Circular desde embalse de Lekubaso al Mandoia bajando por Ereño
near Ereño, País Vasco (España)
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Itinerary description
El día nos reservó un excelente tiempo primaveral, aunque a última hora roló el viento y amenazó lluvia, como afectivamente así sucedió y nos pilló en plena vuelta afortunadamente dentro el coche, una galerna corta en duración pero intensa.
La ruta casi toda ella se realiza bajo la sombra de los árboles, al principio flora autóctona y después foránea, sobre todo pinares. Apropiada por tanto para hacerla en verano protegidos del sol.
El recorrido siempre es mucho más agradable en compañía de buenos amigos. En este caso me acompañaron los de siempre o casi siempre: Eduardo, Jose Mari, Jesús Mari, Teo y Pedro, echando en falta a Iñaki, que los miércoles tiene clase de Euskera y, por supuesto, a Jon, que todavía tiene que ir a currar a la "mina", como dice él.
Desde Bilbao nos desplazamos en coche hasta Lekubaso, en Usansolo, dejando ambos vehículos aparcados a la vera del embalse. Desde el pueblo son unos cuatro km de frondosa carretera, aunque en tramos está muy rota (seguramente por el paso de camiones de gran tonelaje para retirar apeas y pinos). A veces está tan rota que tuvimos que atravesar grandes baches y charcos muy despacio para que los bajos del coche no chocaran contra el suelo.
Una vez aparcados los coches y calzadas las mochilas, con un esplendoroso sol que se filtraba entre las ramas de los árboles y una agradable pero fresca temperatura, emprendimos la marcha con pasmosa tranquilidad. Empezamos a 112 m de altitud.
Bordeamos en unos primeros momentos el embalse por lo que llaman el camino de Lekubaso situado a la derecha, del mismo, y pasando enseguida a la altura del muro de contención por una caseta de cemento con un techado con dos bancos para contemplar, imagino, el precioso paisaje que se extiende entre los árboles y las tranquilas aguas verdosas. Es un punto para recrearse con la frondosa naturaleza crecida a las orillas de las tranquilas aguas.
Después de dar una primera y cerrada curva a la izquierda rodeando un pequeño brazo del embalse, seguimos cercanos a su ribera hasta superar la cola del mismo. Antes hay una desviación a la derecha que desechamos y en unos minutos llegamos a otra, cogiendo en este caso de frente sin desviarnos, es decir, cogemos la pista que se ve un poco a la derecha.
En un rato no tenemos mas desviaciones y seguimos por el amplio camino, siempre dentro del bosque de árboles autóctonos sin ningún tipo de esfuerzo. De momento es un precioso y tranquilo paseo, sin esfuerzo alguno, que en poco tiempo se pondrá empinado. Por dar una referencia, desde la salida hasta aquí hemos subido solamente unos 70 m de desnivel positivo, por lo que el personal se puede hacer una idea del tranquilo paseo.
Y llegamos a otra desviación, aunque los dos caminos llevan al mismo sitio. Simplemente el camino de la derecha salva una zona bastante anegada en el camino de la izquierda, pero se juntan casi de inmediato. Seguimos adelante y ya empezamos a subir. Lo hacemos por un amplio camino terroso, ahora por terreno despejado de vegetación, trazando un par de zigzags que nos llevan hasta otra intersección a 363 m de altitud a la entrada de un pinar. Los repechos que hemos subido son relativamente fuertes.
Cogemos hacia a la derecha. El camino, o más bien pista, ahora sin grandes desniveles, va subiendo poco a poco por el interior del pinar hasta otra intersección situada a 436 m de altitud. Aquí tenemos que girar a nuestra derecha para seguir en ligera ascensión. En un rato, llegamos a otra curva que gira a nuestra izquierda y casi de inmediato llegamos a otra desviación a nuestra derecha que tiene una fuente. Cogemos por ahí.
Seguimos adelante hasta salir del pinar a un gran espacio abierto con una gran vaguada ante nuestros ojos que tiene enfrente una especie de monolito con una inscripción en recuerdo a un montañero fallecido. Estamos ya a 565 m de altitud. Ha dos pistas a nuestra izquierda, pero vemos que una de ellas baja. Pues tenemos que ir por ahí. Lógicamente todo este descenso, no muy prolongado, lo tendremos que recuperar después para llegar al Mandoia, inevitable.
Llegamos a otra intersección y vamos a nuestra izquierda, para pasados unos metros llegar a otra intersección en la que debemos girar bruscamente de nuevo a nuestra izquierda y empezar a subir de nuevo. Estamos ya en el camino que sube al Mandoia desde Zeberio, a 516 metros de altitud, siempre andando dentro del bosque, en este caso un bosque replantado con especies foráneas. En poco tiempo llegamos a una intersección señalizada que nos conduce por una senda a la izquierda hacia el Mandoia. Si cogiéramos la pista que sigue hacia delante iríamos hacia el barrio de Etxazo de Zeberio, que esta vez no es nuestro objetivo.
Ya sin pérdida, por el amplio y llano sendero muy pisado a la sombra de los árboles, llegamos hasta la cresta que yendo hacia la derecha en poco tiempo nos conducirá hasta la cima del Mandoia, a 635 m de altitud. Previamente, cuando hacemos un evidente giro hacia la derecha veremos un poste con la señal de la PR–BI 11.2
Perdemos unos pocos minutos en la cumbre para echar unos tragos de agua y seguimos la ruta por un sendero marcado, que desciende hacia la izquierda del buzón y poste geodésico de la cumbre. Dejamos al lado, a nuestra derecha, una especie de picota de piedra de la cresta que en el momento de pasar por su cercanía estaba llena de cabras.
