Circular desde El Regato por las cuevas del Elefante y de Zaitegi con ascensión al Mendibil y Argalario

Esta es una ruta corta que no llega a los diez kilómetros con un desnivel positivo acumulado de 589 m, considerado como discreto. Pero es una ruta muy interesante ya que discurre por zonas mineras donde se ha explotado el mineral de hierro desde tiempos inmemoriales. Transitaremos sobre enormes montañas de restos de mineral ahora tapizados por hierba y rastrojos y visitaremos dos cuevas que sin duda tienen un encanto estético, las cuevas del Elefante y de Zaitegi, ascendiendo también a dos cumbres famosas: el Mendibil, con su impresionante y enorme antena que se divisa desde media Bizkaia y el mítico Argalario, cumbre máxima del municipio de Barakaldo con una panorámica desde su cumbre verdaderamente extraordinaria.

Una ruta similar con ascensión también al Mendibil y Argalario la hice con mi amigo Jorge en Mayo del pasado año, aunque hoy hemos subido y bajado por caminos distintos, coincidiendo solamente en dos tramos, con el añadido de haber visitado en la ruta del hoy las dos cuevas citadas, algo que no hicimos la vez anterior.

Hoy se me han unido varios y entrañables amigos: Koldo e Ignacio, además de Jose Mari y Jon, y Javier, que ha venido desde Galdakao y al que no veía desde hace tiempo. Yo hoy no voy bien. Desde ayer noto una molestia continua al andar en la rodilla derecha, desde ayer, que no hice nada ni salí al monte. El caso es que a pesar darme el Voltadol gel local (que en mi opinión es como si te haces cosquillas), ponerme una rodillera y tomar el Ibuprofeno consabido tras el desayuno, no he notado nada de mejoría y cojeo un poco. Veremos cómo me arreglo, porque me fastidiaría mucho tener que suspender la excursión fastidiando al grupo entero. En todas las fotos el grupo es el que indica el sentido de la marcha.

Partimos desde parking de El Regato frente a la iglesia de San Roque y tras acceder a la calle principal, la calle Anbia, nos desviamos a unos metros por la calle Errementeria, que parte a nuestra derecha. Por ella solamente andamos unos pocos metros, ya que a la altura de un bonito chalet que se ve de frente y arriba, cogemos un desvío a la derecha por un caminito cementado bastante empinado que tras pasar bajo el citado chalet y trazar un par de curvas, nos deja en una carreterita, la calle Matzerreka, por la que seguimos hacia la izquierda. Vamos por ella unos cientos de metros y en la primera bifurcación optamos por el camino de la derecha, o camino Goikosolua, para llegar en un rato a otra bifurcación optando también por el camino de la derecha.

Vamos subiendo poco a poco por la pista de suaves pendientes hasta llegar a una zona en la que se ven a la derecha unas antiguas construcciones de piedra. Son los restos del cargadero de Arnabal, que servía para almacenar el mineral antes de su carga procedente de las minas denominadas "Las Julianas", situadas mas arriba. Toda esta pista por la que subimos era la vía del ferrocarril minero construido por la empresa "Luchana Mining" en 1887, que no transportaba solamente mineral de hierro sino calcinados procedentes de unos hornos de calcinación de carbonatos, hoy desaparecidos. Incluso había en esta zona un poblado minero, una pequeña escuela, una capillita y hasta un cuartel de la Guardia Civil para reprimir revueltas de los jornaleros. Hemos andado hasta aquí 1,7 km desde nuestra partida.

Al llegar a la zona del cargadero de Arrabal vemos un cruce y giramos a la derecha, y tras trazar al poco una curva a la izquierda llegamos al desvío hacia la cercana cueva del Elefante. Para llegar a ella hay que coger un sendero que parte hacia la izquierda desde una curva del camino pedregoso por el que subimos. Cogemos el sendero y nos plantamos en la entrada de la cueva, en la que hay una roca que algunos le sacan parecido con un elefante. Parece ser que éste es el origen de su nombre. Tras sacar unas fotos a contraluz retornamos hasta el camino por el que seguimos hacia arriba, trazando una pronunciada curva a la izquierda para llegar enseguida a un cruce de caminos en el que seguimos de frente y hacia arriba por un camino pedregoso y rojizo (el mineral de hierro omnipresente).

Seguimos el camino sin desviarnos para nada de él y al cabo de un rato llegamos a un punto clave de la ruta. Tenemos que abandonar el camino para coger un sendero a la derecha que sube el talud y sigue hacia la derecha paralelos a una plantación de jóvenes eucaliptos, trazando una curva y desviándonos después un poco hacia la izquierda para seguir un sendero que entre eucaliptos nos conduce a la cima del monte Zaitegi, de 411 m y sin buzón, solamente un montoncito de piedras con su nombre y altitud pintados en rojo en una piedra.

