Circular desde la Bassa d’Oles, por Pleta des Anhèths, Santet de Gausac y Cabana de Soquèro

El punto de partida es el aparcamiento de la Bassa d’Oles (muy frecuentado en agosto y en algunos puentes), que se encuentra al final de la carretera que sube desde el Guardader de Betlan (en la carretera que va desde Gausac hasta el valle de la Artiga de Lin y que atraviesa el Bosc de Baricauba).

Se trata de una ruta senderista fácil, con algo de desnivel, pero muy distribuido a lo largo de su recorrido. El trazado es alternativo al que suele aparecer en muchos “tracks” y en las webs turísticas del valle. La única e importante diferencia es que, a costa de un poco más de distancia, se evita la fuerte pendiente que lleva a la Pleta des Anhèths, lo que hace la ruta más accesible y agradable.

Es ideal para realizar desde finales de junio hasta mediados de noviembre, con las precauciones propias de cada época. Después de pasada la Pleta des Anhèths, en la bajada hacia el Santet de Gausac, hay varios puntos (no muchos) en los que, según la época del año, el sendero puede hallarse embarrado.

A lo largo del recorrido encontraremos tres puntos en los que abastecernos de agua: en la Pleta des Anhèths, en el Santet de Gausac y en la Cabana de Soquèro. También en la propia Bassa d’Oles, junto al refugio “Era Piusa” (de uso exclusivo para escolares y grupos excursionistas), aunque el caudal de esta fuente suele ser más reducido que en los tres primeramente indicados. En todos los casos, el agua no está tratada, pero es potable (al menos, quien esto escribe, se ha abastecido en todos estos puntos sin efectos adversos).

Iniciamos la ruta tomando una pista que sale a la izquierda del refugio “Era Piusa”, y que sube, serpenteando hasta un claro cuya extensión se encuentra fundamentalmente ocupada por una antigua laguna, ahora colmatada y con bastante vegetación, que hay que evitar para no enfangarse. Para distribuir más el desnivel positivo de la ruta, seguimos la pista (a la izquierda en la intersección) en dirección a la Borda dera Vila, que se encuentra a pocos metros, y la seguiremos unos 700 metros en suave ascenso hasta el siguiente poste indicador de intersección de senderos.

En esta intersección, continuaremos rectos por la pista otros 700 metros más, punto en el que ya divisamos la Pleta des Anhèths y nos dirigimos directamente a ella por una trocha, abandonando la pista. Si nos hemos pasado este desvío, no pasa nada. La pista desemboca en la intersección con el sendero que sube directamente desde la Bassa d’Oles, donde hay un poste indicador: girando a la izquierda se recupera la buena dirección.

La Pleta des Anhèths es una majada protegida donde hay un par de cabañas de pastores y un abrevadero bien surtido de agua fresca. Puede ser un buen sitio para hacer pic-nic, ya que se está a resguardo del viento y las vistas son buenas, pero nosotros nos reservamos para más adelante.

Un poste indicador junto al abrevadero nos indica el camino del Santet de Gausac (Mair de Diu des Nheus). Unos 200 metros más adelante debemos abandonar el camino para tomar una trocha por la derecha que no debemos abandonar en 500 metros hasta un punto en que el sendero parece perderse, y que coincide con el lugar donde las vistas sobre el valle del Garona y sobre las Maladetas se hacen más espectaculares.

Normalmente, un poste con marcas blancas y amarillas de sendero de pequeño recorrido (PR) nos orientará para mantenernos en el camino correcto, pero a veces este poste está caído y desplazado por el deshielo y no siempre es repuesto a su posición idónea. Conviene, pues, estar atento al “track”.

Desde este punto, el sendero se sigue bien y encontraremos alguna que otra baliza antigua, con las marcas blancas y amarillas algo desvaídas. En poco más de 1,5 kilómetros, en que el sendero alternará bosque con pequeños prados donde podemos encontrar caballos o ganado vacuno, llegamos al Santet de Gausac, junto al Barranc de Gèles, destino de romerías anuales en honor a la Virgen de las Nieves (Mair de Diu des Nheus), que allí tiene su imagen en una hornacina protegida. El lugar tiene numerosas mesas y bancos de obra, además de una barbacoa y fuente de agua.

Una vez repuestas las fuerzas, sin prisas porque el lugar y las vistas merecen la pena ser disfrutadas con calma, tomaremos la pista que allí lleva desde la carretera de subida a la Bassa d’Oles. La seguiremos durante 1,8 kilómetros aproximadamente, donde un poste indicador nos señala el camino de regreso, una pista que surge a la derecha en fuerte subida para internarse en el bosque.

Esta pista nos llevará en 1,4 kilómetros, aproximadamente, hasta la Cabana de Soquèro, donde ya dijimos que hay otro punto para abastecerse de agua (aunque no todos los veranos tiene agua). Continuamos por una zona de prados, y 600 metros más adelante llegamos a la laguna colmatada que rodearemos por su derecha, para alcanzar la pista que nos devuelve al aparcamiento de la Bassa d’Oles.