Circular de Martos, con subida a la Peña
near Martos, Andalucía (España)
Viewed 183 times, downloaded 4 times
Trail photos
Itinerary description
Bonito recorrido por Martos, la antigua Tuš musulmana, ciudad jienense cuyo casco histórico tiene la declaración de BIC y Monumento Histórico-Artístico. El núcleo urbano se desarrolló a las faldas de una imponente mole caliza, la Peña de Martos, “la tercera columna de Hércules” (donde según la leyenda se encuentra un fabuloso tesoro en la cueva de Hércules). El cerro de la Peña, con sus 1003 msnm, se vio ocupado desde la Prehistoria, dado su valor defensivo. Incluso, la Peña es mencionada en La Lozana Andaluza. De hecho, popularmente, a Martos se la conoce como “Ciudad de la Peña”.
Aparco junto al cementerio y bajo al pueblo por la calle de Torredonjimeno, con buenas vistas del casco histórico. Comienzo su visita junto a la iglesia parroquial de San Amador y Santa Ana, dedicada al patrón de la localidad San Amador de Tucci; este templo fue incendiado durante la Guerra Civil y también se excavó un refugio antiaéreo en su interior.
Subo por la calle la Fuente, que pasa junto al Antiguo Hospital de San Juan de Dios, convertido en sede de la Oficina del Servicio Andaluz de Empleo, para llegar a la plaza de la Constitución, antiguamente del Concejo, centro neurálgico del casco histórico. En esta bonita plaza encontramos varios edificios de interés: la Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno(con unos destacables frescos barrocos); la iglesia de Santa Marta (bajo la advocación de la mártir Marta de Betania, patrona de Martos), construida tras la conquista por Fernando III en un espacio sagrado (sobre una mezquita edificada sobre un templo romano); la Antigua Cárcel y Cabildo (sede del Ayuntamiento), joya del manierismo andaluz, obra del arquitecto Francisco del Castillo (autor también de los campanarios de Santa Marta y el del Santuario de Nuestra Señora de la Villa); el Mercado de Abastos (levantado sobre el solar del Convento de Santa Marta, destruido por los bombardeos en la Guerra Civil); y el Círculo Nueva Amistad, de estilo ecléctico-barroco, promocionado por la alta burguesía en los años veinte del siglo pasado, al auge del olivar. Hay que decir que a Martos se le llama “Cuna del Olivar” y está considerado el municipio mayor productor mundial de aceite de oliva (incluso tiene una variedad propia de aceituna, la “marteña”).
La iglesia de Santa Marta alberga los restos de los dos hermanos Carvajal, caballeros de la Orden de Calatrava, ejecutados por orden del monarca castellano Fernando IV, el Emplazado, en el siglo XIV. Según la leyenda, los hermanos dieron muerte al privado del rey y al paso de éste por Martos en dirección a Alcaudete, fueron apresados en Martos, llevados a lo alto de la Peña y aquí juzgados, sentenciados a muerte y encarcelados en una jaula de púas de hierro; antes de morir, proclamaron su inocencia y emplazaron al rey a asistir junto a ellos ante el tribunal supremo de Dios en 30 días; en la batalla de Alcaudete, Fernando enfermó, muriendo en Jaén a los 30 días justos de la ejecución de los Carvajal. En la plaza marteña del Lloro, lugar donde llegó la jaula, se alza una columna de piedra con una cruz en su honor.
