Circular Cantalar, Cerro Hueco, C.F. de Roblehondo, Peñón de Juan Díaz, Majada Llana, Cantalar (Sierra de Cazorla)

Tan cerca de la atrocidad turística de Arroyo Frío se puede disfrutar de la paz y soledad de los profundos bosques que caracterizan a estas sierras. Nos adentramos en el Monte de Guadahornillos, de gran valor ecológico, pues en toda esta zona la monotonía de los pinares se ve rota cuando entre éstos se mezclan viejos quejigos , encinas, arces…De esto nos damos perfecta cuenta cuando en la incipiente primavera vemos la diversa gamas de verdes que colorean el bosque, donde los verdes oscuros de encinas y pinos se mezclan con los claros de las hojas nuevas de los árboles caducifolios. Por tanto el otoño debe ser también una época mágica en el eterno bosque de Guadahornillos y alrededores.

La ruta a pesar de su longitud, más de 23 kilómetros, no presenta a penas dificultades técnicas, pues se desarrolla casi de forma íntegra por pistas, caminos, jorros madereros y viejos senderos de herradura. En éstos dos últimos tipos de caminos sí que encontramos la dificultad, de que debido a su estado de abandono en algunas partes se encontraban muy enmatojados, sobre todo de romeros. La vereda que acompaña la tubería de agua soterrada que desde un poco más abajo de Majada Llana llega hasta El Cantalar, es muy estrecha y en algunos puntos se encuentra muy erosionada en una empinada ladera. Aunque no es realmente peligroso transitar por ella, sí que debemos tener precaución para no resbalar. Los escasos tramos de campo a través que realizamos en este recorrido no presentan a penas dificultades.

La ruta comienza en el Aula de la Naturaleza El Cantalar. Para llegar allí hay que tomar una estrecha carretera que sale de la A-319, entre los kilómetros 39 y 40 y a escasos kilómetros de Arroyo Frío. Esta carretera lleva entre otros lugares al Hotel Río, el Chaparral o el Hotel Convento de Santa María. Tras pasar por la misma puerta del Hotel Río, en una bifurcación tomamos la carretera sin asfaltar que nos lleva a El Cantalar. Esta perfectamente señalizado en los cruces, por lo que no hay perdida.

Tras estacionar el vehículo en la zona habilitada para ello en la misma entrada a El Cantalar, comenzamos caminar por la pista forestal que sale de aquí. A los pocos metros, en una pronunciada curva sale a la izquierda el carril que lleva al collado de Cabeza Rubia, nosotros seguimos por la pista. En unos 800 metros desde el anterior cruce llegamos a una bifurcación de pistas forestales. Tomamos la pista de la izquierda, pues la de la derecha nos llevaría a Majada Llana y al Peñón de Juan Díaz, siendo una alternativa para regresar si no queremos ir por jorros, veredas y sendas en precarias condiciones de conservación.

Por esta pista vamos disfrutando de estupendas panorámicas al valle del Guadalquivir y de las cumbres de las Sierras de Cazorla y las Villas. En algo menos de 1,5 kilómetros desde que tomamos este ramal pasamos junto a la Fuente de Aguas Blanquillas, de la que no cae ni una gota y por el aspecto que tiene parece que hace mucho tiempo que no brota agua de allí. Siguiendo por la pista principal nos saldrán a la izquierda dos carriles, el primero de los cuales lleva a los Hoyos de Muñoz y el segundo desciende al Arroyo de Guadahornillos por el Raso del Tejar. Al kilómetro aproximadamente de pasar ese último cruce y cuando la pista ya hace un rato que ha tomado dirección Sur, nos salimos de ésta a la derecha por un viejo sendero de herradura.

El sendero puede costar un poco verse al principio, pues está invadido de romeros, pero al poco tiempo se ve con toda claridad que se trata de un sendero de herradura de cierta importancia en su época. El sendero pasa por el collado entre Peñón Quemado y Cerro Hueco, volcando al lado occidental de la cuerda. A los pocos metros de pasar por el collado el sendero se bifurca en una zona repleta de muchos brotes de pinos. El sendero principal sigue descendiendo en busca de Majada Llana, pero nosotros tomamos el que sale a la izquierda y que al principio parece invisible entre tanto pino joven. El sendero asciende y tras ese primer tramo de invisibilidad se ve con toda claridad. Además tiene una anchura más que considerable, lo que nos hace pensar que lo utilizaron como jorro maderero.

En menos de un kilómetro de la anterior bifurcación llegamos a las ruinas de una caseta o pequeño refugio. Imaginamos que éste debió de ser un punto importante de paso o de extracción de madera y de ahí la ubicación de ésta caseta que asemeja a otras muchas que hemos ido viendo en estas Sierras y que no eran de vigilantes de incendios, como la de Puerto Gilillo, Puerto Pinillo o la del Collado de la Nava del Puesto entre otras. Desde la caseta seguimos el jorro hacia el Noreste pensando que seguía coincidiendo con la vieja senda, aunque después nos percatamos de nuestro error, ya que dicha senda ascendía desde la caseta hacia el Sureste hasta Collado Verde. El caso es que el jorro termina a los pocos metros y no vimos rastro alguno de senda, por lo que decidimos ascender campo a través hasta la cercana cumbre de Cerro Hueco (1.365 m). Para ello ascendemos hacia el Este hasta que llegamos a la cresta de la cuerda, por la que caminamos siguiendo los grandes hitos que suponemos marcan vías pecuarias o limitaciones de montes hacia el Sur hasta llegar a la cima.

