Circular clásica Moncayo

Cima Moncayo por la ruta clásica. Subida por el Santuario, y bajada por el collado de Castilla.
Aparcamos en Haya Seca, puesto que la pista estaba abierta por ser estar en mes sin problemas climatológicos, sobrepasando el aparcamiento de la Fuente de los Frailes.
Así, en poco más de cinco minutos por cómoda pista no asfaltada, estamos en el Refugio - Santuario de la Virgen del Moncayo, del que, salvo error en la información, sólo funciona el restaurante. Y mejor confirmar telefónicamente para evitar sorpresas.
Sobrepasado el Santuario, tomamos el ramal de nuestra derecha de la senda, que tras un agradable recorrido por el interior del sombreado y fresco bosque, nos lleva a la hoya de San Miguel, desde donde vemos enfrente la pelada e inhóspita mole de las cimas del Moncayo. Proseguimos por nuestra izquierda, por la senda popularmente conocida como de las Zetas, sobrenombre muy adecuado, y oficialmente como la de Glaudioso.
Tras un rato de intensa subida, por terreno mayoritariamente de piedra suelta, con pasos asentados por múltiples pedreras, y a pleno sol, llegamos a un pequeño collado y nos damos de bruces con un fenómeno meteorológico típico del Moncayo. En los pueblos de la base, en plena ola de calor, hemos salido con 25°, cuando bajamos, a 36°, pero al sobrepasar la pared que nos resguardaba, sensación térmica fría brutal, en consulta por la noche, temperatura en cima 15°, sensación térmica 5°. Nos ponemos los cortavientos, y nos quedamos cortos, muy cortos. Así que toca moverse rápido.
Con intención de hacer el cordal, nos desplazamos a la izquierda para hollar el alto del Corralejo y comprobamos el buen servicio que hace el abrigo de piedras al final del mismo, resguardados del viento y orientado al sol. Reponemos fuerzas y desandamos camino, superamos el Cerro de San Juan, y por el collado del Alto de las Piedras, y tras una breve subida que nos viene de maravilla para calentar el cuerpo, llegamos a la cima del Moncayo. Foto con la Virgen y todos a resguardo en el abrigo. Toca obligarles a salir para foto grupo en el Vértice Geodésico y rápidamente iniciamos el descenso.
Bajada rápida, piedra y lajas sueltas, aunque senda bien asentada. Muy bien aireados bajamos lo más presto posible, hasta llegar al collado de Castilla. Según lugareños, también llamado Pasalobos. Seguimos por la senda hasta encontrar un desvío a nuestra derecha, bien señalizado con un hito de piedras de más de un metro de altura, y nos adentramos en el bosque, a resguardo del inclemente viento.
Nos quedan poco más de 3 km por una senda entre bosque y pedreras al descubierto, con muy poco desnivel, positivo o negativo, hasta que en el último kilómetro nos metemos de nuevo en el bosque y la senda coge ya mayor inclinación para rápidamente descender directamente al aparcamiento.

Puntos de agua en sendas fuentes naturales inmediatamente antes y después del santuario.

Imprescindible consultar previsión del tiempo, aunque demos por sentado que en plena ola de calor a 36° en el pueblo, vamos a tener calor. Consultamos Meteoblue, y acertó de pleno.

Por lo expuesto al sol, imprescindible crema solar y gorra o sombrero.