Circular al pico Valdemadera y Alto de la Nevera, subiendo por Bco. Valdemadera y bajando por Bco. Hortales, desde el Santo

Hoy me acerco a la sierra de Algairén, una sierra totalmente desconocida por los zaragozanos, que se encuentra a poco más de media hora en coche de la capital del Ebro.

Está vez, me acerco hasta el Santo de Aguarón, zona recreativa en la que dejo la furgoneta, retrocedo unos metros por la pista, hasta coger el inicio de la ruta Ambiental, por la que me adentro en el pinar hasta salir a una pista de tierra por la que continúo hasta un panel informativo, donde la pista se transforma en un bonito sendero, en el que los pinos dan paso a las carrascas y a una gran diversidad de flores.

Sobre el kilómetro 1.5, el sendero se bifurca en dos, bajando uno a la carretera y otro a la derecha marcado con hitos, que es por que sigo ladeando la montaña en ligero ascenso, disfrutando de está espectacular primavera, hasta cruzar el barranco de Valdemadera donde enlazo con el GR.90, que sube de la fuente de los Acebos.

A partir de este punto, la pendiente se acentúa, pero la agradable sombra y el extraordinario entorno, hace que apenas se note. A medida que voy ganando desnivel, el bosque clarea en algunos tramos, lo que me permite disfrutar de las vistas hacia el ya visible pico Valdemadera, el pico Langa o la zona de Paniza, en el que destaca la ermita de la Virgen del Águila.

Tras un paso entre la roca, la vegetación desaparece, alcanzo una especie de collado en el que convergen los dos subidas al pico Valdemadera que empiezan en el Santo, donde ahora, prosigo el ascenso bajo la linea de alta tensión, que atraviesa pequeñas manchas de bosque, en el que hacen acto de presencia los robles.

Siguiendo las marcas blancas y rojas del GR.90, salgo al camino que une el Alto de la Nevera (mirador de la Falaguera) con el pico Valdemadera, a cuya cima accedo en apenas cinco minutos, en la que me detengo unos minutos para almorzar, mientras disfruto de las amplias vistas que tengo hacia la sierras de Modorra, Vicort y el Moncayo.

Luego, regreso sobre mis paso hasta el cruce del GR,90, donde continúo por el camino pasando primero junto al desvío al barranco de Valdecerezo, por el que podría bajar y uno metros más adelante, del barranco de los Hortales, al que más tarde regresaré ya que de momento me voy al Alto de la Nevera, al que accedo por un empinado camino hormigonado, donde a la sombra de la caseta forestal me detengo unos instantes para disfrutar de las vistas, que son prácticamente iguales a las que hay en el pico Valdemadera.

En vez de regresar por el mismo lugar hasta el collado de la Falaguera, cuando he bajado el camino hormigonado, tomo a mano izquierda una senda marcada en su entrada por un hito, por la que avanzo por el cordal hasta enlazar con la senda que viene del collado, en la que rápidamente me adentro en un precioso robledal, por el que bajo paralelo al barranco de los Hortales, a cuyo cauce llego cuando alcanzo el Sitio del Canto.

Siguiendo el cauce del barranco, camino por el durante unos metros, hasta que de nuevo el sendero baja pegado a la margen derecha del barranco, que a ratos se oye el murmullo del agua, aunque en general suele bajar seco. A medida que voy perdiendo desnivel, la vegetación va cambiando y las robles van dando paso a las carrascas, donde nada más vadear el barranco, el sendero se transforma en un camino que unos metros más adelante sale a una pista de tierra, por la que desciendo hasta el área recreativa del Raso de la Cruz, donde me refresco en la fuente.

Después, continúo unos metros por la pista, hasta tomar a mano izquierda una pista secundaria que va realizando en suave ascenso varias lazadas. Sobre el kilómetro 12, alcanzo una bifurcación que si bien ambas opciones me llevan al Santo, prefiero tomar el camino de la derecha (la otra va toda por pista y está va por sendero), por el que avanzo durante un par de centenar de metros, hasta llegar a una nueva bifurcación, donde giro a la izquierda para seguir unos metros por el camino que se acaba transformando en un sendero, por el que a media ladera y prácticamente por terreno llano, avanzo disfrutando del paisaje, ya que las carrascas que pueblan está zona apenas dan sombra.

Cuando ya diviso una torre de alta tensión, el sendero comienza a descender hasta desembocar en una pista, por la que monte a través alcanzo el área recreativa de el Santo, cerrando está bonita circular, en la que tan solo me he cruzado con cuatro personas y dos de ellas, eran los guardas forestales.