Circular al Salto de Roldan (Peña Amán 1121 m y Peña San Miguel 1123 m), desde San Julián de Banzo

Hoy nos acercamos hasta la formación rocosa compuesta por la Peñan Amán y la Peña San Miguel, el Salto de Roldán, entre las que discurre encajonado el río Flumen, que se encuentran ubicadas en la parte occidental del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara.

Para ello, nos acercamos hasta el núcleo de San Julián de Banzo, donde sin entrar, continuamos por la pista obviando un primer desvío que va a la ermita de San Martín, para avanzar unos metros más por la pista hasta llegar a un segundo cruce, donde esta vez sí, tomamos el ramal de la derecha por el que seguimos hasta que el camino muere, aparcando en una pequeña explanada.

Desde este lugar, iniciamos la circular cogiendo un sendero que nos baja primero hasta un abrigo, en el que antiguamente se guardaba el ganado y un poco más abajo, al cauce del barranco de San Martín, que cruzamos para acto seguido remontar los metros perdidos, hasta alcanzar un cruce de senderos donde continuamos en ligero ascenso, tomando de referencia las marcas amarillas y verdes hacia la Peña Amán, que a medida que nos vamos acercando se va haciendo visible.

Tras una hora de caminata, alcanzamos el collado Frontón de Buesa, al que más tarde regresaremos, pero ahora, nos vamos por un bonito sendero hasta alcanzar la base de la Peña Amán, equipada con las clásicas clavijas de Guara (pequeñas y alejadas), donde buscando algún aopoyo extra en la roca, coronamos el primero objetivo de la jornada, la Peña Amán, desde la que disfrutamos de las vistas que tenemos hacia El Fraile, la Peña San Miguel y el Picón del Mediodía.

Luego, retrocedemos sobre nuestros pasos hasta alcanzar el collado, donde iniciamos un largo descenso, entre un bello bosque de carrascas, en el que a medida que perdemos desnivel, se va aclarando hasta desaparecer, lo que nos permite obtener unas nuevas perspectivas del Salto de Roldán.

Una vez alcanzamos el cauce del río Flumén, caminamos por un sendero paralelos a la margen izquierda hasta llegar a una pasarela de madera, por la que cruzamos la mitad del cauce, ya que baja crecido y no llega a la otra orilla, por lo que toca descalzarnos (la pasarela solo cubre el cauce "normal" del río y época de lluvias, se queda corta por lo que es recomendable llevar unas chanclas).

Ya en la margen derecha del río, continuamos caminando paralelos a ella, hasta llegar a una bifurcación perfectamente señalizada, donde dejamos el sendero que va hacia las Palomeras, para tomar a mano derecha otro sendero, por el que comenzamos a ganar rápidamente desnivel entre un bosque de carrascas situado en la parte inferior del barranco, en el que se ubica la fuente natural del manantial de Lavallos, en la que nos detenemos para refrescarnos.

Después, regresamos al sendero principal, para continuar subiendo por un bosque que poco a poco va dando paso al matorral y los bojes, hasta alcanzar la explanada en la que conectamos con el sendero S-9, por el que nos acercamos hasta la base rocosa de la Peña San Miguel, equipada con un par de pasos con grapas y escalera, por la que coronamos el segundo objetivo del día, la Peña San Miguel, en la que disfrutamos de las vistas y damos un paseo por su aplanada cima, en la que se ubican los restos de un torreón defensivo (Castillo de Sen), además de la ermita de San Miguel (S.XII).

En la cima, aprovechamos para comer, luego, retrocedemos sobre nuestros pasos hasta la explanada, donde descendemos unos metros por la pista de acceso a la Peña San Miguel, hasta localizar un sendero a mano izquierda, por el que comenzamos a descender dirección Sureste, bordeando por una nueva variante la Peña San Miguel, por un sendero algo descompuesto y bastante pronunciado, en el que disfrutamos de unas magníficas vistas del Salto de Roldán.

Poco a poco, el sendero nos aleja del cauce del río Flumén y el Salto de Roldán se va quedando atrás, para adentrarnos en una zona de cultivo, donde pasamos junto a una finca ganadera, en la que enlazamos con un camino de tierra por el que cruzamos el barranco del Mont y unos metros más adelante, a las ruinas del despoblado de Lienas.

En este lugar, abandonamos el camino principal que se dirige a la localidad de Apiés, para seguir avanzando por un amplio camino de tierra dirección Sureste, hasta alcanzar de nuevo el cauce del río Flumén, que cruzamos por un puente, para continuar unos metros por un camino hasta tomar a mano derecha un sendero, salpicado de algunos olivos, carrascas y robles, que amenizan este monótono tramo.

Cerca del final, enlazamos con la pista que viene desde San Julían de Banzo, por la que avanzamos hasta llegar a un cruce, en el que abandonamos la pista principal, para coger el ramal de la izquierda, por el que llegamos al aparcamiento, dando por finalizada esta bella circular, en el que la niebla nos ha estropeado el último tramo, aunque era el más insulso.