Circular al Pico del Cerro del Águila o Marigil, Pico del Rayo y Cerro de Garoeta desde Inogés
near Inogés, Aragón (España)
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Normalmente aprovechamos el invierno, para recorrer las sierras cercanas a Zaragoza, en esta ocasión, le toca el turno a la Sierra de Vicor, donde queremos subir al techo de la sierra, el pico del Rayo.
Llegar hasta Inogés, es bastante sencillo, y rápido, desde Zaragoza, cogemos la A-2 dirección Madrid, hasta la población de El Frasno, donde continuamos por la A-1505 durante unos 8 kilómetros.
Una vez en Inogés, dejamos el coche, aparcado junto a la Iglesia de San Miguél, desde la que iniciamos el recorrido, salimos a la carretera, la cruzamos, y seguimos rectos, hasta la altura de un peirón, donde empezamos la circular.
Aunque se puede hacer en un sentido u otro, nosotros la vamos a realizar en sentido antihorario, así que continuamos rectos, por el camino de Inogés, en suave ascenso, por el que vamos ganando desnivel, con vistas al Pico de la Nevera, fácilmente reconocible, por el radar que hay en su cima, perteneciente al escuadrón de vigilancia aérea.
De vez en cuando, el camino se bifurca en dos, aunque no tiene pérdida, seguimos siempre por el más evidente; por amplio camino de tierra, llegamos junto a los restos de la paridera Fernanda, donde comenzamos a ver los primeros ejemplares de pinos, que a cada paso, se hacen más abundantes, encontrándonos también alguna encina.
Cuando llevamos recorridos algo más de tres kilómetros, alcanzamos un cruce de caminos, donde enlazamos con el sendero local SLZ-36 que viene desde la colonia de Pietas.
Aquí, debemos tomar el sendero balizado que sale a nuestra izquierda, pero vemos no muy lejos de nosotros, una pequeña elevación, así que de momento, continuamos subiendo unos metros más por el camino, hasta alcanzar el collado de Marigil, donde tomamos una trocha a mano derecha, por la que siguiendo los hitos, hollamos la cima del Pico del Cerro del Águila o Marigil, desde el que obtenemos una amplia panorámica de la comarca del Aranda, y del Pico de la Nevera, que se alza unos cientos de metros, por encima nuestro.
Sin apenas detenernos, regresamos sobre nuestros pasos, hasta el cruce de caminos, ahora sí, tomamos el sendero que ahora nace a nuestra derecha, siguiendo las marcas blancas y verdes del SLZ-36, por el que nos adentramos en un espeso pinar, por el que poco a poco vamos ganando desnivel.
Tras alcanzar los restos de una antigua edificación, giramos a la derecha, y afrontamos el último tramo de subida, hasta enlazar con la pista en la que convergen el SLZ-36 y el GR.90.2, justo a la altura del refugio del Acebal.
En este lugar, se puede acceder al pico del rayo, bien por la pista, o por sendero, como en la anterior vez que estuve lo hice por la pista, debido a que había bastante nieve, en está ocasión, optamos por subir por la senda del Acebal, que tomamos justo en el lateral derecho del refugio, donde podemos ver buenos ejemplares de acebo, que comparten espacio con los pinos, por los que avanzamos por un tupido sendero, siguiendo los hitos y las marcas blancas y verdes.
Sobre la cota 1366 m, alcanzamos la pista de acceso, que recorre parte del cordal, y por la que continuamos, ya con vistas a nuestro objetivo del día, el Pico del Rayo, al cual, llegamos pasados poco más de cinco minutos, y en cuya cima, hacemos una corta parada (hace mucho frío y viento) para disfrutar de las vistas, que tenemos de la Sierra de Algairén, la comarca del Aranda, y del Valle del río Grio.
Disfrutadas las vistas, descendemos unos metros por pista, hasta alcanzar el sendero, por el que descendemos por la cara norte del pico del Rayo, por un sendero algo descompuesto al principio, pero que a medida que avanzamos, va mejorando, y por el que rápidamente llegamos hasta la pista, que viene desde el refugio del Acebal.
En vez de continuar por la pista, en este mismo punto, tomamos una trocha, que a tramos está comida por la vegetación, y seguimos prácticamente rectos, hasta llegar a los lindes del pinar, donde la trocha mejora hasta convertirse en un claro sendero.
Aunque la lógica, invita a introducirnos en el pinar, nosotros obviamos este sendero, giramos a la derecha, y subimos unos metros, hasta que enlazamos con un amplio camino de tierra, por el que continuamos durante doscientos metros, hasta llegar al collado Mayor, en el que convergen varios senderos, y pistas.
La idea inicial, era descender por el barranco de las Borderas, pero unos metros más adelante vemos un pequeño montículo, con una encima en la cima, así que de momento, cambio de planes, abandonamos la pista, y seguimos rectos siguiendo el cordal, hasta alcanzar la cima del cerro Garoeta, marcado con un hito.