Salgo de la plaza por la calle Real de San Fernando, pasando junto al Monasterio de la Santísima Trinidad (o las Trinitarias), habitado por monjas de clausura. Luego sigo por callejuelas estrechas hasta llegar a la calle de la Villa, frente a la Fortaleza Baja o Castillo de la Villa; destaca la Torre Almedina, construida en el siglo XIII por la Orden de Calatrava sobre la roca caliza, siendo a partir del siglo XV residencia del comendador de la Orden. Tras la conquista cristiana, la plaza fue donada por el rey a esta orden de caballería para su defensa frente al reino nazarí de Granada. Los calatravos erigieron el Castillo de la Villa en el emplazamiento que ocupaba la fortaleza musulmana y antes la acrópolis íbera de Tucci, y también reconstruyeron el Castillo de la Peña, los dos unidos por una muralla (que pasaba por la plaza del Concejo). La ciudad se convirtió en la plaza más importante de la Orden en el Alto Guadalquivir y, dada su posición adelantada y fronteriza, conoció numerosos enfrentamientos con los nazaríes (el más grave hacia 1325, con la destrucción de la villa y la Fortaleza Baja, llevó al reforzamiento de las defensas). Dejó de pertenecer a la Orden en 1489 a la muerte de su último maestre, pasando a manos de los Reyes Católicos.
Continuando por la calle de la Villa (tras admirar la Torre del Homenaje en la vecina calle Primero de Mayo), llego al Santuario de Nuestra Señora de la Villa, donde se venera a esta Virgen, la Labradora. Se edificó tras la conquista cristiana, dentro del recinto de la Fortaleza Baja (la torre-campanario formaba parte del recinto amurallado de la ciudad), fue reedificado en el XVI y parcialmente destruido y quemado en la Guerra Civil (llevando a su demolición y reconstrucción en estilo neobarroco); en su cripta alberga restos de mártires de esta contienda.
Bajo por una empinada callecita y, tras el correspondiente callejeo, llego a la plaza del Llanete, donde se encuentra la sencilla ermita de San Miguel (quizás del siglo XIV), y empiezo junto a ella la subida, primero por una escalinata y luego zigzagueando por las calles que se acuestan en la falda de la Peña; junto a la ermita de San Bartolomé (una de las más antiguas del pueblo, donde se encuentra la imagen de María Santísima de la Victoria, señora de la Peña de Martos), tomo por el Paseo del Calvario, un bulevar con excelentes vistas de Martos. Luego lo dejo por una senda que va paralela a calle Molino de Medel, hasta que empiezo el ascenso al Castillo de la Peña, a campo traviesa entre retamas y con pronunciada pendiente (por ésto califico la ruta como de dificultad moderada). Cerca ya del castillo, conecto con el sendero de acceso (con escalones en algunos puntos), aunque sigo atrochando hasta que entro en el recinto del castillo por un hueco circular en la muralla. Me espera una agradable sorpresa, en forma de rebaño de cabras montesas paciendo tranquilamente en el patio de armas; no se asustan al verme y siguen a lo suyo, por lo que aprovecho también para avituallarme.
Las vistas desde aquí son absolutamente espectaculares: las sierras de la Grana (prolongación de la de Jabalcuz) y de la Caracolera, con la Pandera más lejana al sureste, los municipios cercanos y un mar de olivos, que justifica el título de “Cuna del Olivar”. La pena es que el castillo sea una ruina, pese a tener la consideración de Monumento Histórico (junto con la Fortaleza de Abajo) desde 1985. Se conservan lienzos de la muralla, algunas torres muy deterioradas y un aljibe.
El descenso lo hago por el sendero habilitado, que en zigzag alcanza la base del cerro; desde aquí, sigo por una pista hormigonada (la calle Molino de Medel) hacia la izquierda, rodeando la Peña, entrando nuevamente en el pueblo por la calle Puerta de Jaén; continúo en bajada hasta salir junto a la ermita de Santa Lucía de Siracusa, en el barrio de San Amador. Sigo la calle a la izquierda (por aquí va el Camino Mozárabe) hasta la Fuente de la Villa, construida en conmemoración de la visita de Carlos V y que, tras su restauración, conserva sus ocho caños originales. Sólo resta subir la última cuesta camino del cementerio para concluir una nueva ruta por tierras jienenses, auténtico Paraíso Interior.
