Circular desde Villanueva de los Infantes a la Ermita del Salido, finca de la Fuenlabrada y Fuenllana

Durante mi preparación para abordar este pasado mes de agosto el Camino de Santiago utilicé, a modo de “etapa de ensayo” la ruta que os propongo a continuación, con salida y llegada en Villanueva de los Infantes, y que transcurre hacia el norte y el este, visitando la ermita de la Virgen del Salido y el cortijo de la Finca de la Fuenlabrada. Este recorrido lo escogí por tres razones, en primer lugar por la distancia, algo superior a los 25 km, muy similar por tanto a las etapas que se pueden encontrar durante la peregrinación a Santiago de Compostela, en segundo lugar por el tipo de terreno, un tanto quebrado, con subidas que se prolongan por más de 1 km, y finalmente por la estructura de la ruta, con tres puntos de referencia muy marcados, los dos mencionados anteriormente y la localidad de Fuenllana.

Transcurre dicha ruta por caminos y pistas en muy buen estado, a veces incluso asfaltadas. Y permite visitar, por añadidura, algunas cortijadas entre las que destaca la Casa de Valdes, lugar donde nació Santo Tomás de Villanueva, muy venerado en estas poblaciones. Cerca del final tiene además la visita al vértice geodésico de las Cabezas de Fuenllana, bonito mirador desde el que se disfruta la mejor vista del casco urbano de Villanueva, y punto de paso muy frecuente para mí, en el que me gusta deleitarme con el paisaje que conforma el Campo de Montiel.

Ruta tal vez un poco larga para hacer a pie, tal vez demasiado corta para hacer en bicicleta, no obstante recomiendo esta última opción (con la salvedad hecha en el texto) añadiendo algunas variantes que publicaré en ocasiones venideras, con la llegada del otoño. Este paseo se hizo en verano, mala época para ello, la mejor es la primavera, entre finales de abril y principios de junio, antes de la siega. Prometo volver a realizarla e incluir fotografías de este paseo para que se pueda contrastar la diferencia.

Comencé a andar desde la plaza de la Fuente Vieja, punto de arrancada de otra ruta de pequeño recorrido, bien señalizada, más corta y también recomendable, que forma parte de la red de senderos de Pequeño Recorrido con las que cuenta la Diputación de Ciudad Real. Desde allí buscaremos salir primero por la Calle Disvaron, y luego por la Calle Cuenca (fáciles de seguir con el mapa) hasta llegar al carreterín señalizado de la ruta del Quijote en dirección a Carrizosa. Nada más pasar una pequeña casa de campo en la misma salida del pueblo nos desviamos hacia la derecha por un camino muy terroso (si vamos en bicicleta puede hacerse incómodo, en este caso aconsejo tomar desdeel punto de salida la calle que nos lleva a la salida hacia Fuenllana y, nada más pasar la gasolinera, tomar el Camino de la Casa de Valdes, bien indicado) Circularemos por el camino de tierra durante dos kilómetros, cruzando la CM-412. Transcurrida esta distancia llegamos hasta un cruce con un carreterín asfaltado (el mencionado camino para tomar en bicicleta) en el que giramos a la izquierda caminando ahora por un carreterín asfaltado y luego por una amplia pista de tierra.

Nada más llegar a la tierra, el camino se bifurca en dos que aquí se ven muy similares, aunque solo el de la derecha será el que tenga continuidad (el de la izquierda no va mucho más allá) Tomaremos pues hacia la derecha y descenderemos de forma casi inapreciable hasta llegar a la entrada a la Casa de Valdes. Es un punto de referencia importante por tratarse del lugar de nacimiento de Santo Tomás de Villanueva, pero aparte de su valor histórico, poco hay aquí para ver. Continuando la ruta nos acercamos hasta el río Tortillo, que aun en agosto circula con agua y que crea además a ambos lados del camino un pasillo entre juncos capaz de romper un poco la monotonía del trayecto realizado hasta ahora.