Tras la foto de rigor seguimos de frente sin senda definida y entre algunos matojos y zarzas atajamos un poco para llegar a la pista que se ve abajo a tan solo unos metros por la que seguimos a la derecha. Seguimos el camino unos metros para trazar una amplia curva a la izquierda y en un centenar de metros mas o menos desviarnos otro poco a la izquierda para acceder a la entrada de la cueva de Zaitegi, que mas bien parece un abrigo para el ganado bovino, ovino, caprino y caballar, a juzgar por los abundantes excrementos de todo tipo y forma que tapizan el suelo de la cueva. Vemos algunos mosquetones, lazos y golos colgados en el techo del anfiteatro de la cueva, señal inquívoca que hacen entrenamientos de escalada de alto nivel, ya que todo está extraplomado. Tras las consabidas fotos volvemos sobre nuestros pasos y retornamos al camino para seguir hacia la izquierda. La mole del pirulí del Mendibil se aprecia sobre nuestras cabezas hacia la derecha.

Seguimos de frente rectos abandonando el camino en la siguiente y cercana curva, siguiendo de frente por un sendero en el enorme espacio abierto donde se produjeron durante muchos años excavaciones mineras y donde depositaron miles de toneladas de mineral desechable que sin duda cambiaron el paisaje, y que hoy están tapizadas de yerbajos. Y llegamos a otro camino mas amplio que cruzamos casi de frente buscando ahora la senda más clara y favorable, que sigue un poco hacia la izquierda y después a la derecha. Vamos ganando altura y poco a poco nos vamos acercando a la plataforma superior, donde al llegar giramos a la derecha para seguir en dirección a la antena y al Mendibil, con la cima a su lado. Llegamos hasta un amplio camino que enseguida accede hasta la zona y arbolado que rodea las instalaciones de la antena. Solo tenemos que rodear por la derecha la alambrada para acceder a la cima del Mendibil situada detrás de la misma, sobre unas rocas ferruginosas. Tiene un enroñado buzón esférico de hierro.

Tras la consabida foto rodeamos las instalaciones de la antena por la derecha para seguir de frente por su carretera de servicio, para desviarnos hacia la derecha y seguir campo a través por una amplia campa herbosa que apetece pisar. Seguimos de frente y pasamos al lado de una zona de picnic, que nada mas superada nos desviamos a la derecha para subir la loma del Argalario y llegar a su cumbre, monte centenario. En ella nos encontramos con un señor acompañado por su hija y yerno que se había prometido a sí mismo subir hasta aquí porque veía las antenas del monte desde la cama de la planta de cardiología del hospital de Cruces en la que se encontraba postrado por un reciente infarto de miocardio. Y hoy lo he conseguido, por fín, decía.

Siguiendo de frente tras dejar detrás la cima del Argalario llegamos en unos cien metros hasta las tres pequeñas antenas, visibles desde todo el Gran Bilbao, siguiendo un poco hacia la derecha y hacia abajo por un sendero en fuerte pendiente. Mi rodilla se queja ahora mucho. Con problemas degenerativos en las rodillas siempre es mejor subir que bajar (excepto si el problema es femoropatelar), y subiendo o llaneando he notado molestias que me hacían cojear un poco, pero ahora noto dolor, que claro, hay que aguantar hasta el final de la ruta.

Tras bajar el primer e inclinado tramo del sendero desde las antenas llegamos a una valla, aunque nosotros cogemos un camino arcilloso y pedregoso que baja hacia la izquierda bajo el arbolado para llegar al barrio de Santa Lucia, con una fuente y abrevadero donde paramos un rato para comer y beber algo. Tras el frugal refrigerio, seguimos por la carretera un par de centenares de metros para abandonarla y girar bruscamente a la izquierda, descendiendo por un camino muy bonito y herboso jalonado por pequeños troncos pintados clavados en el suelo que señalan el camino. Y llegamos a otro camino perpendicular también muy bonito que sigue hacia la derecha y se introduce en un bosque de encinas, con un par de portillos para evitar el paso del ganado que hay que superar. Tras un rato de seguir este bonito camino llegamos a una carretera, que es la misma a la que hemos accedido a la mañana tras subir al lado del chalet. Vamos unos cien metros a la derecha por la citada carretera para desviarnos a la izquierda por el mismo caminito cementado por el que hemos subido a la mañana. Y ya estamos de nuevo en El Regato, solo queda desandar hasta el parking donde hemos dejado el coche. Yo sigo cojo.

En resumidas cuentas, una ruta preciosa, con visita a dos cuevas y ascensión a dos famosas cimas, una famosa por su enorme antena o repetidor de TV y la otra por ser un monte veterano, con un buzón veterano.

Un cordial saludo a todos y todas y a seguir por el monte.