CIRCULAR DESDE SODUPE A IRATZAGORRIA : Por la ribera del río Herrerías y el nuevo bidegorri de Gordexola.

CIRCULAR DESDE SODUPE A IRATZAGORRIA : Por la ribera del río Herrerías y el nuevo bidegorri de Gordexola.
Bonito y cómodo paseo con mi mujer para bajar la comilona por el día del padre. Recorre por la ribera del río Herrerías el hermoso pueblo de Gordexola y sus mansiones y palacios . Al final del pueblo enlazamos con el nuevo bidegorri que nos lleva a Iratzagorria . Recorremos el pueblo y regresamos . Un paseo para relajarse y disfrutar.

GORDEXOLA LA VILLA DE LAS GRANDES MANSIONES
Industriales e indianos erigieron en Gordexola los palacios que acreditaban su poderío.
Tierra de riqueza y poderosos linajes, la localidad de Gordexola alberga un rico patrimonio arquitectónico. Palacios, casas torre, ermitas... Auténticas joyas que son dignas de descubrir. El paseo comienza en el antiguo camino medieval que unía Artziniega con Bilbao y por donde se transportaba el hierro de las ferrerías. A orillas del río Ibalzibar se ubicaron dos molinos y nueve ferrerías, de ahí que se le conozca también como 'Herrerías'. La mayoría eran propiedad de familias pudientes, por tanto, se ubicaron en los aledaños de las casas torre, levantadas con una función defensiva.
El final de las guerras de banderizos y la acumulación de capital hizo posible su reconstrucción en algo más cómodo y habitable y muchas pasaron a ser palacios, más lujosos y ornamentados. Uno de los mejor conservados es el palacio Oxirando, nuestra primera parada. Adosado a la torre, se construyó un palacio de estilo renacentista que incorpora una logia formada por una sucesión de arcos que están apoyados sobre columnas toscanas.

Vecinos de ida y vuelta

A lo largo de la calle Sandamendi, Gordexola atesora una quincena de señoriales chalets (hay que recordar que la villa vizcaína fronteriza con Álava tiene hoy 1.700 habitantes) construidos en los siglos XIX y XX por los indianos que cruzaron el Atlántico para hacer fortuna.

Después de triunfar, regresaron y levantaron mansiones de influencias italianas y nórdicas y plantaron junto a su puerta una palmera, siguiendo la tradición del indiano. Eso sí, no volvieron para quedarse: estos glamurosos palacios eran sus 'casitas' de veraneo, e incluían jardines de estilo inglés. Sus fachadas destacan por la variedad de estilos artísticos: el eclecticismo de Casa Vivanco, el secesionismo vienés de Villa Florita o el espectacular de Villa Bilbao, que está levantado sobre la base de un antiguo caserío.

Antes de seguir por esta travesía, en la plaza de Molinar podemos visitar también la iglesia de San Juan, de estilo renacentista, en la que no te puedes perder suretablo mayor, una joya barroca y uno de los más grandes de Vizcaya. Aquí también se encuentra Villa Carmen (el actual Consistorio) y el Palacio del Conde Aresti, que destaca por las vistosas chimeneas sobre su tejado. Desde allí, el recorrido continúa entre mansiones de ensueño rodeadas de bosques de robles, hayas y fresnos.

CASERÓN NEOBARROCO
Merece la pena fijarse en la fachada de Villa Cuba. ¿A qué le recuerda? La construyó Juan María Basterra, que diseñó también el Palacio de Ibaigane, de ahí que las similitudes sean evidentes. Este caserón neobarroco fue propiedad de uno de los principales amasadores de fortuna al otro lado del océano: José Arechavala emigró a Cuba con quince años y llegó a ser el dueño de una de las mayores destilerías de ron.
A pocos metros de este edificio, Villa José también llamará la atención del viajero porque es clavadito al hotel Indautxu de Bilbao, obra de Ricardo Bastida. En su jardín hay un vistoso cenador en el que se reproduce una réplica de 'La Virgen, el Niño y San Juan' de Rafael, lo que le otorga un encanto de lo más romántico.