Continuamos por la cresta, ahora hacia el Suroeste, siguiendo los grandes hitos delimitadores, que a su vez coinciden con carteles que indican que estamos en una zona de protección grado A, la del Área de Reserva de Navahondona-Guadahornillos. (El Área de Reserva de Navahondona-Guadahornillos constituye la zona donde se encuentra la mayor concentración de endemismos botánicos del Parque, situándose en el sector meridional, entre las sierras de Cazorla y del Pozo. Se delimita, dentro de esta área, un "Perímetro Experimental de Guadahornillos", cuyos límites están constituidos por los límites naturales del valle Guadahornillos-Agracea). Texto extraído de:
http://www.geodiversidad.es/index.php/donde-estamos/ecodiversidad/75-zonificacion-del-pn-sierras-de-cazorla-segura-y-las-villas

En pocos metros de fuerte descenso llegamos a Collado Verde, donde retomamos la senda que viene de la caseta donde estuvimos hace poco. La senda vuelca hacia la ladera oriental de la cuerda y tras vadear el Arroyo del Aguaderillo termina acabando en la pista forestal que lleva desde El Cantalar hasta la Casa Forestal de Roblehondo, denominada en los mapas topográficos “Senda de Roblehondo a los Hoyos de Muñoz”.

Seguimos la pista hacia el Sur para en poco más de dos kilómetros salir a otra de mayor entidad: la pista forestal que desde el área recreativa de Linarejos lleva al Río Borosa pasando por Roblehondo y que los mapas denominan “Camino de Roblehondo a la Fresnedilla”. Aquí entroncamos con el GR-7, el cual seguiremos hasta el Puerto del Calvario. Para ello seguimos la pista a la derecha, hacia el Sur. En el mismo cruce de pistas se encuentra la Fuente de la Cava, un manantial que brota de la misma roca y solo unos metros más adelante la bonita Casa Forestal de Roblehondo, Estación Biológica utilizada por el CSIC:
“La Estación de Campo de Roblehondo, a 350 Km de Sevilla, está situada en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (214.300 Ha.). El CSIC ha tenido una presencia en la región desde mediados de los 50, cuando José Antonio Valverde, fundador de la EBD, dirigió varias expediciones zoológicas. La actividad investigadora del CSIC se intensificó en 1978, cuando los investigadores de la EBD empezaron a usar la estación de campo (Casa Forestal) en Roblehondo, en el municipio de La Iruela, como base de sus investigaciones. La infraestructura, localizada en el centro de la Reserva de Navahondona-Guadahornillos, consiste en una estación de campo, administrativamente dependiente de la Estación Biológica de Doñana, gracias a la cesión de uso por parte de la Junta de Andalucía (Gobierno autonómico de Andalucía) al CSIC.”
Texto extraído de http://web.ebd.csic.es/Website1/Zesp/Cazorla/cazorla.aspx

Tras caminar unos 3 kilómetros por ésta pista forestal desde que dejamos Roblehondo y coincidiendo con el GR-7 llegamos al Puerto del Calvario, entre el Poyo homónimo y el Calar Majada de la Señora. Dejamos la pista para ascender de forma relativamente cómoda hacia el Noroeste al Poyo del Calvario. Descendemos siguiendo la misma dirección a un cercano collado, donde tomamos una veredilla. La vereda crestea la cuerda que continúa desde el Poyo hacia el Suroeste. Llegamos a una nava que en esta época del año está repleta de gamones, lugar éste donde cambiamos bruscamente de dirección y descendemos campo a través al Norte para llegar en breves metros a la pista forestal que lleva al Peñón de Juan Díaz y justo enfrente de la torre de vigilantes que se encuentra en este paraje.

Nos acercamos a la torre de vigilantes de incendios del Peñón de Juan Díaz, donde disfrutamos de las excelsas vistas que nos regala dicho lugar. Estamos situados sobre Arroyo Frío y desde aquí dominamos gran parte del Valle del Guadalquivir en su tránsito por este Parque Natural y la crestas y laderas orientales de las Sierras de Cazorla y las Villas. Seguimos caminando por la pista que llega hasta aquí, hacia el Este primero para después y tras describir algunas curvas virar al Norte. Recorridos algo menos de 3,5 kilómetros por esta pista y tras pasar por el Arroyo de Collado Verde y la Fuente de los Aserraderos, llegamos a lo poco que queda de la Casa Forestal de Majada Llana.

Unos metros bajo los cascotes de la Casa Forestal de Majada Llana vemos que salen dos senderos, uno a la derecha (SO), otro a la izquierda (SE). Nosotros seguimos el de la izquierda y a los pocos metros nos damos cuenta de que es un jorro maderero, que posiblemente usurpara los dominios de una vieja senda. El caso es que tras llegar a un barranco cambia de dirección (NO) y se encuentra bastante invadido de romero, costando caminar por él. El jorro termina y no se ve continuidad de senda por ningún lado. Teníamos que decidir si regresar a Majada Llana y probar con el otro sendero o descender campo a través hasta el Hotel Río, el cual tenemos justo debajo pero donde tendríamos que salvar muchos metros de desnivel.

Decidimos arriesgar y probar con la segunda opción. Descendemos campo a través hacia el Oeste y tuvimos la inmensa suerte de no haber recorrido ni 100 metros cuando salimos a una vereda que acompaña a una tubería de conducción de agua soterrada. Tomamos la vereda a la derecha, hacia el Norte, y como comenté anteriormente, ésta es muy estrecha y recorre una empinada y erosionada ladera. No hemos caminado ni medio kilómetros cuando salimos a un viejo sendero de herradura, que por la dirección que trae tiene todas las trazas de ser el otro sendero que sale de Majada Llana. Y esto tiene mucho sentido pues a partir de ahora el sendero nos lleva de forma inequívoca hacia el Norte hasta El Cantalar, por lo que debío de ser el viejo camino que comunicaba ambos lugares.