Circular desde el Corral Colorao a la Hoya y el Almazarán y vuelta por los Bancalicos y La Longuera
near Villares, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
“De todos los caminos que tomas en la vida, asegúrate de que algunos de ellos sean de tierra”. John Muir.
La Longuera es uno de los rincones naturales más bellos de Elche de la Sierra, una zona de baño en la frondosa vega del río Segura, un remanso de paz y sosiego. Nosotros llegaremos a la Longuera después de cruzar el puente del Almazarán, la loma de La Muela y los Bancalicos, siguiendo los cañones del río Segura.
Iniciamos nuestro recorrido en el Corral Colorao, un área recreativa y lugar desde donde salen los toros para los encierros de las fiestas patronales. Tomamos el camino histórico de Yeste, subiendo tenemos a la derecha la Peña San Blas y bajando la Peña del Agua, llegamos así al cruce de vuelta con el camino de la Longuera, nosotros pasamos por el Cortijo de Blas y un poco más adelante tomamos una pista a la izquierda, por la zona de Los Rincones, que se convertirá en sendero y nos subirá a un collado desde el que tendremos una preciosas vistas de la Hoya, desde el collado bajamos por una pista y pasamos por el cortijo de El Corral de la Manuela del Nevao, muy cerca ya del camino de la Hoya que es el que seguiremos hasta el Almazarán, antes de llegar pasaremos por la rambla y cruzaremos el arroyo, para subir y contemplar la vega del Almazarán. Pasaremos por el puente sobre el río Segura y dejaremos a nuestra derecha la abandonada aldea de El Almazarán, sus habitantes vivían fundamentalmente de la agricultura (aquí se producía un arroz de buena calidad) y la ganadería. Algunas de las casas incluían los establos, incorporados en la misma arquitectura. Otras en cambio, tenían patios o corrales en el exterior, hoy no visitaremos el poblado, aunque merece la pena deambular por sus calles e imaginarse lo que fue. Desde antiguo fue un asentamiento y cruce de caminos, desde la época musulmana se presenta como preámbulo de un anfiteatro de montañas. El enclave es magnífico. Sería ideal desenterrar la historia de este bello lugar. En los años 60 contaba con 70 habitantes. Hay dos Almazarán, el de las hermosas vistas y al que le han arrancado de cuajo el alma.
Nosotros nos dirigimos hacia el arroyo de Letur, seguimos un pequeño sendero para encontrar el paso del mismo, un pequeño puente hecho con unos tablones de madera, son estos sencillos puentes los que incrementan el encanto de los senderos. A partir de aquí nos adentramos por la umbría del Resalí y vamos recorriendo y disfrutando de un hermoso sendero orilla del río que se acerca a las lomas de La Muela. El río Segura desde el Almazarán (Letur, el río sirve de frontera) y El Gallego (Elche de la Sierra)forma un encajonado cañón de anchura relativamente pequeña, y con un recorrido meandriforme. La diferencia de altura de más de 200 m entre el nivel del río y la parte superior configura el paisaje más espectacular del río Segura en la región. Superadla subida de La Muela, admiramos las paredes verticales que tenemos enfrente y nos dirigimos, descendiendo, hasta Los Bancalicos, idílico lugar por donde cruzaremos el río por un pequeño puente que nos introducirá en los campos de labor de La Longuera.
La historia de La Longuera se remonta a los años 80, cuando un grupo de amigos residentes en Murcia decidieron iniciar una convivencia común bajo un mismo techo. Apunto de cerrar una operación de compra en Villaverde de Guadalimar, encontraron La Longuera, una finca abandonada de más de 300 hectáreas que había sido ocupada años antes por un cura. El precio fue de 17 millones de pesetas. En aquellos tiempos y aún sin saberlo, los futuros inquilinos de La Longuera no lograron todo el montante e iniciaron lo que hoy se conocen como crowdfunding: buscaron mil amigos que aportaran 1.000 pesetas cada mes durante cinco. Al final lograron 2,5 millones de las antiguas rubias, consiguiendo posteriormente el resto por aportación particular.
A la firma de las escrituras fue cuando se constituyó la asociación Paz y Trabajo, titular desde entonces de este cortijo compuesto por dos fincas, una ubicada en Elche de la Sierra -que se conoce como La Longuera- y otra en Letur -Los Bancalicos-.