Una vez en la cima del cerro, echamos un vistazo al mapa del GPS, según indica este, si continuamos por el cordal, enlazaremos con un camino que va hacia Inogés. Dicho y hecho, seguimos por el cordal, normalmente el ligero descenso, a tramos por sendero y otros monte a través, pero siempre siguiendo la divisoria, durante un kilómetro.
Casi al final del cordal, efectivamente, vemos que nace un sendero, justo a nuestra izquierda, que rompe el cordal, así que giramos a la izquierda y enlazamos con un claro sendero por el que nos adentramos en un espeso pinar.
Por unos momentos, perdemos el sendero, un hito nos invita a seguir rectos, pero no vemos nada, al final, tras subir y bajar varias veces en busca del sendero correcto, decidimos tirar todo recto, por un tramo cerrado por la vegetación, durante medio kilómetro; hasta que al final nos reencontramos con el sendero, perfectamente trazado (se salva este tramo por arriba).
De nuevo por buen sendero, aprovechamos para trotar un rato, siguiendo los hitos que hay de vez en cuando, aunque no hay pérdida. Poco a poco, el pino va dejando paso a un bonito bosque de carrascas, que han sido invadidas por los líquenes, y unos metros más adelante, enlazamos con el sendero que viene desde el collado Mayor, por el que seguimos descendiendo, paralelos al barranco de las Borderas, por el que finalmente salimos a una pista asfaltada, junto a la ermita de Nuestra Señora de Jerusalén.
Ya con vistas a Inogés, trotamos por la pista durante medio kilómetro, hasta que llegamos al peirón, donde hace unas horas iniciamos el recorrido; nos introducimos en Inogés, cruzamos la carretera, y tras algo menos de seis horas, llegamos a la Iglesia de San Miguél, donde finalizamos este atractivo recorrido, por la Sierra de Vicor.
Llegar hasta Inogés, es bastante sencillo, y rápido, desde Zaragoza, cogemos la A-2 dirección Madrid, hasta la población de El Frasno, donde continuamos por la A-1505 durante unos 8 kilómetros.
Una vez en Inogés, dejamos el coche, aparcado junto a la Iglesia de San Miguél, desde la que iniciamos el recorrido, salimos a la carretera, la cruzamos, y seguimos rectos, hasta la altura de un peirón, donde empezamos la circular.
Aunque se puede hacer en un sentido u otro, nosotros la vamos a realizar en sentido antihorario, así que continuamos rectos, por el camino de Inogés, en suave ascenso, por el que vamos ganando desnivel, con vistas al Pico de la Nevera, fácilmente reconocible, por el radar que hay en su cima, perteneciente al escuadrón de vigilancia aérea.
De vez en cuando, el camino se bifurca en dos, aunque no tiene pérdida, seguimos siempre por el más evidente; por amplio camino de tierra, llegamos junto a los restos de la paridera Fernanda, donde comenzamos a ver los primeros ejemplares de pinos, que a cada paso, se hacen más abundantes, encontrándonos también alguna encina.
Cuando llevamos recorridos algo más de tres kilómetros, alcanzamos un cruce de caminos, donde enlazamos con el sendero local SLZ-36 que viene desde la colonia de Pietas.
Aquí, debemos tomar el sendero balizado que sale a nuestra izquierda, pero vemos no muy lejos de nosotros, una pequeña elevación, así que de momento, continuamos subiendo unos metros más por el camino, hasta alcanzar el collado de Marigil, donde tomamos una trocha a mano derecha, por la que siguiendo los hitos, hollamos la cima del Pico del Cerro del Águila o Marigil, desde el que obtenemos una amplia panorámica de la comarca del Aranda, y del Pico de la Nevera, que se alza unos cientos de metros, por encima nuestro.
Sin apenas detenernos, regresamos sobre nuestros pasos, hasta el cruce de caminos, ahora sí, tomamos el sendero que ahora nace a nuestra derecha, siguiendo las marcas blancas y verdes del SLZ-36, por el que nos adentramos en un espeso pinar, por el que poco a poco vamos ganando desnivel.
Tras alcanzar los restos de una antigua edificación, giramos a la derecha, y afrontamos el último tramo de subida, hasta enlazar con la pista en la que convergen el SLZ-36 y el GR.90.2, justo a la altura del refugio del Acebal.
En este lugar, se puede acceder al pico del rayo, bien por la pista, o por sendero, como en la anterior vez que estuve lo hice por la pista, debido a que había bastante nieve, en está ocasión, optamos por subir por la senda del Acebal, que tomamos justo en el lateral derecho del refugio, donde podemos ver buenos ejemplares de acebo, que comparten espacio con los pinos, por los que avanzamos por un tupido sendero, siguiendo los hitos y las marcas blancas y verdes.
