Circular ascenso al Pico de la Capilla y Torcal del Charcon. Valle de Abdalajis (Málaga)

La ruta en esta ocasión ha discurrido por una gran mole rocosa caliza situada en pleno corazón de la provincia malagueña, situada entre dos espectaculares parajes naturales, como son el Desfiladero de los Gaitanes, con su Sierra de Huma como máximo exponente montañoso, y el Torcal de Antequera; de hecho la conjunción de estos tres espacios además de las Sierras de la Chimenea, del Chamizo o de los Tajos del Sabar conforman lo que se denomina el Arco Calizo Central.

En el espacio se observan multitud de zonas de paisaje kárstico, de aspecto similar a lo que podríamos encontrar en el "vecino" o cercano Paraje Natural del Torcal de Antequera, donde destaca especialmente el karst que se conoce como el Torcal del Charcón.

Se trata de un recorrido de dificultad moderada que en muchas zonas nos lleva exclusivamente por espacios rocosos, en los que ninguna traza ni sendero son distinguibles. Además se transitará en buena parte del recorrido por zonas de matorral bajo típico de la región mediterránea, donde destacan especialmente los matorrales de aulagas, con púas muy puntiagudas que sentimos en cada paso en nuestras piernas, por lo que si tienes pensado hacer ésta ruta en periodo estival con uso de pantalón corto, habría que pensárselo antes de llevarla a cabo.

Además el itinerario nos llevará a los pies de espectaculares cortados rocosos, paredones verticales de varias decenas de metros de altura, que nos sobrecogerán por su belleza e inmensidad; eso unido a las caprichosas formas esculpidas en la roca caliza por acción de la erosión durante milenios, creando esas típicas formaciones de torcales que nos incitan a dejar volar nuestra imaginación con sus estampas, y el ascenso exigente final para alcanzar la mayor altitud de éste paraje, como es la cumbre de La Capilla de 1.186 m de altitud, y todo ello aderezado por el vuelo constante sobre nuestras cabezas del incansable planeamiento de los buitres por medio de las corrientes ascendentes de aire caliente, conformarán una ruta espectacular que nos permitirá disfrutarla sobremanera.

El acceso a la localidad del Valle de Abdalajís se realiza a través de la carretera A-343 que une Antequera con Zalea, y en nuestro caso procedentes de la A-357, nos desviaremos en dirección a las localidades de Pizarra y Álora, que tras dejar atrás, y a través de la barriada aloreña de Bellavista, nos llevará a nuestra localidad de destino; continuaremos por la carretera principal y atravesaremos la población en su totalidad para estacionar en sus afueras.

El comienzo de la ruta se inicia en el mismo casco urbano de la localidad del Valle de Abdalajís, dejando el vehículo estacionado en zona habilitada al aparcamiento junto a la misma carretera, próximos a la ubicación del Tanatorio Municipal.

Los primeros metros de la ruta transcurrirán en paralelo con la carretera por uno de sus arcenes en sentido Antequera y ello nos permitirá encontrarnos con la importante surgencia del Manantial Valle de Abdalajís, que inunda el espacio con el frescor y el sonido del discurrir de sus aguas.

Al poco nos desviaremos de la carretera hacia la izquierda, justo en una zona habilitada como área recreativa con la presencia de espacios de picnic y de una fuente. Comienza en este punto una dura subida que nos hará ganar metros de altitud de forma rápida, y que nos ofrecerá las primeras vistas sobre la vecina Sierra de La Chimenea y del serpenteante trazado del Arroyo del Búho entre las laderas de los campos de cultivo, procedente de dicha Sierra.

El ascenso nos llevará a encaramarnos, frente a una atalaya rocosa que aparece como una protuberancia agreste del terreno, sobre un extenso lapiaz de formaciones rocosas planas en su superficie y surcadas por innumerables grietas que, a modo de cicatrices, nos harán que tengamos que seguir el sentido común de obviar las que son de mayores dimensiones, para saltar sobre las separaciones existentes entre las planchas de piedra.

Llegamos a la primera de las zonas de torcales conocida con el nombre de "La Muela" donde las formaciones kársticas erosionadas nos ofrecerá las caprichosas formas esculpidas en la roca. Ya podemos observar desde este punto la cima de la Cumbre Capilla, que con su forma piramidal nos ofrece su silueta triangulada.

Continuaremos nuestro itinerario llegando ahora a una zona con unos sobrecogedores tajos que se nos ofrecen a la vista en forma de escarpes rocosos como cortados a cuchillo; transitaremos por un itinerario que recorre la base de éstos haciendo que disfrutemos de su magnífica magnitud, haciendo que, lo que nos depara a nuestros sentidos, sea prácticamente imposible de describir con palabras.

Llegamos así a alcanzar la base del ascenso final al Pico Capilla, el cual afrontaremos en primer lugar a través de las veredas visibles en el terreno, pero que al llegar a la zona de roca, prácticamente la subida se realiza por mera intuición. De vez en cuando se podrá divisar algún que otro hito de piedras que nos indique al menos, que previamente alguien ha usado esas mismas vías para encaramarse a la cumbre. Llegamos así a coronar la cima de 1.186 m de altitud, rodeados de unas panorámicas espectaculares y bajo una breve granizada que nos sorprende. El viento en la cumbre es intenso y fresco y nos hace que no alarguemos en exceso nuestra estancia en ella.

Toca afrontar la bajada por el mismo último tramo de la subida, aunque no tardaremos en separar los itinerarios del ascenso con el del descenso, hasta llegar a una intersección de itinerarios que nos informa de la ruta que discurre por la zona de El Torcal del Charcón y el Cortijo de La Rejonada (PR A-87). Nos saldremos del trazado oficial del sendero para adentrarnos en las espectaculares formaciones esculpidas por la erosión en ésta zona de karst conocida como el Torcalillo, la cual nos sobrecoge y nos fascina a partes iguales.

Abandonamos esta zona de torcal para ir descendiendo paulatinamente hasta llegar a una zona de antigua explotación agrícola y ganadera donde observamos la ruinas de un antiguo cortijo y la presencia de un pozo con agua en su fondo; en las inmediaciones del cortijo podremos observar también la existencia de un abrevadero tallado en la roca.

El camino de retorno nos depara otra sorpresa espectacular en el conocido como Paraje del Charcón, en el cual los impresionantes Tajos del mismo nombre se nos ofrecen con toda su inmensidad. No podremos dejar de mirar a éstos impresionantes cortados de masa rocosa, que nos fascinan en su descubrimiento desde las partes más elevadas por las que nos adentramos en la garganta, hasta salir por la base inferior de los mismos hasta las mismas calles de la población, en un itinerario de descenso con formas zigzagueantes.