En paralelo a los trabajos que se llevaron a cabo para recuperar la casa y espacios comunes, los miembros de la comunidad de La Longuera -que no dejaron indiferente a nadie-, se dedicaron a buscar modelos de convivencia hasta que dieron con la comunidad de El Arca, dirigida por Lanza del Vasto, poeta y activista de la no violencia. La estancia de este italiano en La Longuera y su muerte en este lugar en 1981 supuso un punto de inflexión para la comunidad, pues llegó a convertirse en un icono del pacifismo, la no violencia y el ecologismo, hasta tal punto de que esta fama les superó y les negó la posibilidad de caminar a un ritmo más lento hacia un modelo consensuado por todos los cohabitantes del cortijo. En sus primeros 10 años, La Longuera llegó a contar con 27 personas viviendo en comunidad, más las que estaban en proceso de integración y las que pasaban por allí de visita. Hoy son dos las familias que viven en esta finca, aunque todos los miembros de la asociación Paz y Trabajo está implicados, de una u otra forma, en la reconstrucción de la vida asociativa de La Longuera. Juan Segarra y Alfred Ferrís, junto con sus parejas, conviven en esta maravilla de la naturaleza. Ahora sus fines se orientan a la soberanía energética, alimentaria, social y económica, siempre con respeto al medio natural y liderando la justicia social.
Su frondosa vega bañada por el Rio Segura hace posible el cultivo del arroz ecológico, que se suministra a la conocida panadería Rincón del Segura ubicada en la pedanía de Villares, así como excelentes tomates y otras hortalizas para el consumo propio de los residentes todo esto de forma artesanal. Además, ofrece un excelente lugar con unas vistas increíbles del Río Segura a su paso por esta espectacular zona natural. En este punto el río amansa su bravura. Los paseos por su ribera pacifican el ánimo. Todo un deleite para los sorprendidos sentidos.
Vamos subiendo por el camino de herradura hasta las casas de la Longuera, pasamos por un pequeño edificio, la ermita, y llegamos al mirador del valle, al término de las casas. Lo primero que vemos cuando alzamos la vista es el imponente Cerro Regalí (850m), cerro perteneciente a la vecina localidad de Letur, bajo este cerro vemos serpenteante el río Segura, por el que hemos paseado, que hace de límite entre las dos localidades de la Sierra del Segura, la vega del río la vemos como una gran explanada preparada para el cultivo, de arroz, habas, tomates, azafrán…
Desde el mirador seguimos el camino de La Longuera que nos llevará, de nuevo, al cortijo de Blas, donde tomaremos a la derecha el viejo camino histórico de Yeste que nos dejará en el Corral Colorao, donde iniciamos y damos por terminada esta preciosa ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
La Longuera es uno de los rincones naturales más bellos de Elche de la Sierra, una zona de baño en la frondosa vega del río Segura, un remanso de paz y sosiego. Nosotros llegaremos a la Longuera después de cruzar el puente del Almazarán, la loma de La Muela y los Bancalicos, siguiendo los cañones del río Segura.
Iniciamos nuestro recorrido en el Corral Colorao, un área recreativa y lugar desde donde salen los toros para los encierros de las fiestas patronales. Tomamos el camino histórico de Yeste, subiendo tenemos a la derecha la Peña San Blas y bajando la Peña del Agua, llegamos así al cruce de vuelta con el camino de la Longuera, nosotros pasamos por el Cortijo de Blas y un poco más adelante tomamos una pista a la izquierda, por la zona de Los Rincones, que se convertirá en sendero y nos subirá a un collado desde el que tendremos una preciosas vistas de la Hoya, desde el collado bajamos por una pista y pasamos por el cortijo de El Corral de la Manuela del Nevao, muy cerca ya del camino de la Hoya que es el que seguiremos hasta el Almazarán, antes de llegar pasaremos por la rambla y cruzaremos el arroyo, para subir y contemplar la vega del Almazarán. Pasaremos por el puente sobre el río Segura y dejaremos a nuestra derecha la abandonada aldea de El Almazarán, sus habitantes vivían fundamentalmente de la agricultura (aquí se producía un arroz de buena calidad) y la ganadería. Algunas de las casas incluían los establos, incorporados en la misma arquitectura. Otras en cambio, tenían patios o corrales en el exterior, hoy no visitaremos el poblado, aunque merece la pena deambular por sus calles e imaginarse lo que fue. Desde antiguo fue un asentamiento y cruce de caminos, desde la época musulmana se presenta como preámbulo de un anfiteatro de montañas. El enclave es magnífico. Sería ideal desenterrar la historia de este bello lugar. En los años 60 contaba con 70 habitantes. Hay dos Almazarán, el de las hermosas vistas y al que le han arrancado de cuajo el alma.