Aparco junto al cementerio y bajo al pueblo por la calle de Torredonjimeno, con buenas vistas del casco histórico. Comienzo su visita junto a la iglesia parroquial de San Amador y Santa Ana, dedicada al patrón de la localidad San Amador de Tucci; este templo fue incendiado durante la Guerra Civil y también se excavó un refugio antiaéreo en su interior.
Subo por la calle la Fuente, que pasa junto al Antiguo Hospital de San Juan de Dios, convertido en sede de la Oficina del Servicio Andaluz de Empleo, para llegar a la plaza de la Constitución, antiguamente del Concejo, centro neurálgico del casco histórico. En esta bonita plaza encontramos varios edificios de interés: la Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno(con unos destacables frescos barrocos); la iglesia de Santa Marta (bajo la advocación de la mártir Marta de Betania, patrona de Martos), construida tras la conquista por Fernando III en un espacio sagrado (sobre una mezquita edificada sobre un templo romano); la Antigua Cárcel y Cabildo (sede del Ayuntamiento), joya del manierismo andaluz, obra del arquitecto Francisco del Castillo (autor también de los campanarios de Santa Marta y el del Santuario de Nuestra Señora de la Villa); el Mercado de Abastos (levantado sobre el solar del Convento de Santa Marta, destruido por los bombardeos en la Guerra Civil); y el Círculo Nueva Amistad, de estilo ecléctico-barroco, promocionado por la alta burguesía en los años veinte del siglo pasado, al auge del olivar. Hay que decir que a Martos se le llama “Cuna del Olivar” y está considerado el municipio mayor productor mundial de aceite de oliva (incluso tiene una variedad propia de aceituna, la “marteña”).
La iglesia de Santa Marta alberga los restos de los dos hermanos Carvajal, caballeros de la Orden de Calatrava, ejecutados por orden del monarca castellano Fernando IV, el Emplazado, en el siglo XIV. Según la leyenda, los hermanos dieron muerte al privado del rey y al paso de éste por Martos en dirección a Alcaudete, fueron apresados en Martos, llevados a lo alto de la Peña y aquí juzgados, sentenciados a muerte y encarcelados en una jaula de púas de hierro; antes de morir, proclamaron su inocencia y emplazaron al rey a asistir junto a ellos ante el tribunal supremo de Dios en 30 días; en la batalla de Alcaudete, Fernando enfermó, muriendo en Jaén a los 30 días justos de la ejecución de los Carvajal. En la plaza marteña del Lloro, lugar donde llegó la jaula, se alza una columna de piedra con una cruz en su honor.
Salgo de la plaza por la calle Real de San Fernando, pasando junto al Monasterio de la Santísima Trinidad (o las Trinitarias), habitado por monjas de clausura. Luego sigo por callejuelas estrechas hasta llegar a la calle de la Villa, frente a la Fortaleza Baja o Castillo de la Villa; destaca la Torre Almedina, construida en el siglo XIII por la Orden de Calatrava sobre la roca caliza, siendo a partir del siglo XV residencia del comendador de la Orden. Tras la conquista cristiana, la plaza fue donada por el rey a esta orden de caballería para su defensa frente al reino nazarí de Granada. Los calatravos erigieron el Castillo de la Villa en el emplazamiento que ocupaba la fortaleza musulmana y antes la acrópolis íbera de Tucci, y también reconstruyeron el Castillo de la Peña, los dos unidos por una muralla (que pasaba por la plaza del Concejo). La ciudad se convirtió en la plaza más importante de la Orden en el Alto Guadalquivir y, dada su posición adelantada y fronteriza, conoció numerosos enfrentamientos con los nazaríes (el más grave hacia 1325, con la destrucción de la villa y la Fortaleza Baja, llevó al reforzamiento de las defensas). Dejó de pertenecer a la Orden en 1489 a la muerte de su último maestre, pasando a manos de los Reyes Católicos.