Enseguida llegamos a un cruce, siguiendo por el camino que va claramente hacia abajo y a la izquierda. Cruzaremos un par de pistas transversales hasta llegar a otra, donde tenemos que ir a la derecha. Seguimos hacia abajo sin desviarnos y llegaremos a otra intersección. Nosotros allí tenemos que ir hacia delante, hacia la pista de frente que sube un poco, y no hacia la de la izquierda, que baja, ni hacia la de la derecha. Este camino que cogemos rodea una cimita que dejamos a la derecha y que se llama Tontorramendi. En este cruce anterior, desde la cima hemos descendido ya 185 m.
A partir de ahora la mayoría de las rutas registradas en Wikiloc pasan por acceder a la aldea de Ereño, que se divisa de frente entre los pinos, sita en la otra vertiente de la montaña. Primero bajamos por un camino ancho muy evidente desechando pistas o caminos que aparecen, primero desechamos uno a la izquierda y enseguida otro a la derecha, para llegar a hacer un cambio de sentido en el siguiente cruce girando a la derecha. Enseguida volvemos a girar bruscamente hacia la izquierda y, casi seguido, dando una amplia curva hacia la derecha llegamos a un cruce en que giramos bruscamente de nuevo hacia la derecha. La verdad es que es un verdadero galimatías de giros y más giros en las numerosas pistas que encontramos. Ahora el zigzag que damos es mucho más amplio, girando como digo a la derecha y bajando entre pinos un rato, damos otro brusco giro hacia la izquierda. Aquí ya no hay más posibilidades de pistas.
Siguiendo el camino que llevamos, al cabo de un rato aparecemos en una zona donde han realizado hace un tiempo una gran matarrasa, talando todos los pinos. La visibilidad es por tanto amplia, viendo hacia nuestra derecha el barrio de Ereño, al que decidimos entonces que no vamos a ir.
Nosotros atajaremos desde donde estamos bajando hacia Lekubaso por un amplio terreno yermo como decimos, lleno de pistas entrelazadas y realizadas por los forestalistas en la matarrasa efectuada en toda esta vertiente. Como la visibilidad es buena, aunque el tiempo espléndido y soleado se ha nublado y amenaza lluvia, seguimos nuestro instinto hacia abajo, hacia el embalse, con la inestimable ayuda de Google Maps y por los caminos que nos parecen mas evidentes para llegar al borde del embalse cuanto antes.
Ya casi abajo del todo vemos las aguas del embalse al llegar un poco por encima de su muro de contención. Ya estamos, nos decimos, pero no, porque tenemos que andar al lado del embalse, hacia la derecha, un rato, atravesando dos vallas metálicas cerradas que las dejamos cerradas. Seguimos por la pista y enseguida accedemos hasta un lugar en que el arroyo Lekubaso procedente del embalse cruza el camino. No tiene mucha profundidad y lo atravesamos en dos zancadas sin tener que quitarnos las botas.
Y estamos en la carretera de acceso al embalse por la que hemos accedido a la mañana. Andando doscientos metros hacia atrás llegamos hasta los coches. Fin de la ruta.
Ahora todos con un hambre voraz y sed, sacamos nuestros condumios de las mochilas, nos abrigamos un poco ya que se ha levantado viento y amenaza lluvia, y en una vetusta mesa de piedra repartimos la comida entre todos, acompañados por la inseparable "damajuana", como llamamos a la bota.
Sencilla ruta, casi toda ella bajo arbolado, para conocer uno de los múltiples rincones de naturaleza que tenemos a pocos kilómetros en nuestra maravillosa Euskadi y de los que a veces pasamos para ir a conocer rincones lejanos, que sin desmerecer su interés, yo abogo y reivindico divulgar su existencia.
Un cordial saludo a todos y todas.
Waypoints
Puesto panorámico del embalse
Nada mas empezar, a la altura del muro de contención se encuentra una construcción con unos bancos en su techado para admirar el paisaje.
Intersección. Da lo mismo ir por un camino que por otro
Aquí da lo mismo ir por la derecha que por la izquierda. El camino de la derecha salva una charca que anega el camino de la izquierda y se juntan después.
Coger hacia la derecha
La ruta, después de una severas cuestas llega a un pinar donde a su entrada la ruta sigue hacia la derecha
Collado de montaña
Gran panorámica sobre una gran vaguada. Hay un monolito homenaje a un fallecido.
Giro a la izquierda
Después de bajar un rato giramos por el camino de la izquierda
Brusco giro a la izquierda
A pocos metros del anterior giro, de nuevo giramos bruscamente a la izquierda. Estamos en el camino al Mandoia que procede de Zeberio.
Giro señalizado. coger el camino de la izquierda. Pone Mandoia
Desviación señalizada. Coger el camino dela izquierda.
Intersección, pero en realidad todos los caminos son iguales.
hay varios caminos para salvar algunas charcas, pero todos conducen hacia el cordal del Mandoia.
Waypoint. Poste señalizado de la PR BI 11.2
Ya sin perdida alguna hacia el Mandoia encontramos un poste señalizador de la PR BI 11.2
Intersección hacia abajo e izquierda
Aunque hay varios caminos el que tenemos que coger es evidente: hacia abajo e izquierda.
Intersección de tres caminos. Coger de frente.
Cogemos de frente, la pista que sube un poco.
Vadeo del arroyo Lekubaso
Sin demasiados problemas vadeamos sin descalzarnos el arroyo Lekubaso un poco mas abajo del embalse. Después retornamos por la carretera hacia él donde hemos dejado los coches.
Comments (1)
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Ruta sencilla, relativamente corta y de escasas exigencias físicas en general, y casi siempre bajo los árboles. Apropiada para una mañana soleada o calurosa.