Circular desde los Monreales, con ascención a los Peñones del Infierno y del Fraile y al Morro de la Fuente. Carrascoy.

NOTA IMPORTANTE: LA DIFICULTAD CON LA QUE CATALOGO MIS RUTAS ESTÁ REFERIDA PARA MONTAÑEROS HABITUADOS A CAMINAR, QUE SE DESENVUELVEN CON SOLTURA POR TODOS LOS TERRENOS, NO PARA SENDERISTAS OCASIONALES. SI TIENES POCA EXPERIENCIA, AÑÁDELE UN GRADO MÁS A LA DIFICULTAD DE MIS RUTAS PARA NO LLEVARTE SORPRESAS.

El acceso por carretera al punto de inicio se hace atravesando Corvera y su cercano caserío de la Murta. Desde este último es una estrecha carretera, que realmente conforme avanza se hace más estrecha hasta que solo pasa un coche justito. Con el tema del confinamiento municipal los pocos sitios que hay para aparcar cerca de los Monreales, en un día de fin de semana están disputadísimos, así que toca madrugar y rezar al santo en el que confiemos, si no queremos caminar un largo tramo de estrecha carretera desde más abajo.

Sin duda ésta es una de las mejores y más completas rutas que se pueden realizar por esta zona sur (y me atrevería a decir que norte también) de la Sierra de Carrascoy, que estamos redescubriendo por "obligación" (no hay mal que por bien no venga).
Decir que la excursión (exceptuando las dos ascensiones a los Peñones del Infierno y del Fraile) no tiene dificultad alguna, a excepción quizá de la conexión que hay que realizar para terminar la ruta, atravesando la Finca de Caza de la "Casica" (muy irónico el nombre, porque es una señora casa, por cierto preciosa), en la que hay muchas posibilidades de confundirse con los escondidos caminos, por no hablar del riesgo de ser "cazado" (vimos bastante grupos de senderistas pasar por la zona), así que mejor evitar la temporada de caza y pasar mejor por la tarde, cuando los posibles cazadores hayan terminado. El resto del recorrido iremos por buenas y preciosas sendas, como la que nace desde las ruinas de las Minas de los Monreales (famosas por su increíblemente bien conservada y erguida alta chimenea, de base cuadrada) y va siguiendo al principio una gran manguera de agua para subir hasta una especie de collado al este del Morro de la Palma, para después de cruzar uno de los barrancos tributarios de la Rambla de la Murta, seguir ascendiendo por precioso trazado de camino (con preciosas vistas hacia el este) hasta enlazar con la más espectacular "Senda del Ángel" (así he visto que la llaman varios usuarios de esta red), que bordea por el sur el inmenso Caserío y Finca de Caza de la Naveta del Salar, llaneando sobre la meseta que ésta hace sobre todas las ramblas nacientes que vierten hacia la Rambla de las Murtas, con unas vistas sencillamente insuperables sobre todo el Campo de Cartagena y más cerca, las imponentes paredes que caen por el noroeste del Peñón del Infierno, nuestro próximo objetivo. Esta ascensión sí que requiere de más cuidado, ya que tiene un corto tramo por buena roca de conglomerado, en la que estando el terreno mojado y llevando las suelas de nuestro calzado con algo de barro, requería de bastante prudencia (sobre todo en la bajada). Las vistas desde lo alto son excepcionales. Una vez que se retorna al cruce, continuamos por preciosas senda hacia el este para ascender al cercano y semiescondido Peñón del Fraile, al que ascendemos (tras visitar los dos grandes bloques, a modo de piezas gigantes del Trivial, posiblemente de alguna gran rueda de molino, aunque el emplazamiento desconcierta bastante) con la misma prudencia que la recién visitado Peñón del Infierno. Retornamos ahora un buen rato por la misma Senda del Angel para afrontar la larga subida hasta el Morro de la Fuente y a su cercano vecina cima de Carrascoy, las dos realmente no pueden estar más invadidas de antenas que les hacen perder cualquier interés tanto paisajístico como panorámico, pero por el contrario alrededor albergan algunos de los bosques más interesantes de toda esta zona, con gran abundancia de encinas y madroños. Después viene el tramo quizá menos atractivo, cuando conectamos con las desvencijada carretera que sube a todo este tinglado antenil. La bajada por la bonita senda que baja a la Rambla de la Cueva del Marqués es sin duda otro de los puntos fuertes de esta ruta. Una vez llegamos a la zona de cultivos, continuamos nuestro caminar por camino ancho ya, prácticamente sin pendiente, acercándonos a un curioso y bien conservado corral, antes de desviarnos a izquierda para enlazar con el entramado de sendas y caminos, un tanto confusos (en los que habrá que ir bien atentos al track para evitar confusiones) que hay que atravesar por el interior de la Finca de la Casica, antes de terminar esta atractiva y completa ruta.
Por último agradecer a mi gran amigo Pepe (y ya compañero de aventuras montañeras) y a Silvia, por acompañarnos y hacernos más amena, si cabe, esta interesante excursión, no será la última!
Recalco que las dificultades (para alguien con poca experiencia) de esta caminata están sólo en las ascensiones a los dos peñones y en menor medida (en este caso sólo por tema de orientación) en la zona que atraviesa la Finca de la Casica. Todo lo demás se hace por cómodos caminos.