepar una estrecha canal en su cara suroeste; después hay que hacer una travesía más o menos horizontal de sur a norte, hasta colocarse en la cara norte de la montaña. En este punto hay que hacer un giro brusco hacia la derecha, casi de 180º, para afrontar la subida de una canal herbosa estrecha y muy vertical, que nos saca prácticamente a la misma cima.

El descenso lo hicimos en sentido norte hasta que giramos a la izquierda, dejando el sendero que estábamos siguiendo y yendo hacia el oeste. Aquí volvimos a quedarnos sin sendero claro y tuvimos que ir improvisando la ruta hasta llegar de nuevo a otro sendero donde giramos a la derecha. Tras 700 metros llegamos a una buena pista y pensábamos que el descenso sería por ella... Pero estábamos muy equivocados.
Hay que volver a dejar la pista y buscar un sedo para continuar descendiendo y luego terminar por sendero hasta alcanzar la carretera. El tramo del sedo, sobre todo, vuelve a estar bastante sucio.
El último tramo por carretera hasta lo agradecimos, después de tantos kilómetros por senderos cubiertos de maleza.

Como decía al principio, aunque técnicamente no hay grandes dificultades en esta ruta, nos pareció muy complicada por el estado de los caminos/senderos, sobre todo. Se atraviesan zonas muy solitarias y salvajes; y si uno está dispuesto a sufrir estas penurias, la recompensa es también grande.
Yo llegué al coche con la sensación de "ha merecido la pena haber conocido la zona, pero no creo que vuelva".