Nosotros nos dirigimos hacia el arroyo de Letur, seguimos un pequeño sendero para encontrar el paso del mismo, un pequeño puente hecho con unos tablones de madera, son estos sencillos puentes los que incrementan el encanto de los senderos. A partir de aquí nos adentramos por la umbría del Resalí y vamos recorriendo y disfrutando de un hermoso sendero orilla del río que se acerca a las lomas de La Muela. El río Segura desde el Almazarán (Letur, el río sirve de frontera) y El Gallego (Elche de la Sierra)forma un encajonado cañón de anchura relativamente pequeña, y con un recorrido meandriforme. La diferencia de altura de más de 200 m entre el nivel del río y la parte superior configura el paisaje más espectacular del río Segura en la región. Superadla subida de La Muela, admiramos las paredes verticales que tenemos enfrente y nos dirigimos, descendiendo, hasta Los Bancalicos, idílico lugar por donde cruzaremos el río por un pequeño puente que nos introducirá en los campos de labor de La Longuera.
La historia de La Longuera se remonta a los años 80, cuando un grupo de amigos residentes en Murcia decidieron iniciar una convivencia común bajo un mismo techo. Apunto de cerrar una operación de compra en Villaverde de Guadalimar, encontraron La Longuera, una finca abandonada de más de 300 hectáreas que había sido ocupada años antes por un cura. El precio fue de 17 millones de pesetas. En aquellos tiempos y aún sin saberlo, los futuros inquilinos de La Longuera no lograron todo el montante e iniciaron lo que hoy se conocen como crowdfunding: buscaron mil amigos que aportaran 1.000 pesetas cada mes durante cinco. Al final lograron 2,5 millones de las antiguas rubias, consiguiendo posteriormente el resto por aportación particular.
A la firma de las escrituras fue cuando se constituyó la asociación Paz y Trabajo, titular desde entonces de este cortijo compuesto por dos fincas, una ubicada en Elche de la Sierra -que se conoce como La Longuera- y otra en Letur -Los Bancalicos-.
En paralelo a los trabajos que se llevaron a cabo para recuperar la casa y espacios comunes, los miembros de la comunidad de La Longuera -que no dejaron indiferente a nadie-, se dedicaron a buscar modelos de convivencia hasta que dieron con la comunidad de El Arca, dirigida por Lanza del Vasto, poeta y activista de la no violencia. La estancia de este italiano en La Longuera y su muerte en este lugar en 1981 supuso un punto de inflexión para la comunidad, pues llegó a convertirse en un icono del pacifismo, la no violencia y el ecologismo, hasta tal punto de que esta fama les superó y les negó la posibilidad de caminar a un ritmo más lento hacia un modelo consensuado por todos los cohabitantes del cortijo. En sus primeros 10 años, La Longuera llegó a contar con 27 personas viviendo en comunidad, más las que estaban en proceso de integración y las que pasaban por allí de visita. Hoy son dos las familias que viven en esta finca, aunque todos los miembros de la asociación Paz y Trabajo está implicados, de una u otra forma, en la reconstrucción de la vida asociativa de La Longuera. Juan Segarra y Alfred Ferrís, junto con sus parejas, conviven en esta maravilla de la naturaleza. Ahora sus fines se orientan a la soberanía energética, alimentaria, social y económica, siempre con respeto al medio natural y liderando la justicia social.
Su frondosa vega bañada por el Rio Segura hace posible el cultivo del arroz ecológico, que se suministra a la conocida panadería Rincón del Segura ubicada en la pedanía de Villares, así como excelentes tomates y otras hortalizas para el consumo propio de los residentes todo esto de forma artesanal. Además, ofrece un excelente lugar con unas vistas increíbles del Río Segura a su paso por esta espectacular zona natural. En este punto el río amansa su bravura. Los paseos por su ribera pacifican el ánimo. Todo un deleite para los sorprendidos sentidos.
Vamos subiendo por el camino de herradura hasta las casas de la Longuera, pasamos por un pequeño edificio, la ermita, y llegamos al mirador del valle, al término de las casas. Lo primero que vemos cuando alzamos la vista es el imponente Cerro Regalí (850m), cerro perteneciente a la vecina localidad de Letur, bajo este cerro vemos serpenteante el río Segura, por el que hemos paseado, que hace de límite entre las dos localidades de la Sierra del Segura, la vega del río la vemos como una gran explanada preparada para el cultivo, de arroz, habas, tomates, azafrán…
Desde el mirador seguimos el camino de La Longuera que nos llevará, de nuevo, al cortijo de Blas, donde tomaremos a la derecha el viejo camino histórico de Yeste que nos dejará en el Corral Colorao, donde iniciamos y damos por terminada esta preciosa ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
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