Circular desde Azcona. Viaducto romano. Cueva de Arrastizulo. Nevero. Ermitas de San Miguel y Santa Catalina

Esta es una ruta que no tiene mucha complicación, pero en la que se pueden ver varios puntos interesantes. Partimos de la localidad de Azcona y tomamos el sendero de la Pasada de los Carboneros y la antigua Calzada Romana.
La Pasada es una vía pecuaria secundaria utilizada en la época de la trashumancia. El camino discurre por el bosque de robles y boj y poco más adelante llegamos a la zona del viaducto romano. Es una construcción de piedra seca que, mediante un muro de contención de tierras de mamposteria y un pequeño caño supera una vaguada. Impresiona saber que tiene dos mil años de edad. Nosotros, además nos atrevimos a pasar por dentro de él.
Continuamos el camino en dirección a la Cueva de Arrastizulo. La desviación del camino está bien señalizada y el camino está bastante bien arreglado. La zona de la cueva se sitúa al pie de unas peñas y en el lindero del bosque con sus paredes laterales cubiertas de hiedra.
Volvimos por nuestros pasos hasta la pista de ascenso hasta el despoblado de Arrastia. En esta zona, no vimos el despoblado (quizá porque esté así, despoblado) pero vimos varias dolinas o formaciones geológicas por las que se filtra el agua a las formaciones kársticas interiores de las rocas. También tuvimos algún que otro encuentro con hormigueros de hormigas rojas en plena efervescencia primaveral. Seguimos el camino y tomamos la pista en dirección hacia el alto de Medizelaia y los neveros de Arizaleta. Contemplamos el paisaje desde el mirador, nos informamos del funcionamiento de los neveros desde la época medieval y tomamos un pequeño sendero de descenso a través del bosque. Se trata de la senda más estrecha de toda la ruta pero, a la vez, es la más interesante porque es la que discurre de una forma más natural por el bosque. En nuestro descenso nos paramos a observar el vuelo de los buitres en un pequeño mirador en una rocha sobre el Barranco de Arbioz y el río Ubagua.
Un poco más abajo la senda se una una pista forestal de descenso. Siguéndola y con un pequeño desvío llegamos hasta la ermita de San Miguel en donde comimos contemplando el valle y después seguimos el camino hasta Arizaleta y ya tomamos una pista que nos retornaba a Azcona. En nuestro camino nos detuvimos a ver la ermita románica de Santa Catalina de Alejandría.
La ruta es sencilla, ya que casi todo el recorrido se hace por pista y no tiene grandes complicaciones, tampoco a nivel de desnivel acumulado. Se puede realizar en menos tiempo del que empleamos pero nosotros nos entretuvimos bastante en los puntos singulares del recorrido y también viendo a un grupo de buitres que estaban tomando altura en la zona del barranco.