Circular desde Bedia al Mandoia por Ereño, con descenso por Utxarain

Una ruta similar hicimos mi amigo Eduardo y yo hace unos días pero no la completamos por donde queríamos, que era por la denominada "ruta Martintxu", también saliendo desde el ayuntamiento de Bedia. La que hicimos la semana pasada era una ruta más sencilla y más directa, ya que pensando que nos habíamos equivocado de camino (en esta ruta veremos que no era así) subimos directamente hasta Ereño por su carretera y desde allí ascendimos derechos al Mandoia (no pudimos acceder a su cumbre por premura de tiempo) bajando hasta Bedia por el mismo camino (esta ruta también se puede ver en wikiloc). En realidad, las diferencias entre la ruta de hoy y la que hicimos la semana pasada son varios rodeos: damos el primer pero bonito rodeo para llegar hasta Ereño antes de subir al Mandoia, bajamos de su cima dando otro pequeño rodeo que completamos con otro bastante más amplio descendiendo a Ereño dando varios zigzags bajo el pinar, para llegar de nuevo a Ereño y, por fin, para bajar a Bedia desde Ereño damos también un rodeo por la aldea de Utxarain. Digamos que la ruta de la semana pasada (también en Wikiloc) es mucho más directa y esta mas amplia.

Pero sigamos, los dos hemos vuelto hoy a Bedia para realizarla de nuevo e ir por donde pensábamos. Y partimos otra vez desde la plaza. Hay una helada de pegolete y todos los coches, parterres de hierba y plantas tienen una capa de hielo interesante. Con ropa de invierno, gorro y guantes no hay mayor problema. En un principio tenemos que llegar hasta el barrio de Eroso y para ir hasta allí accedemos a la carretera general pasando junto a la residencia de mayores. Giramos hacia la izquierda hasta superar una empresa llamada Eldu. Nada mas superada giramos a la izquierda y enseguida de nuevo a la izquierda, para bajar en pocos minutos hasta una bonita pasarela peatonal.

Cruzamos la pasarela y las vías del tren y accedemos a una carretera por la que vamos hacia nuestra derecha, hacia el barrio de Eroso–Ugarte (hay carteles señalizadores). Pasamos ante el Txakolí Bedia y tras sobrepasar tres antiguos caseríos a nuestra derecha llegamos a un cruce. Cruzamos el puentecillo y giramos hacia la izquierda hasta llegar a un caserío cercano donde de nuevo giramos a nuestra izquierda. De inmediato llegamos a una bifurcación de caminos que no está señalizada y es clave. Aquí es donde la semana pasada, pensando que nos habíamos equivocado, retrocedimos hasta el cruce del puente para ir hacia Ereño directamente, que también lo podemos hacer.

Pero esta vez seguimos adelante eligiendo el camino de la izquierda, ya que hemos visto en otra ruta en Wikiloc que la "ruta Martintxu" va por aquí. Enseguida pasamos al lado de un caserío y al poco encontramos en medio del camino una máquina con su operario que esta intentando arreglar los enormes destrozos del camino por el que vamos, imagino producidos por los grandes camiones madereros cargados de apeas que han pasado por aquí algún día de lluvias. Afortunadamente hoy la helada ha congelado la capa más superficial de los miles de toneladas de barro acumulados a lo largo de más de un kilómetro de pista, y más mal que bien logramos pasar poco a poco gracias a la dureza gélida del barro. Los surcos producidos en la pista son enormes, a veces llegan al metro y el andar se hace difícil. Nosotros que andamos mucho por el monte hemos visto en variadas ocasiones destrozos de pistas de monte producidos por las orugas y los enormes camiones utilizados por los forestalistas para sacar la madera. Lo que me pregunto es si los guardas forestales de la Diputación no exigen bajo contrato a los madereros arreglar las pistas y dejarlas como estaban después de concluidos los trabajos. No lo sabemos. Veremos cómo ha quedado esta pista cuando pasemos por aquí de nuevo transcurridos unos meses.

El enorme barrizal y la pista destrozada terminan al llegar a un collado o zona despejada. Hay una señal de la ruta (que induce a confusión), y la seguimos por donde imaginamos que indica. Parece que no nos hemos equivocado y el camino sube ahora y se mete en el pinar. Enseguida llegamos a una bifurcación (tampoco señalizada). Optamos por ir por el camino de la izquierda y acertamos. Andamos otro ratito más y llegamos a otra bifurcación. Vamos en este caso a la derecha, dejando al lado un cercado con un antiguo edificio de piedra casi totalmente derruido y asaltado por la vegetación. Desconocemos su antiguo objetivo. Y enseguida de nuevo otro cruce, tampoco señalizado junto a un pino con las raíces al aire. Optamos por el camino de la izquierda que sube más que el de la derecha.

Subimos otro poco más y llegamos a otro cruce, esta vez señalizado. Indica hacia Ereño, que es hacia donde vamos. El bonito camino herboso entre eucaliptos empieza a descender y al poco llegamos a otro camino que sube por nuestra derecha. No hay más señales y pensamos que este nos llevará con mas seguridad a Ereño. Lo cogemos. En otro rato más accedemos a la carretera de cemento que sube a Ereño desde Bedia, y que ya conocíamos desde la semana pasada, ya que subimos y bajamos por ella.

