Circular de Pedro Ponce (Zarzadilla de Totana, Lorca)

Ruta n° 6 del libro "Sierra de Pedro Ponce. La montaña olvidada". Juan Antonio Moya Sáez. Natursport. 2006.

Zarzadilla de Totana es una visita recurrente para mí. Son muchas las veces que he venido aquí a hacer senderismo, y aun así todavía me quedan unas cuantas rutas pendientes y lugares por descubrir.

Hoy tocaba hacer una interesante ruta rodeando la Sierra de Pedro Ponce. Partiendo de la Balsa de los Grifos, una fuente de tres caños junto al lavadero y el Parque de los Olivos, seguiremos las señales del PR-MU 102 para salir del pueblo entre almendros y aproximarnos a la montaña.

Salvado el primer desnivel llegamos al Collado del Cabezo del Azabache, identificable por su depósito de agua. Aquí finaliza el camino y tomamos el sendero, aún de la mano del PR.

Esta senda, bien marcada y divertida, tiene tramos empinados y es el sector de la ruta más esforzado. Conviene parar de cuando en cuando, no sólo para recobrar el aliento, sino para volver la vista y admirar el paisaje, que incluso llega al mar.

Desembocamos en el Collado Chico, donde nos separamos del PR, que se va a la derecha. En cambio para nosotros éste es el techo de la excursión de hoy. Giramos a la izquierda y empezamos un prolongado descenso. Lo primero que vamos a disfrutar es de las vistas a la otra vertiente de la sierra. Son muchas las montañas y sierras que vemos y conocemos. Es, seguramente, el mejor momento de la jornada.

Al frente tenemos el Cambrón, que parece bastante asequible desde aquí. A la izquierda, la cima de Pedro Ponce o Copa Veneno, que ya conquisté hace un par de años. A la derecha, el PR llega hasta el Pico de la Selva, techo de Mula, y por el camino se puede alcanzar el Morrón del Rivazuelo, techo de Lorca. Una ruta que corone estas cuatro cumbres podría estar más que bien.

Ya en marcha, primero pasaremos junto a las ruinas de la Casa del Tío Rafael, y a continuación visitaremos la Casa de los Tornajos, restaurada, creo que de propiedad pública. Está acompañada de pinsapos y una plantación de nogales. Destaca uno de ellos en la entrada, aunque muerto. Junto a la casa, una vistosa balsa hexagonal recoge las aguas de un nacimiento próximo.

Avanzamos por la pista forestal en un agradable paseo hasta llegar al Camino de Avilés, donde giramos a la izquierda. La montaña que tenemos ahora enfrente, un poco a la derecha, es la del Madroño. Ya subí aquí hace un tiempo. Aunque es monte a través no tiene complicaciones, y las vistas desde su despejada cumbre con vértice geodésico son estupendas.

Pero hoy no toca, así que buscamos el retorno a Zarzadilla dejando el camino para tomar uno que sube a la izquierda. Este se encuentra algo roto por las avenidas de agua, y nos depara algunas rampas algo más empinadas de lo que apetece a estas alturas, pero se deja caminar.

Desde esta vertiente se abre una buena panorámica hacia la ciudad de Lorca, de la que distinguimos la silueta de su castillo a los pies de la Sierra de la Peñarrubia.

Ignoramos un primer camino que aparece a la izquierda y que atraviesa la sierra, pero tomamos el segundo, que vemos unos pocos metros más adelante. Son las últimas cuestas, ya muy cerca de la ladera de la sierra.

Este camino, cada vez más estrecho, y que es uno de los escalones de las terrazas que se hicieron en la repoblación de la sierra, acabará por reducirse a una senda que enseguida nos planta sobre Zarzadilla de Totana. Pronto conectaremos con el SL-MU 35 bajo la Cueva del Compadre, y en sólo unos minutos llegamos a las primeras casas por un viejo camino y atravesando un bancal de almendros pegado a la linde de una casa.

Ya sobre asfalto recorremos los últimos metros hasta alcanzar la Balsa de los Grifos, tachando esta ruta de las pendientes, pero sabiendo que volveremos, porque aún quedan unos cuantos senderos por recorrer en esta bonita y recóndita zona.