Comenzamos a subir de forma suave. La pista se convierte en un camino más estrecho, pero aun de muy buen piso. Debemos estar atentos para buscar a nuestra izquierda un cortijo más grande, que se erige como una especie de pequeña fortaleza. Es la Casa de Don Pascual. Desde allí tomamos a la derecha y hacia el norte, buscando las lomas que se ven de frente, hasta llegar, un kilómetro después. a un cruce con otra pista muy arreglada, que une Fuenllana con la ermita del Salido, tomaremos esta pista a la izquierda, dejando de lado la Casa de Policarpo que quedaba justo en frente. Desde aquí se amplian las vistas al Campo de Montiel, antes de llegar a cruzarnos con otro camino que viene por nuestra izquierda. Siguiendo siempre de frente llegaremos sin pérdida posible hasta la Ermita del Salido, dejando antes a la izquierda las Casas de Jaraba. Esta ermita generalmente está cerrada, por lo que sólo nos servirá como punto de parada y de descanso.

Volvemos unos 200 metros sobre nuestros pasos para tomar a la izquierda un camino de tierra menos arreglado que asciende entre pequeños cerros buscando un pequeño collado desde cuya cima veremos por primera vez el paraje en el que se encuentra la finca de la Fuenlabrada. Antes de este collado tenemos otra bifurcación en la que hemos de elegir el camino de la izquierda (el de la derecha es más tentador y permite llegar al mismo sitio, así que lo podemos coger, pero teniendo en cuenta que en un pequeño tramo no es de carácter público) La bajada de este collado es un agradable paseo hasta el caserío de la finca con bonitas vistas a la vega del río Azuer. Un poco antes de llegar a la casa tenemos una primera salida a la derecha, que no hemos de tomar, y que nos llevaría de vuelta a Villanueva de los Infantes, y en seguida un segundo camino también a la derecha que sí tomaremos, y que se dirige a la localidad de Fuenllana. Ascendemos suavemente ahora al principio, entre árboles puestos a los márgenes, y de forma más brusca después, al llegar a una zona de monte. Poco antes de llegar a la cota más alta volvemos la vista para contemplar, por última vez, este bonito paraje. Y continuamos después por una pista que ya desde hace un kilómetro está bastante bien acondicionada.

Seguimos hacia adelante dejando de lado algunos cruces de camino, siempre de frente. Tras un cuarto de hora caminando descendemos bruscamente hasta la vega del Crespo, otro bonito paraje en el que las zonas de monte y de cultivo, principalmente olivar y cereal, dibujan el paisaje muy característico de toda esta zona. Ascendemos una fuerte rampa y, ya casi al final, cuando la pendiente se suaviza, encontramos otra bifurcación donde tomaremos a nuestra derecha. Ambos caminos llevan a la localidad de Fuenllana, pero personalmente prefiero el indicado por tener mayor riqueza paisajística y por llevarnos luego más rectos al último tramo.

Seguimos ya siempre hacia Fuenllana y una vez allí llegamos primero al cementerio del pueblo y luego a la plaza principal, donde está el edificio religioso más antiguo creado en honor a Santo Tomás de Villanueva. Abandonamos la localidad buscando las indicaciones de la ruta del Quijote, por el Camino de la Vereda del Cura, asfaltado en su primer tramo descendente. Abordamós tras cruzar un arroyo ya la última subida, que nos llevará hasta la cota más alta de las Cabezas de Fuenllana. Para ello debemos estar muy atentos. Tras una primera ascensión, que acaba suave y continuada, el camino llanea un poco y sube otra vez. Superada este segundo tramo de subida bajamos de nuevo y justo al final de esta bajada abandonamos la pista principal para tomar a nuestra izquierda una senda, borrosa en sus primeros metros, pero muy claramente definida después. Esta asciende serpenteando hasta la cumbre desde la que divisamos el objetivo final, un bonito mirador natural de todo el Campo de Montiel. Descendemos de nuevo, continuando por la senda (existe un camino desde el que también se puede realizar la bajada) y retomamos nuevamente la ruta del Quijote hasta volver a Villanueva de los Infantes, atravesando antes otra vez la carretera CM-412.

Para llegar hasta la plaza de la Fuente Vieja de donde partimos podemos caminar por la margen izquierda de la carretera antigua. una vez pasado un fresco apeadero, o bien seguir por el camino de la ruta del Quijote, muy bien marcado por una línea de árboles y hasta llegar, ya en el casco urbano, al parque de los pinos, desde donde es posible bajar al lugar de inicio descendiendo por la calle en la que se encuentra la entrada a la piscina municipal.