Circular al Puy Moné desde el Pígalo

Esta ruta, circular, discurre por el Paisaje Protegido de la Sierra de Santo Domingo, concretamente por la sierra de Luesia. Comienza en el aparcamiento del pozo del Pígalo, a donde podemos llegar en coche por una pista apta para turismos que parte de la localidad de Luesia. Este paraje es muy bonito, especialmente por las pozas que ha creado el río Arba, y vale la pena emplear algo de tiempo en disfrutar del entorno.

Cuando estemos listos empezamos a andar siguiendo la pista por la que hemos llegado. Tras recorrer unos 700 m, ya en la margen izquierda del río, tomamos una senda que, en ascenso, se interna en el bosque.
Al cabo de media hora llegamos a una zona ganadera en el Corral de las Casas. Continuamos por un tramo de pista 10 minutos más y la abandonamos por un sendero a nuestra derecha, señalizado con un poste indicador hacia "Collado de Erica la Fosa". Este collado, al que llegamos en 1 hora y 10 minutos, constituye un cruce de caminos; nosotros tomaremos la dirección indicada como "Senda a monte Val".
Cuando llevamos andando una hora y media alcanzamos el cordal que desciende desde la Punta de Cabo Val y lo seguimos en ascenso hacia esa cima, el punto de mayor altitud del día, con 1312 m. 150 metros antes de alcanzarlo podemos ir a la izquierda para visitar un mirador (cima en 1 hora y 55 minutos).
Seguimos las suaves laderas hacia el noroeste. Al frente vemos la siguiente cima del día, el Puy Moné, coronado por una construcción de vigilancia. Pasaremos junto a una pista y, sin tomarla, seguiremos por la divisoria hasta esta cima de 1303 m de altitud (2 horas y 10 minutos).

Empezamos el descenso por el cordal opuesto al de nuestra llegada. Hemos de estar atentos a abandonarlo a los 200 metros tomando una senda que desciende a la derecha internándose en el bosque.
Pasaremos por algunos cruces más, señalizados con tablillas, para llegar al río en 3 horas y cuarto. Lo vadeamos, pisando los pilotes construidos al efecto, y seguimos 5 minutos más hasta el aparcamiento, poniendo fin a una andada muy cómoda por un paraje lleno de encanto.