Sobre la cota 1366 m, alcanzamos la pista de acceso, que recorre parte del cordal, y por la que continuamos, ya con vistas a nuestro objetivo del día, el Pico del Rayo, al cual, llegamos pasados poco más de cinco minutos, y en cuya cima, hacemos una corta parada (hace mucho frío y viento) para disfrutar de las vistas, que tenemos de la Sierra de Algairén, la comarca del Aranda, y del Valle del río Grio.
Disfrutadas las vistas, descendemos unos metros por pista, hasta alcanzar el sendero, por el que descendemos por la cara norte del pico del Rayo, por un sendero algo descompuesto al principio, pero que a medida que avanzamos, va mejorando, y por el que rápidamente llegamos hasta la pista, que viene desde el refugio del Acebal.
En vez de continuar por la pista, en este mismo punto, tomamos una trocha, que a tramos está comida por la vegetación, y seguimos prácticamente rectos, hasta llegar a los lindes del pinar, donde la trocha mejora hasta convertirse en un claro sendero.
Aunque la lógica, invita a introducirnos en el pinar, nosotros obviamos este sendero, giramos a la derecha, y subimos unos metros, hasta que enlazamos con un amplio camino de tierra, por el que continuamos durante doscientos metros, hasta llegar al collado Mayor, en el que convergen varios senderos, y pistas.
La idea inicial, era descender por el barranco de las Borderas, pero unos metros más adelante vemos un pequeño montículo, con una encima en la cima, así que de momento, cambio de planes, abandonamos la pista, y seguimos rectos siguiendo el cordal, hasta alcanzar la cima del cerro Garoeta, marcado con un hito.
Una vez en la cima del cerro, echamos un vistazo al mapa del GPS, según indica este, si continuamos por el cordal, enlazaremos con un camino que va hacia Inogés. Dicho y hecho, seguimos por el cordal, normalmente el ligero descenso, a tramos por sendero y otros monte a través, pero siempre siguiendo la divisoria, durante un kilómetro.
Casi al final del cordal, efectivamente, vemos que nace un sendero, justo a nuestra izquierda, que rompe el cordal, así que giramos a la izquierda y enlazamos con un claro sendero por el que nos adentramos en un espeso pinar.
Por unos momentos, perdemos el sendero, un hito nos invita a seguir rectos, pero no vemos nada, al final, tras subir y bajar varias veces en busca del sendero correcto, decidimos tirar todo recto, por un tramo cerrado por la vegetación, durante medio kilómetro; hasta que al final nos reencontramos con el sendero, perfectamente trazado (se salva este tramo por arriba).
De nuevo por buen sendero, aprovechamos para trotar un rato, siguiendo los hitos que hay de vez en cuando, aunque no hay pérdida. Poco a poco, el pino va dejando paso a un bonito bosque de carrascas, que han sido invadidas por los líquenes, y unos metros más adelante, enlazamos con el sendero que viene desde el collado Mayor, por el que seguimos descendiendo, paralelos al barranco de las Borderas, por el que finalmente salimos a una pista asfaltada, junto a la ermita de Nuestra Señora de Jerusalén.
Ya con vistas a Inogés, trotamos por la pista durante medio kilómetro, hasta que llegamos al peirón, donde hace unas horas iniciamos el recorrido; nos introducimos en Inogés, cruzamos la carretera, y tras algo menos de seis horas, llegamos a la Iglesia de San Miguél, donde finalizamos este atractivo recorrido, por la Sierra de Vicor.
Waypoints
Car park
2,442 ft
Inogés (Aparcamiento junto a la Iglesia)
Comments (5)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
La verdad que la subida hasta el Pico del Rayo es clara, no da opción a equivocarse, pero ya en algún tramo de la bajada si que es algo más complicado. A pesar de todo, muy buena la ruta, unas vistas espectaculares y unas sendas magnificas para los que hacemos trail.
Hola jorgegv29.
Esta es una buena circular para correr, buenas sendas en las que tan solo hay que ir atento en un par de bajas para encontrar la continuación.
Gracias por comentar y valorar.
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Muy buena ruta. Hay tramos en los que es muy fácil perder el sendero, así que hay que ir muy atentos con el GPS.
Hola Alberto.
Si, es un recorrido precioso. Tiene un par de puntos en la bajada que pueden llevar a error, pero con GPS sin problemas.
Gracias por comentar.
Hoy he hecho la ruta. Típico día de otoño, muy ventoso y con algo de lluvia. El recorrido tiene de todo: pista forestal, sendero y monte a través. Las vistas son espectaculares. Eso sí, imprescincible llevar GPS, porque hay un tramo (el km 9) en el que no hay senda definida y hay que ir mirándolo todo el tiempo. Muchas gracias, Diario de un Caminante, por compartir la ruta.