Giramos en el cruce a la derecha y en unos minutos entramos en la aldea de Ereño, pasando ante la pequeña ermita de San Martin. Seguimos de frente y encontramos junto a una bonita fuente con katilu, una trifurcación señalizada. Optamos (como la semana pasada) por el camino del medio que sabemos nos llevará hasta el Mandoia. Así es. El camino bajo el pinar va ascendiendo con repechos relativamente fuertes. Al cabo de un rato llegamos a un cruce perpendicular con una pista cementada que encontramos de frente. La seguimos hacia la derecha hasta llegar casi de inmediato a otro cruce, este sí señalizado (hay al menos tres placas, pero una señala el Mandoia y otra el Gazteluzar). Primeramente vamos al Mandoia, después ya veremos si ascendemos al Gazteluzar.

Un poco mas arriba encontramos una gran máquina que está limpiando de ramas y maleza el amplio terreno bajo los altísimos cables de unas enormes y nuevas torres de un impresionante tendido eléctrico.Y digo nuevas porque hace menos de un año no estaban. Una muy parecida, si no igual, aún sin cables, acaban de instalar en la falda del Ganeko. Quizá se trate de la misma nueva línea.

Al lado de la máquina, en un recodo del camino, un nuevo cartel señala una pequeña senda que pegada a la alambrada a nuestra izquierda sube en fuerte pendiente hasta el cordal cimero del Mandoia. Llegamos jadeando, pero sin pausa giramos a la derecha para recorrer el cordal que parece no tener final. Se nos hace largo este cordal y la verdad es que el último repecho para acceder a la cumbre es bastante duro. Llegamos por fin a la cima, de 638 m según Mendikat, que tiene una placa en recuerdo de un montañero situada en el poste geodésico de la cumbre. Hay también un pequeño buzón.

Un buen trago de agua, un par de fotos y para abajo. Al principio bajamos por el mismo sendero por donde hemos llegado a la cumbre para desviarnos enseguida por una pista a la que accedemos por nuestra izquierda. La pista baja rápidamente y nos equivocamos al coger un camino hacia la derecha unos metros mas arriba del que hay que coger. Cogemos en el siguiente un poco mas abajo a la derecha y enseguida llegamos a un cruce señalizado. Cogemos de nuevo a la derecha, por donde indica el cartel. Ahora el camino, en descenso, muy pedregoso e incómodo, vemos que llega hasta donde está la máquina trabajando. El señor que la maneja cesa amablemente en su trabajo, no vaya a ser que nos proyecte sin querer una rama o un tronco. Seguimos hacia abajo y llegamos a la trifurcación anterior con el poste que señalaba en tres direcciones. Dejamos la pista por donde hemos subido a nuestra derecha para no bajar derechos a Ereño y nos dirigimos hacia el Gazteluzar.

Enseguida nos desviamos conscientemente a la derecha de la pista que llevamos para acceder al monte que pensamos es el Gazteluzar. Error, tras dos fuertes repechos llegamos a su cumbre y allí no hay nada que nos diga que estamos en la citada cima. Por supuesto no hay ni buzón. De inmediato comprobamos que nos hemos equivocado, el Gazteluzar, bastante más majestuoso, se encuentra justo enfrente, al otro lado, y pasamos de subirlo. Lo dejamos para otro día. Bajamos de nuevo por el sendero de este montecillo hasta la pista que acabamos de abandonar y vamos hacia la derecha.

A partir de ahora iremos hasta Ereño trazando amplios zigzags bajo los pinos, en una bajada relativamente cómoda que no tiene pérdida porque no tenemos que desviarnos en ningún momento del camino principal que llevamos. En una media hora llegamos a confluir con el camino para el Mandoia que hemos cogido al lado de la fuente. Solo unos pocos metros nos separan de la citada fuente. Comemos aquí el bocata vegetal con bonito que Eduardo ha preparado, pero yo no he traído vino. ¡Error!. Echamos en falta nuestra cariñosa bota, la "damajuana", como la llamamos nosotros. Qué le vamos a hacer, comemos el sabroso bocata con la ayuda del agua al que añadimos el consabido plátano.

Enseguida nos calzamos de nuevo las mochilas y vamos para abajo. Pasamos Ereño y al cabo de un kilómetro aproximadamente, al lado de un caserío situado abajo y a nuestra derecha hay un cartel que indica "Bedia 3,5 Km". Este camino pasa por el barrio de Utxarain antes de llegar a Bedia. Lo cogemos y nos metemos en el pinar. Al principio es una senda que baja junto a una alambrada y, ojo, al principio, cuando parece que la senda sigue la citada alambrada, ésta llega al acceso de una campa de pasto y allí termina. Nos damos cuenta y vemos que el sendero sigue por nuestra izquierda hacia abajo. Ya no habrá duda alguna hasta llegar de nuevo a Bedia.

Bajamos por el sendero que vemos ha sido alguna vez una pista. Pasamos ante un claro a nuestra derecha con unas vacas negras pastando, que nos miran como si fuéramos un tren. Cruzamos dos vallas metálicas que cierran el camino y que dejamos como estaban, lógicamente. Vemos ya abajo a nuestra derecha la aldea de Utxarain y dando un rodeo accedemos a la citada barriada pasando por el medio y llegando hasta la carretera, por la que giramos a nuestra izquierda.

Pasado casi un kilómetro llegamos al desvío hacia Ereño, por donde fuimos la semana pasada. Enseguida llegamos al cruce del puente y al barrio de Eroso, en el que me paro un momento para sacar una foto a unos antiguos caseríos de estilo arratiano a los que ahora les pega el sol. Un poco mas adelante llegamos al cruce de las vías y por la pasarela peatonal, rodeando la empresa Eldu, accedemos a la plaza del ayuntamiento de nuevo.

Fin de la interesante ruta. La verdad es que aunque está bastante bien señalizada hemos echado en falta alguna señal en puntos clave para no perdernos.