Continuando por la calle de la Villa (tras admirar la Torre del Homenaje en la vecina calle Primero de Mayo), llego al Santuario de Nuestra Señora de la Villa, donde se venera a esta Virgen, la Labradora. Se edificó tras la conquista cristiana, dentro del recinto de la Fortaleza Baja (la torre-campanario formaba parte del recinto amurallado de la ciudad), fue reedificado en el XVI y parcialmente destruido y quemado en la Guerra Civil (llevando a su demolición y reconstrucción en estilo neobarroco); en su cripta alberga restos de mártires de esta contienda.
Bajo por una empinada callecita y, tras el correspondiente callejeo, llego a la plaza del Llanete, donde se encuentra la sencilla ermita de San Miguel (quizás del siglo XIV), y empiezo junto a ella la subida, primero por una escalinata y luego zigzagueando por las calles que se acuestan en la falda de la Peña; junto a la ermita de San Bartolomé (una de las más antiguas del pueblo, donde se encuentra la imagen de María Santísima de la Victoria, señora de la Peña de Martos), tomo por el Paseo del Calvario, un bulevar con excelentes vistas de Martos. Luego lo dejo por una senda que va paralela a calle Molino de Medel, hasta que empiezo el ascenso al Castillo de la Peña, a campo traviesa entre retamas y con pronunciada pendiente (por ésto califico la ruta como de dificultad moderada). Cerca ya del castillo, conecto con el sendero de acceso (con escalones en algunos puntos), aunque sigo atrochando hasta que entro en el recinto del castillo por un hueco circular en la muralla. Me espera una agradable sorpresa, en forma de rebaño de cabras montesas paciendo tranquilamente en el patio de armas; no se asustan al verme y siguen a lo suyo, por lo que aprovecho también para avituallarme.
Las vistas desde aquí son absolutamente espectaculares: las sierras de la Grana (prolongación de la de Jabalcuz) y de la Caracolera, con la Pandera más lejana al sureste, los municipios cercanos y un mar de olivos, que justifica el título de “Cuna del Olivar”. La pena es que el castillo sea una ruina, pese a tener la consideración de Monumento Histórico (junto con la Fortaleza de Abajo) desde 1985. Se conservan lienzos de la muralla, algunas torres muy deterioradas y un aljibe.
El descenso lo hago por el sendero habilitado, que en zigzag alcanza la base del cerro; desde aquí, sigo por una pista hormigonada (la calle Molino de Medel) hacia la izquierda, rodeando la Peña, entrando nuevamente en el pueblo por la calle Puerta de Jaén; continúo en bajada hasta salir junto a la ermita de Santa Lucía de Siracusa, en el barrio de San Amador. Sigo la calle a la izquierda (por aquí va el Camino Mozárabe) hasta la Fuente de la Villa, construida en conmemoración de la visita de Carlos V y que, tras su restauración, conserva sus ocho caños originales. Sólo resta subir la última cuesta camino del cementerio para concluir una nueva ruta por tierras jienenses, auténtico Paraíso Interior.
Waypoints
Waypoint
2,392 ft
Antiguo Hospital de San Juan de Dios (s. XVII)
Fachada adintelada con dos pilastras labradas y frontón partido con escudo
Religious site
2,421 ft
Real Iglesia Parroquial de Santa Marta (s. XV)
Planta basilical de tres naves. Torre campanario de tres cuerpos (siglo XVI)
Monument
2,448 ft
Ayuntamiento, Antigua Cárcel y Cabildo (s. XVI)
Fachada con escudo de los Habsburgo y alegorías de la Prudencia y la Justicia
Religious site
2,415 ft
Monasterio de la Santísima Trinidad (s. XVII)
Planta de cruz latina. Portada renacentista con el escudo de la Orden
Castle
3,320 ft
Torre del Homenaje
De mampostería y mortero y sillería en las esquinas, con tres pisos (el inferior prácticamente enterrado, se ve la bóveda del techo)
You can add a comment or review this trail
Comments