Circular alrededor de Barjacoba por sus caminos tradicionales

Estaba con Dani por la mañana viendo como Casimiro segaba y jugando con el móvil de Jesús cuando se nos ocurrió hacer una excursión por la tarde aprovechando que en Barjacoba Julio es menos Julio. Después de comer abundantemente iniciamos el recorrido subiendo el camino tradicional de Fervenza, que cada vez era más pino. Tras hora y pico de marcha llegamos por fin a una pequeña llanura o altiplano que hace las veces de cima. Allí además de encontrarnos a las vacas de Ricardo admiramos en el horizonte cercano unas bellas vistas de contornos montañosos sembrados de molinos de viento. También pudimos ver el pueblo encajado en su valle con los prados ya segados separados por muros rectilíneos de piedras superpuestas. Adjunto foto panorámica para que comprobéis lo bonito que es el pueblo con sus prados y montes cercanos. En mitad de la excursión nos encontramos a extraños y enigmáticos personajes con más preguntas que respuestas, por lo que continuamos la marcha sin entretenernos mucho y sin mirar mucho hacia atrás. Pasado el chozo de Salgadeiros paramos a comernos las sabrosísismas empanadas de Leonides, que dan fuerzas para subir y bajar al Everest cuatro veces seguidas. Con la tripa llena llegamos a una especie de cruce donde una señal marcaba las direcciones, con sus respectivas distancias, a Porto y a Barjacoba. Tomamos esta última y llegamos a Barjacoba por el "Val de Fornos", creo que se escribe así. El Campeón nos acompañó todo el recorrido, como si no confiase en nuestro regreso sin contratiempos, vigilando todos nuestros pasos, persiguiendo Corzos y remojándose en la charca más cercana que encontraba. Da gusto salir con Dani de marcha: buena predisposición, buena conversación, sentido del humor, sentido común y ganas de pasarlo bien. Lo dicho, un lujo.